Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

Archivo para la Categoría "Leyendas y mitos del Noreste de México"

Atrapados en visiones

(Relatos de la Sierra Madre Oriental)

Cosas raras sí pasan. Hay mucho rollo en todo esto y como que no quieres creer, pero cuando a ti te pasa, cambias tu modo de ver las cosas y tienes la seguridad que sí hay cosas inexplicables.

Te voy a platicar lo que nos pasó una vez que fuimos a la sierra a traer un material para hacer unas mesas. Salimos bien temprano en la camioneta y llegamos a un lugar bien bonito. Yo andaba con mi primo y con Demetrio, el señor que conocía el lugar de donde siempre sacaba el material: raíces de troncos y cosas así. Bien bonitos –dice Roberto López. Entonces llegamos y empezamos a caminar. Mi primo y yo nos metimos por una vereda, mientras Demetrio seguía buscando por ahí. Y ¿qué crees?, que llegamos a un arroyo bien padre, que tenía un charquito que hasta se antojaba para nadar. Aunque era temprano, ya hacía algo de calor, así que yo me lavé las manos y me remojé la cara, y mi primo también. (Leyenda en un blog de Homero Adame).

Luego seguimos caminando y yo veía cosas raras, o no sé, a lo mejor nomás me las imaginaba. Pero hasta se escuchaban voces y cantos que no se oyen por esos rumbos. De rato nos reunimos con Demetrio y seguimos buscando la madera. Encontramos la que queríamos y, bueno, para sacarla estaba en chino. Pero como pudimos arrastramos entre los tres algunas raíces y luego las llevamos a la camioneta.

Para esto ya se nos había pasado buena parte del día, y como el calor estaba de la fregada, pues se nos ocurrió ir al charquito para darnos un chapuzón. Y ¿qué crees?, llegamos al mismo lugar donde habíamos estado en la mañana y nada. No había ni arroyito, ni charquito ni nada. El lugar era el mismo pero estaba bien seco. Le contamos a Demetrio lo que nos había pasado. Él nos dijo que no era raro porque él sabía de buena fuente que en la sierra pasan cosas que la mente de uno no comprende.

No me acuerdo bien cómo lo explicó, pero creo que dijo que hay veces que cuando llegas a la sierra antes del amanecer, la sierra te envuelve con su energía y puedes entrar como a otra dimensión, y con eso ves cosas que normalmente no verías. Pero aunque suene muy bonito, la cosa no es tan fácil como parece, pues hay veces que te metes en una visión y te puedes quedar atrapado por quién sabe cuánto tiempo. También dijo que muchas veces tienes que esperar hasta que se abra la puerta de esa dimensión para regresar acá. Está grueso, ¿no? (Relato encontrado en un blog de Homero Adame).

La verdad yo no sé mucho de esto, pero de que vi cosas y oí cosas, eso sí me consta y lo bueno es que tuvimos suerte de no quedarnos atrapados como nos dijeron, aunque, bueno, a lo mejor eso no es cierto.

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Leyendas como ésta fueron publicadas en 2022 en el libro Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, un libro de Homero Adame cuyos antecedentes son Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León, publicado por la Editorial Font, de Monterrey, N.L. en 2005, el cual fue, a su vez, una edición corregida, aumentada y mejorada de Mitos, cuentos y leyendas regionales – tradición oral de Nuevo León, originalmente publicada por Ediciones Castillo en 1998.

Esta reciente edición contiene exclusivamente relatos de doce municipios, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur del estado de Nuevo León. Está compuesta por tres capítulos: 1. Mitos, 2. Cuentos y 3. Leyendas –este último capítulo está subdivido por épocas y temas: a) Leyendas con contenido prehispánico, b) Leyendas coloniales de santos y vírgenes, c) Leyendas de aparecidos y fantasmas, d) Leyendas de brujas y curanderos, e) Leyendas de cementerios y f) Leyendas de tesoros.

Más aún: en este tratado, Homero Adame nos ofrece cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

La obra Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, que a su manera enriquece el acervo cultural del estado de Nuevo León, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel.

Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. De la Independencia a la Revolución. Tomo II.

