Leyenda de la lechuguilla escuchada en Villa de Guadalupe, SLP
El ixtle era el porvenir de esta comunidad; aquí la gente vivía de tallar la lechuguilla y la palma –cuenta don Antonio Martínez, de Villa de Guadalupe–. La fibra tenía mucho valor en aquel tiempo; muchos compradores llegaban de todas partes porque era muy resistente para hacer costales. La gente de aquí hacía costales y mecates, pero también llegaban gentes de Ahualulco a comprar la fibra porque allá la beneficiaban; la llevaban en recuas de burros hasta Ahulaulco, a las haciendas de beneficio de Ahualulco. También venían para acá muchos mineros de Zacatecas para comprar las cuerdas muy macizas de la fibra de lechuguilla; ellos dejaban buen dinero a los comerciantes de aquí.
Ahora dicen que ya se acabó la lechuguilla; eso no es cierto: la lechuguilla no se acabó, todavía hay mucha. El petróleo fue el que la tumbó. Cuando al presidente Alemán se le ocurrió explotar el petróleo, muchos ingenieros idearon la manera de hacer mecates con fibra de petróleo y desde entonces se fueron acabando los talladores. Este pueblo se vino abajo. El licenciado Alemán trajo mucho progreso al país pero a nosotros nos amoló igual que amoló a muchas otras comunidades.
La lechuguilla no se ha acabado porque todavía hay mucha; todos los cerros que usted ve cerquita de aquí son puros lechuguillales enormes. Todavía se explota un poquito la fibra; aquí en la Villa habrá tres o cuatro talladores y ellos ahí venden mecatitos y también fibras para lavar los trastes. Casi no sacan mucho dinero, pero de eso viven y la mayoría son puros viejitos que toda su vida fueron talladores.
Esto que le digo de Miguel Alemán fue cierto, pero lo que mucha gente no sabe es que también la lechuguilla tiene un espíritu, el espíritu de la lechuguilla, ¿verdad? Este espíritu siempre fue muy beneficioso para nosotros, era como nuestro benefactor; entonces la gente lo trataba bien y él trataba bien a la gente, por eso en aquellos años había mucha prosperidad aquí en la Villa. Pero cuando el presidente Alemán descubrió el petróleo y lo explotó con sus ingenieros, ellos idearon la manera de desaparecer la lechuguilla, como ya le dije. Vinieron una vez unos ingenieros con tambos de petróleo y lo regaron en los cerros y le prendieron fuego. De esa manera ellos violaron al espíritu de la lechuguilla para matarlo porque el dios de ellos era y sigue siendo el petróleo; el dios del petróleo es también el dios del dinero, ¿verdad? Y desde entonces ya no hay talladores, ahora la gente prefiere comprar cuerdas de petróleo que no sirven para nada porque no amarran bien y también se amuelan con el sol.
Pero yo le voy a decir una cosa, y esto va a ser cierto aunque a mí ya no me va tocar vivirlo: la lechuguilla sigue viva en los lechuguillales y el espíritu está muy fuerte y algún día, cuando se acabe el petróleo, la gente va a volver a trabajar la lechuguilla y entonces, yo espero, esta villa va a entrar en prosperidad de nuevo.
«El espíritu de la lechuguilla» es una leyenda recopilada por Homero Adame y publicada por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí en la plaquette Leyendas del Festival del Desierto, en la colección “Cantera la Voz”, como parte del Programa de Fomento a la Lectura durante la Feria del Libro de Matehuala, 2005.
Las fotografías fueron tomadas por Homero Adame en el Altiplano potosino.
Cuenta una leyenda que hace mucho, mucho tiempo el Sol, tras observar la actividad en la Tierra, decidió venir a pasar una temporada y participar en lo quehaceres de los seres vivos en nuestro planeta. Como no podía dejar vacante su puesto en el firmamento, le pidió a la Luna que tomara su lugar y así cubriera su ausencia para que, de tal modo, los humanos no se dieran cuenta de que no estaba en su lugar. La Luna aceptó con mucho gusto y se ubicó en la trayectoria del Sol, pero su ritmo era más lento y no irradiaba tanta luz ni calor. Entretanto, cuando llegó a la Tierra, el Sol decidió tomar la forma de una gata negra para pasar inadvertido y así poder moverse en el mundo y convivir con los seres vivos.
Con el paso de los días, mientras el Sol disfrutaba de todo lo que veía y hacía desde la óptica y movimientos de aquella gata negra, la Luna perdió el interés de seguir ocupando el puesto del Sol y mejor regresó a lo suyo para seguir iluminando las noches y dejarse ver de vez en cuando durante el día. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame)
Al percatarse de que la Luna ya no estaba en su lugar, el Sol tuvo que regresar de inmediato al Cielo y lo hizo saliéndose rapidísimo del cuerpo de la gata negra. Fue tan rápida su salida que cientos de rayos luminosos, de tonalidades doradas, quedaron impresos en la piel y en el pelaje de la gata negra.
Desde entonces, las descendientes de aquella gata negra nacen con el sello del Sol, es decir, nacen con los destellos dorados que el Sol dejó en el pelo y la piel de la gata negra, pero no sólo eso, sino que también nacen con parte del temperamento y sabiduría que el Sol había dejado en ella y eso se transmite de generación en generación, como también se transmite el carácter tímido, reservado y hasta huraño típico de las gatas carey o cálico que, además, no hay iguales o idénticas, pues su pelaje es diferente de cualquier otra, tan diferente como fueron los cientos de rayos que el Sol dejó en la gata original.
Algo que poca gente sabe, pero sí lo saben quienes tienen una gata de estas características, es que por su legendario origen solar se les atribuyen propiedades mágicas y curativas, ya que atraen las energías positivas y la buena suerte.
El contenido de esta charla histórica de Homero Adame con Arturo Villarreal de la Secretaría de Cultura de Coahuila está basado en la investigación de varios años sobre las haciendas ubicadas en las regiones áridas de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, investigación que se vio fructificada en la publicación de dos libros y hay todavía material suficiente e inédito para dos o tres tomos más que, tal vez, algún día serán publicados:
Una vez que andábamos recorriendo panteones porque eran días de Muertos, aprovechamos para ir a conocer la Colonia Italiana y nos sorprendió que allí no hubiera ambiente festivo ni flores de cempasúchil o vendedores ambulantes. El cementerio es pequeño, como lo es el poblado, y en muy pocas tumbas había decoraciones, pero en las que tienen apellidos italianos, no.
Antes de seguir nuestro recorrido por otros pueblos y panteones, paramos en un tendajo a comprar unos refrescos y algo para el camino. Platicando con la gente allí nos contaron de un árbol en forma de mujer, un árbol que, según decía la gente mayor, antes no existía, nadie lo sembró, simplemente apareció un día para sorpresa de quienes lo vieron ya crecido en un lugar cerca de El Encinal donde antes no había nada parecido. Eso sucedió hace muchísimos años cuando los italianos vivían en esa región todavía. Cabe mencionar que esos italianos llegaron de Trento, Piamonte o Véneto hacia 1882 y se instalaron en la Colonia Díez Gutiérrez −mejor conocida como Colonia Italiana porque fueron 109 familias que llegaron, pero ante la desorganización gubernamental para cederles terrenos cultivables y otros problemas, sólo quedaron diez para 1883 y poco a poco se fueron yendo a otros lugares con presencia italiana hasta que no quedó ninguna de las familias migrantes originales, salvo en el panteón, y algunos descendientes.
Cuentan que uno de aquellos migrantes se fue a Ciudad Valles a buscar trabajo y le prometió a su mujer regresar a los pocos días y, en caso de conseguir trabajo, llevársela a ella y a los hijos para vivir siempre juntos. Pasaron las semanas, pasaron los meses y el hombre nada que regresaba y tampoco enviaba recados y menos dinero para la familia que había dejado en la Colonia Italiana. La gente empezó a murmurar que seguramente se había «huido jullido con otra mujer que había conocido allá en la Huasteca, que ya no quiso regresar a la Colonia Italiana porque allí no había futuro y cosas así. Esos chismes obviamente llegaron a oídos de la afligida mujer que no quería creer que su esposo la hubiera dejado por otra y mucho menos que hubiera abandonado a sus hijos, pero la duda siempre está y así la mujer le fue dando vueltas y vueltas en su cabeza hasta que empezó a salir a caminar al monte pidiendo a dios que trajera a su marido de regreso o que alguien le diera razón de él. Conforme pasaba el tiempo y el hombre no aparecía y no había señales de su paradero, la mujer fue perdiendo la esperanza y, con el tiempo, la razón.
Una tarde iba caminando por el viejo camino de herradura cuando, en su tristeza y desesperación, empezó a renegar de dios por ser tan injusto y entre sus reniegos se detuvo, levantó la vista y los brazos al cielo y gritó que de allí no se movería hasta que dios le cumpliera su deseo de tener a su marido de regreso; dijo que, aunque le salieran raíces de los pies, no se movería. Y no se movió.
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Aunque era un atardecer despejado, sin nubes, sin nada que indicara una tormenta, mientras la mujer imploraba y maldecía con los brazos y mirada al cielo, el cielo se iluminó y cayó un rayo justo donde estaba ella parada. No se sabe si le cayó el rayo a ella, pero lo cierto, según la leyenda, es que en vez de matarla o calcinarla quedó convertida en árbol. Como no la volvieron a ver y los hijos quedaron prácticamente huérfanos, la gente dijo que se había ido a buscar al marido ausente y que murió allá lejos o que se perdió.