Ya está publicada la segunda edición de este trabajo de investigación originalmente publicado en 2010. Ahora, Homero Adame hizo una reestructuración de contenido y de diseño, agregó material inédito para quedar en 25 haciendas de las más de 150 que recorrió durante el trabajo de campo, esas que tuvieron su origen en la época virreinal, pero que se fragmentaron con el México independiente y dieron pie al surgimiento de nuevas haciendas, esas que tuvieron un esplendor de 100 años aproximadamente, pues posterior al tiempo de la Revolución se disolvieron con la repartición ejidal. Un primer tomo de esta extensiva investigación se se titula, precisamente, Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. Grandes latifundios virreinales, libro también imperdible para conocer más de la microhistoria de las haciendas mexicanas y de esa región de México conocida como Altiplano.

El contenido de esta obra, publicada en formato papel y en digital, está estructurado de la siguiente manera, casi como en la edición original de 2010:

• Ficha informativa del casco de la hacienda.
• Descripción arquitectónica y las condiciones del casco hasta 2010.
• Breve reseña histórica.
• Fragmentos de oralidad.
• Una o dos leyendas que tienen a la hacienda como escenario.
• Fotografías seleccionadas por el autor e investigador.

En el prólogo del libro, Homero Adame recuerda que, en 1956, Manuel Romero de Terreros, en su libro Antiguas haciendas de México hizo un exhorto sobre la necesidad de realizar un estudio detallado de la arquitectura de las haciendas de campo, dígase otrora propiedad de las órdenes religiosas, o bien, propiedad de civiles o cabeceras de mayorazgos. Han transcurrido casi 70 años desde la publicación de aquella obra y lo cierto es que pocos estudios se han hecho al respecto, poco se ha trabajado a fondo la historia de las haciendas y menos la historia oral y la tradición oral que perviven en las mismas. Nunca es tarde para hacerlo, sobre todo si tomamos en cuenta que cada vez hay más cascos de haciendas que se van a la ruina y cada vez hay menos ancianos que puedan compartir sus testimonios, sus recuerdos.
En algunos estados, como en San Luis Potosí, hay interés de las delegaciones del INAH para hacer registros de estos monumentos, incluyendo fotografías o bocetos de la arquitectura. En tiempos más recientes, hay interés de investigadores por la parte histórica y cada vez se publican (aunque poco se divulgan) más tesis de maestría o doctorado en el tema, mientras que la historia oral y las leyendas siguen relegadas. Sin embargo, cada quien hace lo que puede y, de tal manera, todos juntos contribuyen a rescatar la riqueza cultural de las haciendas. Aquí, vale señalar que Homero Adame nos aclara que no es arquitecto ni historiador, que su formación académica es la arqueología y que ahora hay quienes le llaman “arqueólogo de la memoria colectiva” por su reconocido interés en la tradición oral y por las publicaciones que ha hecho en torno a la oralidad, ya sea leyendas, relatos y cuentos o historia oral, o bien, también le llaman “cronista del desierto” por su expresa afinidad con el Altiplano.

El libro está a la venta en librerías potosinas y de Monterrey.

También está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072933769

Y en Kindle, para formato electrónico: https://www.amazon.com.mx/dp/B0CTY38TCF

Mitos, relatos y leyendas de todo San Luis Potosí

Dada la riqueza cultural y la diversidad étnica, en el estado de San Luis Potosí se cuentan infinidad de historias muy variadas que abarcan el gran espectro de la mitología y el folklore del mundo entero. No son simples pláticas de fantasmas o aparecidos, de castigos divinos, de tesoros y túneles, de milagros o apariciones de santos y vírgenes, de la creación del mundo, de animales, del ser humano o de creencias en torno al clima y los fenómenos naturales. Son más que eso: tales historias contemplan los arquetipos de teofanías y hierofanías, explican el pensamiento mágico-religioso o las supersticiones, hablan del tiempo mítico, del tiempo profano, del tiempo sagrado, recrean una paradoja temporal, narran hazañas de personajes heroicos –humanos o animales– y, de tal modo, ponen a San Luis Potosí en el contexto de la mitología universal.

Homero Adame ahora nos presenta esta obra que es, en sí, una versión revisada, corregida, mejorada y aumentada de la coedición publicada por las secretarías de Educación y de Cultura del estado de San Luis Potosí en 2007 con el título Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí. Para esta nueva edición modificó el título, conservó todas las historias originalmente publicadas, agregó algunas inéditas y cambió el diseño.