Desde aquella tarde despejada empezó a crecer ese árbol que siempre parece estar seco, con su tronco como si fuera cuerpo de mujer y sus ramas como si fueran los brazos extendidos hacia el cielo. Pero en primavera reverdece y florece y eso se interpreta como la esperanza de que algún día el árbol deje de ser eso y vuelva a convertirse en una mujer que fue castigada por renegar de dios y, al levantársele, el castigo pueda encontrar descanso. Eso será cuando llegue a sus oídos (o a sus hojas) algún mensaje del marido ausente, un mensaje aunque sea de ultratumba.
Las cabañuelas, ese singular conocimiento empírico del clima, representan una manera ancestral de predecir el comportamiento climático durante el año que comienza, mediante la observación de todos y cada uno de los días de enero exclusivamente. Tal vez esta costumbre tenga sus orígenes en las sociedades agrícolas de tierras semi áridas como forma de pronosticar cuándo habrá lluvias. En algunas regiones de nuestro país también se dice que las cabañuelas son las lluvias en los meses de invierno, pero en el Noreste no es así.
Debido a que enero puede cambiar su clima radicalmentede un día para otro, es común que alguien diga: «Es que estamos en la cabañuela de ………», y mencione el mes al que corresponde ese día.
A continuación veremos este sistema climático con detalle y ejemplos. Primero hay que observar el comportamiento climático de cada día de enero y tomar datos. Por ejemplo, digamos, el 6 de enero, que corresponde al mes de junio. Entonces desde temprano observamos el cielo, el viento y la temperatura. El resultado nos daría algo como esto: soleado, sin viento y algo caluroso. (Es pertinente aclarar que estos datos son relativos, dado que durante el día puede haber variaciones significativas o contrastantes, por ejemplo: estar primero fresco y luego caliente, así como primero nublado y después soleado, etc. Entonces, para esto hay que tomar una media, es decir, cómo estuvo el clima durante la mayor parte del día.)
Cada día tiene un mes que se les atribuye de un modo sistemático, como se ve en esta tabla:
Días
Mes
Días
Mes
1 – 24
Enero
7 – 18
Julio
2 – 23
Febrero
8 – 17
Agosto
3 – 22
Marzo
9 – 16
Septiembre
4 – 21
Abril
10 – 15
Octubre
5 – 20
Mayo
11 – 14
Noviembre
6 – 19
Junio
12 – 13
Diciembre
Después tenemos que los días del 25 al 30 se toman por medio día para cada mes. Desde la madrugada hasta el mediodía, y la tarde y noche. Esto se hace de la siguiente manera:
Días
Meses
Días
Meses
25
Enero y febrero
28
Julio y agosto
26
Marzo y abril
29
Septiembre y octubre
27
Mayo y junio
30
Noviembre y diciembre
Finalmente, tenemos al día 31 con sus 24 horas. En este caso, cada dos horas son asignadas a cada mes, partiendo de la madrugada:
Hora
Mes
Hora
Mes
12:00 – 2:00 a.m.
Diciembre
12:00 – 2:00 p.m.
Junio
2:00 – 4:00 a.m.
Noviembre
2:00 – 4:00 p.m.
Mayo
4:00 – 6:00 a.m.
Octubre
4:00 – 6:00 p.m.
Abril
6:00 – 8:00 a.m.
Septiembre
6:00 – 8:00 p.m.
Marzo
8:00 – 10.00 a.m.
Agosto
8:00 – 10:00 p.m.
Febrero
10:00 – 12:00 a.m.
Julio
10:00 – 12:00 p.m.
Enero
Muy bien, ya tenemos todos los días y sus horas correspondientes a cada mes del año. Si volvemos a nuestro ejemplo original, el mes de junio, sabemos que sus días son el 6, el 19, la tarde y noche del 27, y las horas de las 12:00 a las 2:00 de la tarde del día 31.
Como se verá, este sistema parece un tanto complicado, pero la verdad es cuestión de ser pacientes y observar con detalle todos y cada uno de los días de enero, hacer las anotaciones pertinentes y sumar y comparar todos los datos para sacar las conclusiones de cómo será el clima en tal o cual mes del año.
Como comentario final vale añadir que las cabañuelas son básicamente una costumbre oral que se recuerda al momento y sólo en el mes de enero, pues en realidad es poca la gente que se toma la molestia de hacer anotaciones metódicamente.
Nota 1: este texto fue publicado en mi libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León (páginas 180-183), Editorial Font, de Monterrey, N.L, en 2005. Sin embargo, el texto original, tal vez el primero sobre el tema que hubo en formato papel y posteriormente en Internet para las cabañuelas mexicanas, fue publicado por la revista México Desconocido en enero de 2002.
Nota 2: puedes leer una variante más completa de este artículo, así como ver a detalle sus aplicaciones para cada día de enero, siguiendo este enlace: Las cabañuelas
El mero día 6 de enero se celebra al santo Cristo de Matehuala. Es una fiesta muy animada a la cual viene mucha gente de otras partes del estado, de la república y de los Estados Unidos, principalmente lugareños que han emigrado en busca de una vida mejor. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame).
Según algunas versiones, le hacen la fiesta en esa fecha porque es cuando dicen que el Cristo se apareció; eso fue cuando la catedral no existía como tal sino que era una iglesia más humilde y pequeña. La gente de antes contaba que un día 6 de enero se apareció la imagen del santo Cristo en la puerta de la iglesia, pero no exactamente en la puerta sino más bien en una pared junto pegada a la puerta.
Pero no se apareció así grande como está ahora en la cruz del altar. Más bien se dice que se apareció como una figura tipo silueta y al mirarla la gente le hallaba forma y a partir de entonces le empezaron a traer veladoras y flores. Según se cuenta, a más veladoras que le prendían ahí donde estaba la figura, ésta se fue haciendo más grande y agarró el tamaño que ahora tiene. Hay quienes suponen que ese fenómeno fue, quizá, por efecto del tizne. También cuentan que cuando la figura ya estaba grande, cuando iban a tumbar la iglesia vieja para construir la catedral, entonces sacaron la imagen de la pared y la pusieron en la cruz del altar.
Nota: esta leyenda fue publicada originalmente en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.
En la pequeña ciudad española de Benavente, en la provincia de Zamora que es parte de la comunidad autónoma de Castilla y León ubicada al noroeste de Madrid, existe un bajorrelieve labrado en cantera, dedicado a un personaje local que formó parte de las primeras expediciones de conquista de la Nueva España y considerado uno de los grandes cronistas e historiadores de la época. Su nombre: fray Toribio de Benavente, mejor conocido como fray Toribio de Motolinía. Él nació en 1482 e ingresó a la orden de los franciscanos en su misma ciudad natal. En 1523 se conformó una expedición evangelizadora con doce misioneros franciscanos, la cual sería conocida como los “doce apóstoles de México”, siendo fray Toribio uno de ellos. Zarparon de España el 25 de enero de 1524 y llegaron a San Juan de Ulúa, Veracruz el 13 de mayo. Se dice que el grupo venía tan desnutrido y en mal estado que al pasar por Tlaxcala los lugareños se referían a ellos como “motolinía”, término náhuatl que significa afligido o pobre. A partir de entonces, fray Toribio se hizo llamar Toribio de Motolinía. La expedición franciscana fue recibida por Hernán Cortés en la ciudad de México en junio de ese mismo año.
A lo largo de su trayectoria, fray Toribio de Motolinía participó en hechos históricos de gran relevancia, como la fundación de la ciudad de Puebla donde a la postre fundó un convento y más tarde también fundó algunos conventos más en otras regiones del centro y sur de México, así como en Guatemala. Aprendió náhuatl y otras lenguas nativas para así propagar la fe cristiana. Apoyó a los indígenas contra los abusos de los conquistadores, lo cual le trajo problemas con personajes como Nuño de Guzmán y fray Bartolomé de las Casas, éste de la orden dominica que tenía serias diferencias con la franciscana. También rechazó que los indígenas pagaran impuestos o “diezmo” a la Corona, lo cual le trajo más problemas y fue perseguido y tenía una orden de aprehensión dictada en España, pero supo librarla y continuó su labor misional hasta su muerte el 9 de agosto de 1569, sucedida al terminar de oficiar su última misa en el convento de San Francisco de México. Sus restos fueron sepultados en Cañada Morelos, Puebla. (Texto en blog de Homero Adame).
En el campo donde se mezcla la historia con la leyenda, por voz de un lugareño llamado Gabriel, quien nos mostró el bajorrelieve que se encuentra frente a un costado del templo de San Juan en Benavente, nos contó su versión de esta historia, diciendo que fray Toribio de M. acompañó a Cristóbal Colón en la travesía que devino en el descubrimiento de América. También explicó el contenido del monumento, con las velas de una carabela, diciendo que era la Pinta, capitaneada por el mismo Colón. En el monumento se ven unas alas y cuatro manos, dos del fraile y dos de un ángel que protege al fraile durante la travesía y el encuentro con el nuevo mundo.
A los pies del fraile aparece una tortuga que, según Gabriel, representa el sostén del mundo espiritual. Y encima de la cabeza de la tortuga sobresalen las fauces de una serpiente “azteca” que, explicó, representa el demonio con cuyo cuerpo trata de envolver el cuerpo del fraile y el árbol de la vida (¿o es un tallo de maíz?) del cual brota la cruz.
El bajorrelieve fue obra del pintor y escultor mexicano Carlos Terrés (Lagos de Moreno, Jalisco 1950) y colocado en febrero de 1988.
Hace algunos lustros, el periódico El Norte de Monterrey −y quizá también algunos otros del Grupo Reforma− publicó un artículo mío que recuerdo haber titulado “El futbol como espejo de la política», en el cual hacía un análisis desde un punto de vista muy personal acerca de los vaivenes políticos en México a la par del desempeño del seleccionado nacional en los mundiales de futbol. Ahora lo retomo para continuar con el tema, también desde un punto personal más actualizado, y empiezo parafraseando a alguien que no recuerdo quién era ni cuándo lo dijo: «Cuando el país está bien, a la selección le va bien».
El tiempo pasa, con él se dan cambios en el horizonte político del país, pero puntualmente cada cuatro años se realiza la gesta deportiva más importante a nivel mundial y sigo creyendo que cada cuatro años el futbol es un buen termómetro para medir el estado de salud político de México, en este caso nuestro, para equiparar si la política refleja el desempeño del representativo en futbol o viceversa.
Si partimos del mundial de Italia 90, desde dos años antes, o sea 1988, en México se vivía un ambiente de incertidumbre por el dudoso resultado electoral y la “caída del sistema” al parecer orquestada por un no olvidado aunque por la 4t “resucitado” Manuel Bartlett, el entonces secretario de Gobernación, caída amañada que negó el rotundo triunfo electoral al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas en favor del Lic. Carlos Salinas de Gortari. Al poco tiempo de aquel asunto sospechoso, México fue descalificado por la FIFA e impedido a participar en las eliminatorias mundialistas debido el sonado y vergonzoso caso de “los cachirules”, en el cual la Federación Mexicana de Futbol no hizo nada para impedir que se alteraran las actas de nacimiento de algunos jugadores de la selección sub-21 o sub lo que haya sido. México fue entonces visto y tachado como un país corrupto y tranza en el ámbito futbolístico, tal y como era visto y tachado en el ámbito político nacional e internacional.
En 1994, cuando se jugó el mundial de Estados Unidos, el presidente de México seguía siendo Salinas de Gortari, pero en esas fechas hubo elecciones que dio el triunfo al priísta Ernesto Zedillo, quien llegaría al poder entre incertidumbre por el asesinato del candidato anterior a él. No obstante, en el país se vivía un auge económico gracias a la estabilidad lograda en el sexenio salinista. En el ámbito futbolístico, en ese mundial México traía una selección boyante, muy competitiva y pasó a 8vos de final como líder de su grupo, pero quedó eliminado por Bulgaria en serie de penalties.
En el mundial de Francia 1998, todavía durante el relativamente insulso mandato de Ernesto Zedillo, México repitió avanzar a 8vos de final luego de quedar segundo en su grupo. Fue eliminado en 8vos de final en el partido contra Alemania. Tanto en la vida política como en el desempeño de la selección nacional fueron tiempos grises.
En 2000 se vivió una “revolución” política en México, pues después de muchísimos años de absolutismo de un partido político, el PRI, hubo un cambio en el poder ahora con el PAN teniendo a Vicente Fox como presidente. Vientos de cambio se avizoraban con grandes esperanzas, como también hubo grandes esperanzas para el mundial de 2002 organizado conjuntamente por Corea del Sur y Japón. La clasificación al mundial fue titubeante, pero ya en la fase de grupos México fue poderoso y pasó a 8vos como primero de su grupo. Allí quedó eliminado por Estados Unidos.
Para el mundial de 2006 en Alemania, México llegaba a su participación previo a las elecciones que darían continuidad al PAN ahora con Felipe Calderón como presidente, quien ganó tales elecciones ante acusaciones y un halo de sospecha porque hubo otro candidato que se autoproclamó como el presidente legítimo y hasta hizo una irreverente toma de protesta que dio más risa que seriedad a propios y extraños, demostrando que México no es un país donde se vive el surrealismo de cotidiano, sino que esa era más bien una estampa del realismo trágico vigente. El desempeño del seleccionado nacional en la primera ronda del mundial fue gris, pero logró pasar a 8vos de final como segundo de su grupo. Perdió ante Argentina, repitiéndose el escenario de no ganar el cuarto partido por cuarta vez consecutiva. A la selección no le fue bien y el escenario político no estaba bien tampoco.
El mundial de 2010 se llevó a cabo en Sudáfrica. El presidente mexicano seguía siendo Felipe Calderón a quien se le seguía acusando de usurpador y criticando por sus desaciertos como haber emprendido una incongruente guerra contra el narco que nadie puede ganar. En ese mundial, México mantuvo su estatus de equipo de media tabla, mantuvo su racha de pasar a la segunda ronda, pero volvió a ser eliminado, de nuevo por Argentina, en 8vos de final. Una vez más la selección se quedaba en la orilla y los aficionados gritaban su frustración contra el equipo, contra el entrenador, contra algunos jugadores, pero no reclamaban con esa misma intensidad la ola de violencia y secuestros que cada vez aumentaban en el país, en parte debido a esa guerra contra el narco y la reconfiguración geográfica de los cárteles en el país.
En 2012 hubo elecciones federales y los votantes castigaron al PAN y aplicaron el refrán de “más vale malo por conocido que bueno por conocer”, optando por el retorno del PRI con Enrique Peña Nieto al frente, aunque otro candidato que se consideraba siempre ninguneado gritaba a los cuatro vientos que le habían vuelto a robar el triunfo. Elecciones amañadas o no, lo cierto es que después de doce años en la banca, los priístas regresaron con hambre desmedida. La corrupción desde los mandos de poder creció a niveles jamás vistos. El PRI no se había renovado durante su ausencia, sino que se había **reformado** con gran voracidad: corrupción, tranzas, robo a manos llenas, impunidad. Ante ese escenario, el lado futbolístico no podía no verse afectado. Para el mundial de 2014 en Brasil, durante las clasificaciones en el hexagonal México tuvo un camino más mediocre que titubeante que provocó cambios de técnicos hasta que muy sufridamente logró la repesca contra Nueva Zelanda. Ya durante el mundial, por vez primera la FIFA abrió una investigación en contra de la afición mexicana por el polémico grito homofóbico de «Eeeee, puto» cuando el portero contrario hace un despeje. Eso sucedió en el partido contra el anfitrión Brasil, aunque el infame grito venía sonando desde el preolímpico para los juegos de Atenas 2004. Eso dio de que hablar en el ámbito internacional, poniendo a México como un país vergonzosamente homofóbico, como vergonzoso era el desempeño del presidente Peña Nieto por sus desatinos, su torpeza política, sus frases que lo hicieron ser el hazmerreír. En ese mundial de 2014, México pasó a 8vos de final y perdió con Países Bajos con un dudoso penal. En los años siguientes se seguía gritando “no fue penal”, como si eso hubiera cambiado la historia de un país acostumbrado a quejarse por las derrotas en el futbol y tolerar los desatinos o la corrupción de sus gobernantes. En esos mismos años siguientes, aquel candidato que había sido «robado» por segunda vez en las urnas seguía gritando que él era el legítimo presidente. Futbol y política en un mismo tenor…
2018, otro año clave para la política de México. Se realizó el mundial en Rusia y la selección mexicana pasó a la siguiente ronda como 2do de grupo, pero perdió en 8vos de final con Brasil. Lo más destacado fue el primer partido, cuando México derrotó a Alemania, en lo que puede tomarse como el mejor resultado nacional en los mundiales por haberle ganado al campeón defensor, y se echaron las campanas al vuelo: “Esta selección tiene todo para ser campeona” … Al mes siguiente, en julio hubo elecciones y por fin ganó o por fin se le reconoció el triunfo a Andrés López, en esta ocasión contendiendo por un partido a su medida llamado Morena. Su gobierno comenzó con grandes promesas, como ser el gobierno que verdaderamente vendría a cambiar los usos y costumbres negativos más arraigados en la vida política nacional. En pocos meses se dio una serie de cambios estructurales como también fueron “resucitados” personajes del viejo priísimo catalogados por la historia reciente como dinosaurios o nefastos, por ejemplo, el citado Bartlett o el tal Napito, por mencionar sólo dos entre muchos otros, o la absolución de la Maestra por decisión no consensuada del presidente en turno. Ante un panorama así, con el transcurso del tiempo no se han visto grandes logros como tampoco se ha acabado la corrupción que fue una promesa del presidente durante su campaña y como lo ha cacareado día con día desde entonces con sus otros datos que son hazmerreír. Para muchos detractores, aquella ignominiosa guerra contra el narco emprendida por el iluso expresidente Felipe Calderón por fin ha “acabado” porque ya es el narco el que controla la política del país desde la cúpula del poder. En los cuatro años transcurridos, la Cuarta Transformación o 4t ha logrado muchos cambios benéficos para el país, pero los desaciertos suelen ser más notorios y es lo que aprovechan los detractores para criticar al gobierno y sus políticas, por ejemplo, se han retirado apoyos a programas de asistencia social, de salud o educación, se han desmoronado las instituciones, se ha ejercido el populismo, el caudillismo, el totalitarismo. Similar a gobiernos anteriores, la 4t mira la cultura con desdén, pero ahora con el añadido de desdeñar también la ciencia. En los muchos programas vigentes ya no se reparten estímulos entre “los mismos de siempre”, sino que ahora se apoya a los leales y partidarios de la 4t. Bajo este panorama, en muchos sectores se siente retroceso, los feminicidios van en aumento, así como los asesinatos a periodistas, pero eso es culpa de los gobiernos anteriores, dice quien dice siempre tener otros datos, quien no tiene un ápice de autocrítica. Los detractores del presidente y de sus pajes señalan un regreso al pasado, a los peores años de la época príísta de hace medio siglo. Y esto último nos lleva a Qatar 2022.