Casi todas las historias seleccionadas para este libro, y escritas en un estilo personal, no son exclusivas de una ciudad o de un municipio de San Luis Potosí, y ni siquiera de México, ya que muchas se cuentan en diversas partes del mundo, a pesar de tener diferencias de contenido y hablar de contextos geográficos distintos. La mitología y la tradición oral son universales, aunque en muchos casos pueden ser nacionales, regionales o locales. Por ejemplo, las historias de gigantes se cuentan en todo el mundo; las de la Llorona, en todo México; las del Jergas, en centros mineros del país; las de Xantolo, en varios lugares de la Huasteca, y la de la Taconuda, solamente en Cedral.

El libro está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072949789

Y también en Kindle, para formato electrónico:https://www.amazon.com.mx/dp/B0CV4S78Q9

El libro se puede conseguir en San Luis Potosí, en Librería Ochoa y Librería Española. En Monterrey: en la librería PubliArte (en Calzada Vasconcelos de San Pedro Garza García).

La lechuza (leyenda de brujas)

Las creencias de búhos o tecolotes y lechuzas como mensajeros de la muerte no son propias de nuestro país, sino que se repiten con frecuencia en el folklore de muchas otras culturas del mundo. De igual forma, hay pueblos que asocian al tecolote con la sabiduría y como compañero de brujos y hechiceros. Mientras que en otras zonas geográficas, principalmente en México, se les asocia con brujas que se convierten en esas aves y vuelan por las noches. Aquí en el Noreste, la palabra “lechuza” se utiliza indistintamente para designar a las aves nocturnas que emiten un sonido ululante, trátese de lechuza o tecolote.

A continuación tenemos tres ejemplos de leyendas de lechuzas: una escuchada en Hidalgo, Tamaulipas y dos de La Petaca, comunidad aledaña a Linares, N.L.

Allá en mi tierra pasan muchas cosas curiosas. Dice mi papá que una noche iba con otros señores a caballo y agarraron un atajo pa’ llegar a la casa más rápido. Se fueron por una vereda que cruzaba la casa vieja y que en eso vieron un pájaro, blanco como el algodón, que les volaba arriba de los sombreros. Y dijo que ese animal se le paró primero en la cabeza de su caballo, y que hacía bien feo. Nombre, ¡que los caballos estaban reteasustados y relinche y relinche! Que mi papá agarra el machete y que le tira un machetazo al pájaro, pero voló. Luego que el tecolote ese baja otra vez y se le para arriba del sombrero a otro señor. Se lo quitó de un manotazo, y la lechuza siguió molestándolos hasta que salieron del límite de la casa vieja. Nomás pasaron el arco ese que ve allá y el pájaro se desapareció. Que todos dijeron que había sido el diablo.

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Las lechuzas son aves de mal agüero, anuncian la muerte. Yo recuerdo que cuando mi papá murió, andaba una lechuza ahí. Y también el día que un tío se estaba petatiando la lechuza estaba parada en la barda, cantando. Y es que esos animales son emisarios de la Muerte, y cuando alguien va a morir, la lechuza canta y se para afuera de la casa del moribundo.

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Había un señor que se llamaba don Iginio González que vivía aquí cerca. Cuentan que una vez se le arrimó una lechuza y él se puso a rezar las doce verdades. Y pos no cree que se le acercaron más lechuzas y que andaban vuele y vuele arriba, y se prendían de las varillas. Y pos se asustó bien requetefeo y no terminó de rezar pos tuvo miedo y se fue corre y corre.

Esto yo creo que pasa porque como ellas [las lechuzas] son brujas convertidas, entonces cuando alguien les empieza a rezar las doce verdades pos ellas se tienen que proteger para que no las maten. Por eso llegan a ayudarle las otras viejas esas que andan volando.

Nota: estas relatos fueron publicados originalmente en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998. Para leer más sobre animales en el folklore, consulta Creencias, mitos y leyendas de animales, un libro de Homero Adame que se enfoca en un aspecto muy específico del folkore: la etno-zoología, es decir, las muchas creencias y supersticiones que existen sobre animales e insectos y forman parte de la cultura popular o, incluso, de la conciencia colectiva.

El autor aborda este trabajo desde más allá de lo antropológico, desde la perspectiva de la leyenda, es decir, muchos de los relatos incluidos le fueron narrados como leyenda. Puesto que por muchos años Homero Adame se ha dedicado a recopilar historias y leyendas en todas las regiones de México, se le conoce como «el hombre leyenda» o «el arqueólogo de la conciencia colectiva».