Noviembre de 2022, Qatar es un país inmensamente rico que por vez primera aparece en el panorama mundial, tanto por ser sede del Mundial de Futbol como por ser escenario de prácticas cotidianas que van en contra de los derechos humanos más elementales. Además, debido al inclemente clima es la primera vez que un mundial se realiza en noviembre-diciembre y es la primera vez que un país anfitrión no gana un solo partido, ni siquiera logra un empate y con un equipo tan amateur ni cómo ayudarle dirían los árbitros. Es un país que no tiene liga de futbol y nadie entiende cómo la FIFA le otorgó la sede, salvo porque hubo muchos millones de por medio y mucha corrupción. Corrupción… eso ya se eliminó de México, según alardea el presidente cada mañana, en un reiterado acto de megalomanía donde la gran transformación se debe a él, como señalan sus seguidores y se mofan sus detractores. Tan es así su devaneo que se dice ser el adalid de la 4ta transformación del país, siendo las anteriores la Independencia (1810/1821), la Reforma (1857) y la Revolución (1910), tres procesos que fueron catalogados como transformadores por la historia, años después de concluidos, y no cuando empezaron como la jactada 4t. En otras palabras: nadie es juez de su propia trayectoria, es la historia la que juzga y cataloga. Pero bueno, esto nada tiene que ver con el futbol, ¿o sí?
En este mundial de Qatar 2022, México es eliminado en primera ronda, algo que no sucedía en ocho mundiales consecutivos, o sea que ni pasó a 8vos de final como venía haciendo desde 1994. ¿Reflejo de los retrocesos de la 4t?
¿Qué hace entonces la hinchada para desfogar sus frustraciones futbolísticas que bien pueden reflejar sus frustraciones por el acontecer nacional en política, economía, sociedad, en la inseguridad que cada día va más en aumento? Gritar, opinar, compartir memes en redes sociales y ver de soslayo o de plano no ver situaciones en verdad graves como el hecho de que el presidente invierta parte de su tiempo diario en calumniar, difamar, fustigar a sus opositores o la iniciativa surgida en el seno presidencial de reestructurar el INE (Instituto Nacional Electoral) con el velado afán de quitarle su autonomía, regresando así al modelo de los años priístas cuando la democracia era sólo una palabra en el diccionario y, de tal modo, el partido en el poder poder perpetuarse. Si en política estamos mal, a la selección le va mal. Y mal le fue en Qatar…
En fin. Cada cuatro años se repite un mismo escenario: casi todo individuo se convierte en mejor entrenador de la selección porque sabe más que el técnico, pero no sabe nada de política; casi todo individuo reclama el desempeño de tal o cual jugador, pero no el desempeño del comisario ejidal, alcalde, gobernante, diputado, senador o presidente en turno. Cada individuo cree saber más de futbol, pero ignora que nada sabe de los tejemanejes políticos; grita con entusiasmo un gol, pero no grita por las injusticias diarias en el acontecer nacional; sufre y llora por otra derrota del Tri, pero es indiferente a los asesinatos o secuestros que a diario se suscitan a media cuadra de su casa. Cada cuatro años se repite un mismo escenario planteado por las empresas televisoras y mucha de la prensa: grandes esperanzas en el futbol plagado de efímeras estrellas, grandes decepciones, y lo mismo se repite cada seis años con el cambio de gobierno federal: muchas promesas; decepcionantes resultados.
Así, mientras el objetivo principal del gobierno actual no parece ser otro que perpetuarse en el poder con la máxima atribuida a Julio César, «Divide y vencerás», el objetivo en futbol sigue siendo el de algún día llegar al 5to partido. En el presente, para que la 4t se vea consolidada, desde un ángulo futbolístico requeriría que la selección mexicana llegara a 4tos de final en un mundial de futbol, algo que ciertamente no sucederá en el presente sexenio y quién sabe si en los siguientes. Entretanto, «Divide y vencerás» sigue vigente y cada vez más fuerte desde la cúpula de poder del gobierno en turno. «Divide y vencerás»… cada líder o cada sátrapa interpreta y ejecuta la máxima a su manera, con el objetivo de provocar una lucha de clases, un confrontamiento social, puesto que, con un pueblo dividido, es factible perpetuarse en el poder, no el líder o sátrapa porque tarde o temprano la vida se acaba, pero sí el partido Morena, en este caso, que tal vez aspira a superar en longevidad a su padre y maestro, el PRI…
Leyenda de Jazminal, municipio de Saltillo, Coahuila
Había unas pláticas de más antes en las que se decía que había un león –más bien, yo pienso que era un puma– que era así como un protector, como un espíritu amigo del hombre porque cuando iba a haber un peligro para algún campesino salía ese león y lo protegía.
Según platicaban, en aquellos años –más de cien–, por estos rumbos había mucho tigrillo y ese siempre ha sido un animal muy peligroso porque ataca al campesino nada más por atacarlo, sin avisar. O sea, el tigrillo antes se escondía arriba de un árbol o atrás de un mogote y cuando pasaba un hombre se le aventaba para atacarlo. Entonces, los viejitos decían que cuando había un peligro como ese, aparecía el león y atacaba al tigrillo.
Contada por Artemio Cerda
Jazminal es una comunidad ubicada al sur del municipio coahuilteco de Saltillo. Se desarrolló en las cercanías del casco de una pequeña hacienda agrícola, ixtlera y guayulera que, hacia mediados del siglo XIX, pertenecía a la hacienda Presa de Guadalupe hasta que se fragmentó por compra-venta.
Nota: esta leyenda fue publicada originalmente en el libro Creencias, mitos y leyendas de animales en el Altiplano, de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí en 2015. Dicho libro está agotado, pero la segunda edición pronto estará disponible en Amazon, tanto en formato papel como en formato digital.
Si has llegado aquí es porque te interesa el tema de las leyendas mexicanas o, particularmente, las leyendas de Nuevo León y porque sabes que las leyendas son una riqueza cultural inconmensurable que se cuentan de voz en voz, de generación en generación, entre familiares y entre amigos; riqueza cultural contenida en la tradición oral manifestada en mitos, cuentos y leyendas y plasmadas en libros como éste.
Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur… seguramente conoces algo de la trayectoria del autor: Homero Adame es un incansable investigador de mitología y folklore que ha publicado más de 30 libros, aparte de centenares de artículos en revistas, periódicos y blogs; ha escrito ficción, no-ficción, crónicas de viajes y, sobre todo, oralidad pues tiene especial interés en lo relacionado con la mitología y el folklore. Para este nuevo libro, Adame nos ofrece un recorrido mítico-legendario por las regiones Citrícola y Sur del estado de Nuevo León que conoce muy bien desde la óptica de un investigador, con ojo fotográfico, que siempre ha radicado en la ciudad. Pocos como él conocen el desierto neoleonés y sus colindancias, ese Altiplano tan visto de soslayo por autoridades e investigadores; ha recorrido muchos de sus recónditos parajes, aprendido algunos de sus secretos, escuchado sus vientos que también narran historias, otro tipo de historias…
Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur es un libro cuyos antecedentes son Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León, publicado por la Editorial Font, de Monterrey, N.L. en 2005, el cual fue, a su vez, una edición corregida, aumentada y mejorada de Mitos, cuentos y leyendas regionales – tradición oral de Nuevo León, originalmente publicada por Ediciones Castillo en 1998. Este nuevo libro contiene exclusivamente relatos de doce municipios neoleoneses, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur. Está compuesto por tres capítulos: Mitos, Cuentos y Leyendas; este último subdivido por épocas y temas: Leyendas con contenido prehispánico, Leyendas coloniales de santos y vírgenes, Leyendas de aparecidos y fantasmas, Leyendas de brujas y curanderos, Leyendas de cementerios y Leyendas de tesoros. Más aún: en este tratado el autor presenta cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.
Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.
En el libro titulado Casa Europa México. Historia de la casa desde la memoria de los sanmiguelenses, se incluyó un capítulo, casi como tema aparte e independiente, por ser un hecho aislado y a la vez de relevancia histórica que involucra la mansión sede de la fundación CEM y centro cultural. Las menciones orales que aluden la visita de Maximiliano de Habsburgo como emperador de México el 13 y 14 de septiembre de 1864 son recuentos de lo que se sabe gracias a la historia escrita por Francisco de la Maza en uno de sus libros sobre esta ciudad guanajuatense Patrimonio de la Humanidad. Al final del libro se reproduce parte del texto donde de la Maza menciona la casa.
No sabemos con exactitud cuándo se construyó esta casa, pero sí sabemos que es muy anterior a 1864 porque en ese año aquí se hospedó Maximiliano. Eso fue el 13 de septiembre. Se hospedó la noche del 13 y del 14 y se fue el día 15 para dar el primer grito oficial de Independencia en Dolores. A partir de entonces se acostumbra que en alguno de sus seis años como presidente de la República, el presidente en turno vaya a Dolores a dar el grito.
Luis Felipe Rodríguez
El nombre correcto de mi tatarabuelo y dueño de esa casa era Jesús María Vázquez Palacio. Él fue el defensor de Maximiliano en el sitio de Querétaro; era el primer jurisconsulto y el director de la Escuela de Jurisprudencia. Estuvo en Querétaro con Riva Palacio y otro abogado; eran tres y dos se fueron a San Luis a pedir el indulto a Juárez y uno de ellos se quedó en Querétaro. Creo que fue Jesús María Vázquez porque él y Maximiliano llevaban muy buena relación.
Cuando Maximiliano estuvo aquí en San Miguel se quedó en la casa de Jesús María Vázquez y le hicieron una cena de gala, con baile, en la casa de los Lámbarri, enseguida. Maximiliano bailó con mi bisabuela Dolores Lámbarri Malo. Cuentan que estaban mi bisabuela y Maximiliano bailando un vals y que le cayó a mi bisabuela en la parte del hombro del vestido la cera del candil y Maximiliano muy caballerosamente le removió la cera del hombro.