Creencias, mitos y leyendas de animales fue publicado originalmente en 2015 por la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí. Ahora, en 2024, el autor ha hecho una segunda edición con material inédito que enriquece aún más el acervo del folklore potosino y mexicano.

El libro está disponible en librerías y también en Amazon para formato impreso y para formato electrónico Kindle:

Las cabañuelas en México para pronosticar el clima

Las cabañuelas, ese singular conocimiento empírico del clima, representan una manera ancestral de predecir el comportamiento climático durante el año que comienza, mediante la observación de todos y cada uno de los días de enero exclusivamente. Tal vez esta costumbre tenga sus orígenes en las sociedades agrícolas de tierras semi áridas como forma de pronosticar cuándo habrá lluvias. En algunas regiones de nuestro país también se dice que las cabañuelas son las lluvias en los meses de invierno, pero en el Noreste no es así.

Debido a que enero puede cambiar su clima radicalmentede un día para otro, es común que alguien diga: «Es que estamos en la cabañuela de ………», y mencione el mes al que corresponde ese día.

A continuación veremos este sistema climático con detalle y ejemplos. Primero hay que observar el comportamiento climático de cada día de enero y tomar datos. Por ejemplo, digamos, el 6 de enero, que corresponde al mes de junio. Entonces desde temprano observamos el cielo, el viento y la temperatura. El resultado nos daría algo como esto: soleado, sin viento y algo caluroso. (Es pertinente aclarar que estos datos son relativos, dado que durante el día puede haber variaciones significativas o contrastantes, por ejemplo: estar primero fresco y luego caliente, así como primero nublado y después soleado, etc. Entonces, para esto hay que tomar una media, es decir, cómo estuvo el clima durante la mayor parte del día.)

Cada día tiene un mes que se les atribuye de un modo sistemático, como se aprecia en esta tabla:

DíasMes DíasMes
 1 – 24Enero  7 – 18Julio
 2 – 23Febrero 8 – 17Agosto
 3 – 22Marzo  9 – 16Septiembre
 4 – 21Abril 10 – 15Octubre
 5 – 20Mayo 11 – 14Noviembre
 6 – 19Junio 12 – 13Diciembre

Después tenemos que los días del 25 al 30 se toman por medio día para cada mes. Desde la madrugada hasta el mediodía, y la tarde y noche. Esto se hace de la siguiente manera:

DíasMeses DíasMeses
 25Enero y febrero 28Julio y agosto
 26Marzo y abril 29Septiembre y octubre
 27Mayo y junio 30Noviembre y diciembre

Finalmente, tenemos al día 31 con sus 24 horas. En este caso, cada dos horas son asignadas a cada mes, partiendo de la madrugada: 

      HoraMes HoraMes
12:00 –   2:00 a.m.Diciembre 12:00 –  2:00 p.m.Junio
  2:00 –   4:00 a.m.Noviembre  2:00 –   4:00 p.m.Mayo
  4:00 –   6:00 a.m.Octubre  4:00 –   6:00 p.m.Abril
  6:00 –   8:00 a.m.Septiembre  6:00 –   8:00 p.m.Marzo
  8:00 – 10.00 a.m.Agosto  8:00 –  10:00 p.m.Febrero
10:00 – 12:00 a.m.Julio  10:00 – 12:00 p.m.Enero

Muy bien, ya tenemos todos los días y sus horas correspondientes a cada mes del año. Si volvemos a nuestro ejemplo original, el mes de junio, sabemos que sus días son el 6, el 19, la tarde y noche del 27, y las horas de las 12:00 a las 2:00 de la tarde del día 31.

Como se verá, este sistema parece un tanto complicado, pero la verdad es cuestión de ser pacientes y observar con detalle todos y cada uno de los días de enero, hacer las anotaciones pertinentes y sumar y comparar todos los datos para sacar las conclusiones de cómo será el clima en tal o cual mes del año.

Como comentario final vale añadir que las cabañuelas son básicamente una costumbre oral que se recuerda al momento y sólo en el mes de enero, pues en realidad es poca la gente que se toma la molestia de hacer anotaciones metódicamente.

Nota 1: este texto fue publicado en mi libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León (páginas 180-183), Editorial Font, de Monterrey, N.L, en 2005. Sin embargo, el texto original, tal vez el primero sobre el tema que hubo en formato papel y posteriormente en Internet para las cabañuelas mexicanas, fue publicado por la revista México Desconocido en enero de 2002.