Luis Miguel Villarreal
Maximiliano se queda en la casa Lámbarri, donde pernocta, y no en la otra. Lo recibe la familia Lámbarri y le hacen fiesta y banquete. En los archivos parroquiales yo vi una carta donde se menciona que pernocta en la casa de los Lámbarri. Ahora, yo no sé si la casa Lámbarri tenía continuación con la casa vecina, ahora Casa de Europa, y fueran una misma propiedad. Sería cuestión de ver planos de cómo eran las casas en aquel tiempo.
Graciela Cruz
Jesús María Vázquez Palacio (no José) es efectivamente el abogado que radicaba en Querétaro. Su esposa era Guadalupe López Sautto y Sautto, nacida en la hacienda Noria de San José (luego conocida como Noria de Alday), en San Diego de la Unión. Este señor Vázquez es en ese tiempo dueño de esa hacienda. Su casa en San Miguel es la que estás estudiando para tu libro, segunda calle de San Francisco número 4 (ahora San Francisco 23), y por su cercanía con Maximiliano, Jesús María Vázquez lo recibe allí cuando el emperador hizo su visita oficial en camino a Dolores para dar el primer grito de Independencia.
Jesús Garza Herrera
Hay una novela histórica, Quién en San Miguel, donde se menciona que el emperador Maximiliano se hospedó en esa casa y también habla de mucha gente de época. La autora se llama Eladia González.
Gloria Tovar
Al abuelo de mi papá no le tocó, porque fue antes, pero según contaba que las gentes de más atrás contaban que don Maximiliano llegó en un carruaje muy elegante con mucha gente y caballos de lo más fino. El emperador entró caminando a la casa sobre un tapete rojo, largo, pero el caballerango dio vuelta y metió los caballos y el carruaje por atrás, por lo que es la calle de atrás, la de Correo. Luego todos los trabajadores tuvieron permiso de salir a la calle a saludar y echar “vivas” cuando más tarde el emperador salió con su gente a los asuntos oficiales en el Palacio de Gobierno.
José Guadalupe Sánchez
En aquel tiempo, cuando Maximiliano fue a dar el grito a Dolores –que fue el primer grito de Independencia que un gobernante dio de manera oficial–, una comisión recibió a Maximiliano aquí en San Miguel y él se quedó en esta casa, estuvo dos noches. Lo llevaron una tarde a pasear al parque Guadiana, que en aquel tiempo eran huertas y un lugar recreativo al que la gente de San Miguel iba a pasear. El parque Juárez no existía.
Samuel Rangel
Dicen que Su Majestad se quedó en la casa de los Vázquez y eso lo menciona de la Maza en su libro. Lo que yo sé por historias de familia es que la fiesta que le organizaron a Maximiliano fue en la casa de mis tatarabuelos los Lámbarri, en la esquina de San Francisco y Corregidora, prácticamente enseguida de los Vázquez. Todas las señoras que estaban invitadas se pulieron haciendo sus mejores platillos y una de mi familia hizo un postre de pera y por eso yo escribí ese texto que anda en Internet, “Las peritas del Emperador”.
Maruja González
Cuando fusilaron a don Maximiliano en Querétaro, mucha gente de San Miguel estuvo en apuros porque eran amigos del Imperio. Esos Vázquez parece que se fueron un tiempo, pero no vendieron la casa.
Demetrio López
El libro se puede adquirir en Casa Europa México, en el número 23 de la calle San Francisco, en San Miguel de Allende
Según las crónicas históricas de San Miguel de Allende, el jueves 29 de julio de 1943, a las 4:25 de la tarde con cielo despejado, un rayo impactó en el campanario del templo de San Francisco. A continuación tenemos algunos relatos orales al respecto_
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Creo que fue en 1943 cuando pegó la centella en San Francisco. Esa centella –a mí me robaron la fotografía que yo tenía, una fotografía histórica que tenía la hora de las 4:25 de la tarde cuando vino la centella– tumbó parte del campanario de la torre de San Francisco. Abajo estaban varios albañiles haciendo una cepa y las canteras que cayeron mataron a dos de esos albañiles. Mi tío Agustín Sautto estaba parado allí enfrente, recargado en un poste de luz, que eran como rieles de ferrocarril, y ahí hizo tierra la centella y aventó a mi tío a media calle. Mi abuelo estaba en el escritorio de la casa y lo vio, lo vio que salió volando y que cayó a media calle. Corrió mi abuelo y le dijo: “¿Qué te pasó, Agustín, qué te pasó?” Y mi tío le dijo: “Nada, papá, nomás el susto”. Cuál no le pasó nada si a los nueve meses se murió. Se desprogramó, le dio el síndrome de Stokes-Adams que desprograma el ritmo sinodal del corazón. Fue varias veces a México a las especialidades de cardiología, pero como no había tratamiento a los pocos meses murió aquí en San Miguel.
Luis Miguel Villarreal
Agustín Sautto murió a los pocos días de que fue golpeado por el rayo que cayó en San Francisco. Quedó muy afectado y falleció a los pocos días.
Graciela Cruz
Agustín Sautto fue el hombre más rico que había en San Miguel, según creo yo. Él era hijo de una señora Vázquez que fue dueña de esta casa que estamos hablando (la del númbero 23 de la calle San Francisco).
José Ignacio Reyes Retana
Yo soy del 42, entonces estaba muy chiquita cuando sucedió eso de la centella que tumbó parte del campanario de San Francisco. Mi mamá tenía su puesto afuera del templo y yo estaba con ella. A un lado estaba una comadre de mi mamá con su puesto. Aunque era una tarde sin nubes, de pronto escuchamos el trueno y se dejó venir la centella que pegó en la torre y tumbó unos pedazos de cantera. Mi mamá sin saber, al escuchar el estruendo del trueno se hizo a la pared, se recargó y yo le corrí, yo aspiraba a meterme al templo, pero estaba cerrado a esa hora. Los pedazos de cantera nos pudieron haber matado porque cayeron casi encima del puestecito de mi mamá. En el puesto de la comadre, que estaba como a cinco metros, no cayó más que puro polvo. Supimos que el rayo mató solamente a una persona casi inmediatamente. Estaba en aquel tiempo la ambulancia en la calle de Núñez, pero no había carros de ambulancia; entonces llegaron corriendo los camilleros y vinieron a recoger a esa persona que estaba tirada a mitad de la calle. No me acuerdo muy bien cómo fue esto porque yo era muy niña cuando sucedió, pero parece que el rayo alcanzó a ese señor que estaba parado afuera de la casa donde estaba la primaria y el impacto lo aventó muy lejos y cayó a mitad de calle, algo así. No sé quién haya sido ese señor que murió y ojalá esté descansando en paz.
Soledad González
Mi tía Lupe la cristera contaba que cuando pegó el rayo en el campanario de San Francisco ella estaba en el jardín con otras personas y que el badajo de la campana le cayó en la falda; usaban de esas faldas largas y ahí le cayó el badajo. Si le hubiera pegado a ella o a alguien, la mata.
Maruja González
Mi hermano Juan platicaba eso de la centella porque él trabajaba en la Oficina de Rentas como empleado y una tía trabajaba haciendo el aseo en la misma casona. Decía que fue en la tarde, que él estaba en el balcón de ese lugar con otras personas y que la tía estaba barriendo afuera en la calle. Tronó muy feo y vieron que enfrente se cayó parte de la torre de la iglesia. No me acuerdo si platicara de alguien que haya muerto, pero decía que la tía corrió a mitad de calle a ayudar porque el rayo había alcanzado a un hombre que estaba tirado casi enfrente de la Oficina de Rentas. Luego mi hermano Juan y sus compañeros bajaron corriendo para ayudar también.
Aquí en toda la playa hay delfines que se acercan y un poco más lejos también hay toninas, que son más grandes que los delfines. Le cuento esto porque son peces muy nobles que ayudan a la gente en peligro. Por ponerle un ejemplo: si alguien se anda ahogando, esos pescados lo empujan a la orilla para salvarlo. Me consta, lo he visto. Otro ejemplo: si alguien anda nadando y por ahí vine un tiburón, las toninas o los delfines espantan al tiburón. Por cosas así aquí en la costera de Miramar, en la rotonda, hay un monumento de un delfín con una sirena. ¿Por qué? Déjeme le cuento…
Según los asegunes, hace muchísimos años cuando aquí no había más que chozas y enramadas de pescadores, una vez andaban los niños nadando y se vino una oleada fuerte y el mar se los empezó a llevar. Las mamás se dieron cuenta y no podían hacer nada porque los papás andaban en la pesca en sus lanchas. Se habrán puesto a rezar o lo que sea, pero se dio el milagro de que los niños llegaron a la orilla sanos y salvos. No se ahogó ninguno. ¿Qué sucedió? Uno podría pensar y lo más seguro es que los delfines o las toninas los salvaron, pero estos asegunes cuentan que fueron las sirenas las que salvaron a los niños trayéndolos a la orilla. Eso es lo que las mamás dijeron porque en su desesperación vieron a los pescados que parecían mujeres y que entre el oleaje ayudaron a los niños. Y por eso está el monumento de la sirena y el delfín porque es en recuerdo a esa vez que los niños se salvaron de morir ahogados aquí en la mera playa de Miramar.
Leyenda contada por Juan Calos Núñez, vendedor de artesanías en la playa de Miramar
La imagen, tomada del artículo Sirena en Wikipedia, es obra de John Collier. Que los enlaces sirvan de crédito a sus creadores.
Mis padres son los dos de Hermosillo y cuando mis abuelos todavía vivían, íbamos allá de vacaciones. Cuando estábamos chicos nos juntábamos con los primos y los amigos del barrio y me acuerdo de que contaban historias de miedo. Una de ellas en lo particular a mí me daba mucho miedo porque era en el centro que yo conocía. Contaban que cuando ya cerraban las tiendas, o sea que ya estaba oscuro, que se oían gemidos, gritos, balazos y llantos y que hasta se veían figuras como que flotaban, así como se dice que flotan los fantasmas. Eso contaban mis primos y muchas historias más. En dos o tres ocasiones que yo fui con mis papás al centro y que se nos hizo tarde me daba un chorro de miedo de que fuéramos a ver eso o escuchar eso que nos contaban -recuerda Armando Salvatierra.
El asunto tiene un trasfondo histórico, aunque de que se vean fantasmas o que se oigan ruidos fantasmales tal vez no sea cierto, pero lo que sí fue cierto es que allá por los años 20 o 30 del siglo pasado, por alguna razón que desconozco hubo una matazón de chinos y estuvieron involucradas las autoridades y mucha gente, o sea que se pusieron de acuerdo y masacraron a los de la comunidad de chinos, y había no solamente chinos en Hermosillo sino también en Sonora, y en Sinaloa y creo que también en Baja California pero no estoy muy seguro. Algo hubo de envidias contra los chinos porque llegaron muchísimos que se establecieron y pusieron sus negocios y les iba bien; eran negocios establecidos no como ahora los puesteros donde venden puras fregaderas traídas de China que no sirven para nada y son puestos callejeros. No, en aquel tiempo allá en Hermosillo los chinos estaban bien organizados y bien establecidos y por alguna razón, yo creo que, por envidia económica, los comerciantes locales se pusieron en contra de ellos y cuando los masacraron pues obviamente se quedaron con los buenos locales independientemente de la mercancía. Y como esos chinos no tenían patria realmente y muchos eran ilegales, pues ni cómo avisarles a los familiares que vivían quién sabe dónde en China. Entonces a todos esos muertos los enterraron en una fosa común y así fue más o menos esa historia, muy horrible la verdad, como son las masacres raciales como las que sucedieron en Europa contra los judíos o más reciente en Siria, pero poco se habla de las que sucedieron aquí en México principalmente contra los chinos, en este caso, y también contra los yaquis y contra otros grupos étnicos.
Y total, esa es una de las historias que recuerdo que contaban mis primos y que me daba miedo y más cuando fui las pocas veces al centro en la tarde-noche y cuando oscurecía me agarraba de la mano de mi mamá porque no quería escuchar esos ruidos, esos llantos, esos fantasmas de los pobres chinos asesinados.
Notas:
1. Los hechos iniciaron en Torreón, Coah. en mayo de 1911 y se extendieron a otras partes del norte de México, incluyendo el estado de Sonora. Aquí un artículo al respecto. Campaña antichina
I lived at that house and as children we used to have fun getting up to mischief there. I remember that the toilets were made of long planks with several holes over deep pits and we used to throw lighted matches or burning paper down to see the arches. There are arches down there, I don’t know if they might be part of some tunnel or some cellar. If they didn’t fill up the pits with rubble when they did the renovations, because throwing rubble down the pits is what they usually do in the houses in the town centre, the arches must still be there.
And opposite, in the Chapel of the Third Order, I remember that there used to be a very big, wooden door and it had a ring to pull it open and that was where you could go down into a tunnel or most probably it was a cellar; I don’t remember very well because I was very little, I was an altar boy and we used to go down there just to be naughty. But now that you mention it, and relating it to the arches that we could see under the toilets, it could be, why not, that there is a tunnel which goes from the Chapel of the Third Order to this house, now the Casa Europa, with one branching off to the chapel above, the Calvary, another more important one going down to the parish church and that’s how the tunnels might be interconnected. But I think that the one at the Chapel of the Third order was blocked many years ago.
Samuel Jurado
About the tunnels… No one has ever told me that they have seen them, but they have shown me photographs. They have found a lot of arches and because of these arches, a lot of people believe that there is one tunnel which crosses San Miguel from north to south and another from east to west and that they cross at some point. I am very sceptical about the tunnels myself, and I think there may well be some in San Miguel, but not everywhere people say they are. For example, here in what is now the Casa Europa, if there are perhaps some arches underneath, I think it is more likely to do with the underground streams of water that flow down from El Chorro and in the earliest plans of the city, no doubt these arches were built to provide some reinforcement, while at the same time respecting the natural path of the now underground streams and the old houses that have this kind of support must have arches because these are a very good architectural element for providing support.
During some renovations that were carried out in this house, they must have taken advantage of the shafts between the supporting arches to build latrines. You can see the same thing further down the street in Licenciado Enrique Fernandez Martinez’s house, where there are also arches underneath the house, which I believe are not tunnels, but they give support because of the underwater streams. Even further down, opposite the Aldama Cinema, where the Chamber of Commerce used to be for many years, there’s another one, just the same. So if we see it as an almost straight line, these three houses are situated over the bed of a single underground stream.
Luis Felipe Rodriguez
I remember that they used to say that many years ago, when they were remodelling this house to house the government offices, at the back they knocked down some old walls and built some new ones because they made some kind of little offices with toilets and they did this on a second floor, which didn’t use to exist. So when they were doing this work, they found some foundations that they had to remove and when they were removing them, some pieces fell a very long way downwards. The workmen wanted to look down but it seems that they couldn’t see the bottom. Then they said that one Sunday, one of these men brought some very long cables or ropes and he and a friend of his went down with lamps because they were looking for a treasure. Then they said that they found some skeletons down there because it was like a dungeon and there were skeletons there. And they walked as far as they could along the tunnel, till they could not go any further, It must be true because not many years ago, outside the house in the road where Correo Street meets Corregidora Street, the rains made a kind of gully there because part of this tunnel, which comes from the parish church and goes under the back part of the house, must have fallen down although it seems that the dungeon is more towards the front, at the San Francisco Street entrance.
I don’t know if they got any treasure out or what they did with the skeletons or whose they might have been or if it’s even true at all, what I am telling you that they used to say, but this is what they used to tell us about when they were doing this remodelling work which was back in about 1975, more or less.
Ignacio Abundis
Notes:
1. These stories were published in the book Casa Europa Mexico. The history of the house as recalled by residentes of San Miguel de Allende.
Hay muchas leyendas de sirenas que cuentan en los pueblos costeros, historias de pescadores que vienen de mucho tiempo atrás. Los científicos refutan las leyendas de sirenas y explican que pueden tener su origen en los navegantes del pasado que iban a nuevos lugares y veían fauna marina desconocida, como los manatíes de acá de la costa de Baja California y luego contaban que eran mitad pez, mitad mujer.
Yo me acuerdo que hace unos veinte años dijeron que en La Misión, un centro de investigaciones entre Ensenada y Tijuana, andaban unos estudiantes y descubrieron en el fondo del mar lo que pensaron que eran los restos de una sirena porque tiene mucho de pez y la cabeza es más humana. Creo que los llevaron al instituto de la Facultad de Ciencias Marinas, en Ensenada y allí todavía tienen los restos reconstruidos de ese pez que es una especie nueva que descubrieron esos estudiantes. Yo no lo he viso, pero una vez en el Museo de las Californias en Tijuana vi la réplica y, bueno, con algo de imaginación puede uno pensar que es como un esqueleto de sirena.
Historia contada por Rosalinda Álvarez
La imagen fue tomada del sitio de Internet seresmitologicos.net. Que el enlace sirva de crédito a sus creadores.
Mi mamá es de Tuxtla y me acuerdo de que nos contaba una historia que es leyenda, una historia de un trágico amor tipo telenovela de niño rico, niña pobre que se enamoran y su amor no es bien visto por los padres del niño rico. En Tuxtla hay varias cuevas en los cerros cercanos y una se llama la cueva de la Chepa, y se llama así en memoria de Josefina, la niña pobre que le decían Chepa.
El asunto fue que estos estaban chicos y se enamoraron sin que sus papás supieran, y se huyeron porque el niño sabía que no le iban a permitir que anduviera con una niña pobre. Juntaron sus cosas y se fueron a una cueva que Chepa conocía. Allí consumaron su amor y planearon armar su hogar. Pero el día siguiente, el niño rico dijo que iba al pueblo a traer cosas. Para esto, los papás de los niños fugados ya los buscaban por todas partes sin saber que andaban juntos. Hasta los papás se conocieron y entonces sospecharon que había un amorío entre ellos. El niño fue a su casa y al día siguiente se volvió a desaparecer, pero sus papás lo siguieron y supieron que se escondía en una cueva, pero regresaba a dormir a casa. Así fueron varios días hasta que sus papás ya no quisieron que siguiera con ese juego y lo mandaron a Mérida con unos tíos para que estudiara allá. El niño no dijo nada y tampoco contó que Chepa estaba en la cueva.
Pasó el tiempo y de Chepa nunca se volvió a saber nada. Hasta dijeron los vecinos que se la había robado el Sombrerón o la Tisigua, que son espíritus malos en Tuxtla. Como un año después, unos muchachos de los boys scouts andaban por ese rumbo y se metieron a la cueva y allí encontraron el esqueleto de una niña. Las autoridades fueron y lo sacaron y fue cuando se resolvió el misterio de la niña perdida que no había sido secuestrada ni robada por los espíritus. Luego el niño, que había ido de vacaciones a Tuxtla, contó su historia y así se supo cómo estuvo todo. Desde entonces a esa cueva la conocen como La cueva de la Chepa.
Historia contada por Marisol Balderas, de la ciudad de México
La imagen fue tomada del sitio de Internet: cityexpress.com. Que el enlace sirva de crédito a sus creadores.
En lo que se conocía como Puerto de Salagua, una pequeña bahía que era punto de comercio entre el Imperio de Catay y el Señorío de Colimán, donde ahora se ubica el hotel Las Hadas que fue muy famoso en décadas pasadas, se cuentan leyendas de luces misteriosas que se ven en la playa, principalmente cuando hay luna llena. No se sabe desde cuándo se han visto, si los habitantes prehispánicos ya las conocían o si se mencionan en las crónicas hispanas, pero hay quien diga que desde la época de Hernán Cortés y hasta el virrey Antonio de Mendoza que estuvieron en esta región ya se hablaba de esas luces misteriosas. Lo cierto es que, desde hace siglos, los navegantes han dicho que en noches de luna se ven a lo lejos las figuras iridiscentes que se mueven como si danzaran sobre el agua, en la espuma de las olas o sobre las rocas. Por esa razón ese sitio recibió el bien merecido nombre de Las Hadas.
En ese sector de Manzanillo se encuentran la playa La Audiencia y la pequeña bahía de Las Hadas que es donde más se han visto las danzarinas luces misteriosas. Incluso se dice que el creador del hermoso hotel Las Hadas decidió nombrarlo así gracias a esas luces que hacen magia en las noches y dijo que eran como las hadas de los cuentos. Tan así fomentó esa leyenda que a la entrada del hotel hay dos “hadas” en esculturas, Estérala y Melusina que son las patronas del turismo en esa región colimense del Pacífico mexicano.
Si alguna vez vas a Manzanillo y en la noche andas por la playa La Audiencia o, mejor, te hospedas en Las Hadas, observa bien el mar, fíjate en las olas y, si ves esas esas luces misteriosas que se mueven como las hadas disfruta la visión y el momento que podrían ser hadas…
Éranse cuatro amigas que todas las tardes se juntaban con otras damas de su mismo círculo social a jugar canasta en el Casino o en casa de alguna de ellas. Esto no es nada fuera de lo común; muchas personas lo hacen. Sin embargo, lo singular de este grupo es que cuatro de ellas llevaban por nombre Concepción y de cariño les decían «Conchita» en sus distintas variantes. Además, eran comadres; no todas con todas, sino que una con otra como veremos más adelante.
Un año en particular, el 8 de diciembre cayó en sábado, por lo que no hubo jugada. Las Conchitas fueron invitadas, por separado, por su parentela para celebrar el día de santo. Hasta ahí todo en orden.
Ah, pero a las amigas, y más a las comadres, se les debe obsequiar algo. Cualquier detallito es bueno, por insignificante que sea. Unos aretitos de alpaca, un regalo de “roperazo”, un prendedor, unos mantelitos deshilados de Aguascalientes, una crema de almendras para el cutis, o cosas por el estilo, son excelentes para salir del paso, y de pasada cumplir con la festejada.
Muy bien. Ya era sábado 8 de diciembre y una de estas cuatro amigas, la señora Conchis, andaba tan ocupada recibiendo felicitaciones telefónicas de sus hijos y amistades y ordenando la comida que casi se le olvidó hablarle a sus amigas y a su comadre Conchita. Como a eso de las doce se acordó y fue el momento en el cual el mundo casi se le vino abajo por unos instantes.
«¿Qué le regalaré a mi comadre Conchita?», pensó con insistencia. Le dio vueltas a cuanta idea se le vino en mente, pero ninguna le satisfacía. «Ah, ya sé. ¡Un pastel! No me sale caro y además quedo bien con ella», concluyó.
Con esa resolución, la señora Conchis le ordenó a su cocinera que hornease un pastel cubierto de betún. «Y de relleno le pones unas tres cerezas o duraznos de lata o lo que se te ocurra», le dijo a la muchacha. Cuando el pastel estuvo listo, con otra sirvienta lo envió a la casa de su comadre Conchita, quien no se hallaba en casa para recibir el presente de manera personal.
Mientras tanto, esta señora Conchita también andaba medio preocupada, pues no sabía qué obsequiarle a su comadre Conchón. Cuando llegó a su casa después de la comida, se encontró con el pastel de su comadre Conchis, y pensó: «¡Ay, mira, qué buen regalo! Este pastel me va a sacar de apuros. Nada más le pongo mi tarjetita y se lo mando a mi comadre Conchón». Y así fue. El pastel fue entregado en casa de la señora Conchón un rato más tarde.
La señora Conchón, por su parte, también tenía rato pensando qué enviarle a su comadre Concha. Desde la mañana había recibido una caja de sabrosos chocolates de San Luis por cuenta de su comadre, y sentía la obligación de corresponderle del mismo modo. Por eso, cuando recibió el pastel de su otra comadre, éste le cayó como del cielo. Sólo tuvo que cambiar la tarjeta, poner la suya y mandárselo a la señora Concha.
Eran como las seis de la tarde cuando la señora Concha recibió su regalo. Más tardó en recibirlo que en remitirlo a la casa de su comadre Conchis, pues se trataba del obsequio ideal para un día de santo. La sirvienta de doña Concha llevó el pastel a la casa de la otra señora.
Doña Conchis, quien había sido invitada a pasar la tarde en la casa de una de sus hijas, finalmente regresó a su hogar a eso de las diez de la noche, después de haber incluso cenado. Cuál fue su sorpresa descubrir su propio pastel en su casa, pero enviado por su comadre Concha, como si ésta lo hubiese horneado o comprado. En eso exclamó: «¡de haber sabido, le hubiera puesto más huevos!»
La foto fue tomada del sitio de Internet recetasgratis.net. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a sus autores.
Las escuelas y colegios son lugares que conservan muchas anécdotas que se pasan de generación en generación, y en muchos casos son modificadas, cambiando los personajes originales por personajes actuales. Cada institución seguramente tiene una lista interminable de anécdotas, pero voy a narrar una que escuché en mi niñez y sigue contándose en el Colegio Linares.
Por razones obvias, se ha evitado dar los nombres de los personajes que tomaron parte en esa historia, y el único nombre que se menciona sí es el real.
Ilustración de Jennifer Hennen 1997
Un día estaban los niños de sexto año del Colegio Linares en clase de aritmética con su profesor, cuando de repente se escuchó un sonoro pedo. Fue tan ruidoso que todos los niños empezaron a reír y a mirar al lugar donde provino el ruido.
Como la única persona al frente era el maestro, entonces era obvio que él había sido, y ante la mirada de risa y cierto miedo de los niños, el profe no tuvo otro remedio que buscar una excusa convincente para que todo quedara aclarado. Así que les dijo: “Fue el tacón, fue el tacón”, mientras hacía un movimiento de tallar el tacón de su zapato sobre el piso. “Fue el tacón, fue el tacón” seguía diciendo y queriendo imitar el sonido con el tacón de su zapato.
Y ante aquella situación entre penosa y chusca, se oyó el grito de Cañamar, uno de los alumnos que exclamó: “¡Sí, fue el tacón de frijoles que te echaste case Jaime Adame!”, y todos siguieron riendo.
Esta anécdota fue publicada originalmente en el libro Mitos, cuentos y leyendas regionales, tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, 1998.
Sin precisar las fechas del suceso, esta es una anécdota muy singular que bien debió haber sido incluida en el libro Guiness de Récords. Lástima que no hayan quedado pruebas para registrarla.
Cuando andábamos en campaña (electoral), una vez que fuimos a Rayones nos platicaron una historia bien chistosa; algo que supuestamente sucedió hace como unos 15 o 20 años –me cuenta Jorge Adame Martínez.
Resulta que un día corrió el rumor de que se había caído una avioneta allá por el rumbo de Las Cebollas, una comunidad en la sierra adonde sólo se llega en lomo de bestia. Entonces, como a todos les encanta el guato, luego lueguito se fueron los hombres en mulas y burros para ver la avioneta estrellada. En aquel tiempo no había carretera ni nada y hasta los policías andaban a pie, por lo que no sé si ellos fueron también. Cuando llegaron parece que encontraron al piloto de la avioneta todo calcinado, además de puros pedazos de metal regados por todas partes. Y también vieron muchos bultos como de talco regados por doquier.
Como esa gente no sabía qué era, recogieron los bultos y se los llevaron a Rayones. Ya era bien de tarde y como no había ni teléfono en ese entonces, las autoridades tuvieron que esperar hasta al día siguiente para dar aviso a Monterrey. Con eso que alguien tuvo que ir a Montemorelos, la judicial o los soldados tardaron un par de días en venir.
Eso ocurrió un miércoles o jueves, según me contaron, porque el sábado es cuando allá se juegan béisbol. Entonces ese sábado se juntó la raza a jugar, mientras esperaban que llegara la policía de Monterrey. Ya estaban listos para empezar el juego cuando se dieron cuenta que no tenían cal para rayar el cuadro o el diamante. Estuvieron alegando entre ellos que si jugaban o no, que necesitaban el cuadro pintado y cosas de esas, cuando alguien dijo: “Órale, pues ahí tenemos los bultos de talco de la avioneta estrellada.”
Todos felices con la solución al problema, fueron por los bultos y entre todos rayaron el cuadro y marcaron el diamante. Dicen que les quedó mejor que nunca.
Comenzaron a jugar como siempre, pero ni cuenta se dieron que se les empezó a hacer tarde. Juegue y juegue estaban sin siquiera cansarse tantito. Los chavillos se echaban una soda, los mayores su cerveza y seguían jugando con mucho ánimo. El que me platicó esto ni se acordaba cuántas entradas jugaron, pero dijo que se pasaron de las nueve de rigor, eso sí.
A eso de las seis llegaron los de la judicial y del Ministerio Público a investigar lo de la avioneta. La gente seguía bien entretenida jugando, pero ahí le pararon. Entonces el comisario ejidal les explicó a los judiciales lo que había pasado y cómo fueron ellos hasta Las Cebollas. Hasta unas personas los llevaron para que dieran fe del asunto y se llevaran el cadáver del piloto.
Cómo eran los tiempos antes y cómo había también ignorancia en ciertas zonas rurales o serranas. Los de la judicial les explicaron a los lugareños cómo estuvo todo. Resulta que la avioneta venía de quién sabe dónde toda cargada de cocaína. Eran los bultos de talco, o lo que la gente creyó que era talco.
Fíjate lo que son las cosas: el cuadro de béisbol por un día estuvo rayado con cocaína. Con lo que ahora bien sabemos que cuesta esa droga, ¿cuánto dinero no estaba tirado ahí, en el solar donde jugaban béisbol? Entonces podemos concluir que ha sido el “diamante” más caro de la historia.
Este relato me lo contó Jorge Adame Martínez.
La imagen de Rayones fue tomada del sitio de Internet sierramadreoriental.wordpress.com. Que el enlace sirva de crédito a sus creadores
La siguiente narración habla sobre unos indios, sin especificar a cuál tribu pertenecieron, y los tiempos son un tanto confusos, por lo que evidentemente cae en el campo de la leyenda. Sin embargo, también se menciona que la región de Guadalcázar ya era un centro minero desde antes de la llegada de los españoles, y esto lo hace entrar en el campo de la historia.
Allá en esa sierrita hay unas cuevas donde la gente saca cositas muy curiosas; cositas que luego van y venden por ahí. Ha de saber usted que los indios moraban en esas cuevas. Esos indios estaban antes de que los españoles llegaran aquí porque ya trabajaban las minas y los indios hacían cositas con el metal que sacaban de las minas. Cuando llegaron los españoles les gustó el asunto de las minas y por eso corrieron a los indios. Los españoles no destaparon ninguna mina; las minas ya las habían destapado los indios y los españoles son los que las aprovecharon.
Cuentan que unos amigos de aquí fueron al Cañon del Meco, allá por el rumbo de Cuidad del Maíz, y se encontraron a otros hombres. Esos hombres no parecían como uno sino que tenían como cara de indios. Entonces les preguntaron que de dónde eran y cuando estos amigos dijeron que venían de Guadalcázar aquellos hombres les dijeron: “Mmm, nosotros éramos de allá… a nuestros padres los corrieron los españoles cuando nosotros estábamos ansina de chiquitíos.” Entonces dijeron que los españoles los corrieron para quitarles las minas. (Blog de Homero Adame)
Y esos indios sí sabían de estos rumbos porque les dijeron a los amigos de la mina que le mentamos «La Cocinera». Los indios dijeron: “Sí, en La Cocinera trabajábamos nosotros. Hay unas cuevas (socavones) y una es de pura plata, otra es de puro oro y una más es de mercurio para afinar la plata.”
Por eso le digo que fueron los indios los que descubrieron las minas y no los españoles. Aunque los españoles cuando llegaron le sacaron mucho provecho, primero corriendo o matando a los indios, robándose las tierras, posesionándose de cuanta cosa podían, y matando a las mujeres para que ya no tuvieran más hijos indios. Esos españoles fueron muy méndigos y luego fundaron sus haciendas a costa de la sangre que hicieron derramar de los indios.
(Sucedido en algún municipio conurbado de Monterrey, N.L.)
Una vez que fuimos de vacaciones a Nuevo León, en pleno verano, había campañas electorales. No recuerdo dónde fue, pero un domingo manejamos a Cerralvo, supuestamente la población más antigua del estado y nos gustó, aunque hay ciudades neoleonesas más ricas en arquitectura colonial y tradiciones Íbamos de regreso al hotel en Monterrey y pasamos de largo Cadereyta, famosa por sus escobas y sus «lloviznados», y más adelante paramos en un pueblo para comprar agua y refrescos porque el calor estaba fuerte. La plaza estaba hasta el tope de gente; no del paseante dominguero común y corriente, sino de los partidarios de un candidato del PRI que andaba en su cierre de campaña.
Los vitoreos y aplausos eran continuos. Los animadores no dejaban de hablar y gritar arriba en la tarima. Cuando por fin apareció el candidato, las hurras y los chiquiti–bums inundaron el ambiente con su estruendo. El hombre, tan sonriente como sudado, cogió el micrófono e inició su arenga previamente preparada. Hacia el final, debido a la emoción del momento se puso a improvisar sus últimas palabras. Los vivas y las ovaciones lo animaban cada vez más. Como todo buen cierre de un discurso o de un chiste requiere de un punch line eficaz, fuerte y persuasivo, el candidato terminó diciendo:
«… y ahí tenemos a los de la oposición, que no saben ni tienen experiencia para gobernar. Por eso a ustedes yo les digo: ¡más vale ratero por conocido, que ratero por conocer! Muchas gracias».
Cosa curiosa, luego me enteré de que perdió las elecciones y hasta la fecha ni él ni su mamá y menos tú o yo sabemos por qué.
Yo me sé una leyenda de San José Iturbide, en Guanajuato. Una viejita tenía su nieta y no la quería. La viejita tenía dos hijos y esa niña, su nieta. Los hijos de la viejita se casaron y se fueron a vivir a otro lado y la nieta se quedó a vivir sola en la casa de su abuelita. Un día a la abuelita la internaron en el hospital y la nieta, que estaba sola en la casa, escuchó que le decían por su nombre y que fuera al hospital, pero no fue y entonces a la mañana siguiente le avisaron que la abuelita había muerto. O sea que dicen que la voz de la abuelita era la que le decía que fuera a verla al hospital antes de morirse.
Luego, ya cuando la niña estaba viviendo sola en esa casa, un día ella sacó las cosas de su abuelita para usarlas, que era la lavadora, la licuadora y el refrigerador y adentro el refrigerador encontró los dientes postizos de su abuelita; la lavadora no sabía cómo usarla bien y por eso no la usaba, o sea que lavaba la ropa a mano. Cuando iba a usar la licuadora oyó que una voz le dijo que con la licuadora se iba cortar un dedo y ella no hizo caso y se puso a licuar no sé qué (algo así como una salsa de chile con tomate, creo) y sí se cortó el dedo.
Luego una tarde estaba la niña lavando ropa a mano y en eso se le apareció algo así como un duende que tenía cara de travieso. Ese duende le explicó a la niña cómo lavar en la lavadora, la conectó, le echó jabón, metió la ropa y la puso a funcionar. La niña se puso muy contenta y el duende se fue.
Lo más gacho es que un día estaba lavando y ya no la volvieron a ver a la muchacha; dicen que se la tragó la lavadora. Dicen que ya sabía cómo usar la lavadora y que estaba lavando en la lavadora y ya no la volvieron a ver nunca más. Se desapareció porque parece que de adentro de la lavadora salió un monstruo y se tragó a la niña. Eso fue allá en mi pueblo de en San José de Iturbide.
Leyenda contada por Juan Manuel Chávez Juárez, estudiante de Jerez, Zacatecas.
La imagen fue tomada del sitio de Internet es.123rf.com. Que el enlace sirva de crédito a sus creadores.
In 2018, Homero Adame was invited to the San Miguel Writer’s Conference as a guest speaker and participated in the oral storytellers’ section. He told a legend about the Huachichiles, a major ethnic group of the Mexican desert that became extinct at the end of the 19th century, based on a creation myth that he himself compiled some years ago at some undetermined point in the Potosinian desert.
Había un amigo de La Naranja, un pueblo chiquito en Guadalcázar (San Luis Potosí), que venía mucho por este rumbo y nos visitaba mucho. Cuentan que una noche venía de Mier y Noriega (Nuevo León) y que vio unos tecolotes por un arroyo que está ahí en el camino, donde hace bajada. Venía él en un burro al pasito y oía que los tecolotes estaban tecuruqeando y tecuruqueando y más cuando estaba en la parte más baja de esa bajada. Eran como las tres de la mañana y al amigo éste le entró mucho miedo y más cuando el condenado burro no quería subir. Entonces le picaba en la panza con los tacones de las botas y nada que quería subir el burro, pero se remolineaba bien feo, como si anduviera asustado. Eso asustó más al amigo. Imagínese, si un burro se asusta en la noche, pues un hombre más. En eso, entonces que se le sale un pedo al burro y que brinca y hasta tumbó a este amigo del brinco que dio y luego el burro se fue corre y corre y ahí lo dejó tirado al amigo.
Cuando nos platicó eso a todos nos dio risa y más a él porque dijo que no era que el burro tuviera miedo y por eso no quería subir, sino que traía un pedo atorado y por eso se remolineaba bien feo.
Anécdota contada por el señor Santos Torres, de San Francisco, municipio de Bustamante, Tamaulipas.
La imagen fue tomada del sitio misanimales.com. Que el enlace sirva de crédito a su creador.
La etnia kiliwa, que habita en la parte norte de Baja California, está en extinción, pues hay pocos descendientes. En 2018 sólo quedaban dos personas que hablaban el kiliwa con fluidez.
Como lo dijo León Portilla: “Cuando muere una lengua/ ya muchas han muerto/ y muchas pueden morir./ Espejos para siempre quebrados, sombra de voces/ para siempre acalladas:/ la humanidad se empobrece”…