Nota 2: puedes leer una variante más completa de este artículo, así como ver a detalle sus aplicaciones para cada día de enero, siguiendo este enlace: Las cabañuelas

Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur

Si has llegado aquí es porque te interesa el tema de las leyendas mexicanas o, particularmente, las leyendas de Nuevo León y porque sabes que las leyendas son una riqueza cultural inconmensurable que se cuentan de voz en voz, de generación en generación, entre familiares y entre amigos; riqueza cultural contenida en la tradición oral manifestada en mitos, cuentos y leyendas y plasmadas en libros como éste.

Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur… seguramente conoces algo de la trayectoria del autor: Homero Adame es un incansable investigador de mitología y folklore que ha publicado más de 30 libros, aparte de centenares de artículos en revistas, periódicos y blogs; ha escrito ficción, no-ficción, crónicas de viajes y, sobre todo, oralidad pues tiene especial interés en lo relacionado con la mitología y el folklore. Para este nuevo libro, Adame nos ofrece un recorrido mítico-legendario por las regiones Citrícola y Sur del estado de Nuevo León que conoce muy bien desde la óptica de un investigador, con ojo fotográfico, que siempre ha radicado en la ciudad. Pocos como él conocen el desierto neoleonés y sus colindancias, ese Altiplano tan visto de soslayo por autoridades e investigadores; ha recorrido muchos de sus recónditos parajes, aprendido algunos de sus secretos, escuchado sus vientos que también narran historias, otro tipo de historias…

Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur es un libro cuyos antecedentes son Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León, publicado por la Editorial Font, de Monterrey, N.L. en 2005, el cual fue, a su vez, una edición corregida, aumentada y mejorada de Mitos, cuentos y leyendas regionales – tradición oral de Nuevo León, originalmente publicada por Ediciones Castillo en 1998. Este nuevo libro contiene exclusivamente relatos de doce municipios neoleoneses, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur. Está compuesto por tres capítulos: Mitos, Cuentos y Leyendas; este último subdivido por épocas y temas: Leyendas con contenido prehispánico, Leyendas coloniales de santos y vírgenes, Leyendas de aparecidos y fantasmas, Leyendas de brujas y curanderos, Leyendas de cementerios y Leyendas de tesoros. Más aún: en este tratado el autor presenta cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

El libro está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072930409

Y en Kindle, para formato electrónico: https://www.amazon.com.mx/dp/B0CTT97HKC

También se puede conseguir en el Museo de Linares, en la librería Publi-Arte en San Pedro Garza García, y en San Luis Potosí en las librerías Española y Ochoa.

LOS INDIOS MINEROS

Leyenda de Guadalcázar, SLP

La siguiente narración habla sobre unos indios, sin especificar a cuál tribu pertenecieron, y los tiempos son un tanto confusos, por lo que evidentemente cae en el campo de la leyenda. Sin embargo, también se menciona que la región de Guadalcázar ya era un centro minero desde antes de la llegada de los españoles, y esto lo hace entrar en el campo de la historia.

Allá en esa sierrita hay unas cuevas donde la gente saca cositas muy curiosas; cositas que luego van y venden por ahí. Ha de saber usted que los indios moraban en esas cuevas. Esos indios estaban antes de que los españoles llegaran aquí porque ya trabajaban las minas y los indios hacían cositas con el metal que sacaban de las minas. Cuando llegaron los españoles les gustó el asunto de las minas y por eso corrieron a los indios. Los españoles no destaparon ninguna mina; las minas ya las habían destapado los indios y los españoles son los que las aprovecharon.

Cuentan que unos amigos de aquí fueron al Cañon del Meco, allá por el rumbo de Cuidad del Maíz, y se encontraron a otros hombres. Esos hombres no parecían como uno sino que tenían como cara de indios. Entonces les preguntaron que de dónde eran y cuando estos amigos dijeron que venían de Guadalcázar aquellos hombres les dijeron: “Mmm, nosotros éramos de allá… a nuestros padres los corrieron los españoles cuando nosotros estábamos ansina de chiquitíos.” Entonces dijeron que los españoles los corrieron para quitarles las minas. (Blog de Homero Adame)

Y esos indios sí sabían de estos rumbos porque les dijeron a los amigos de la mina que le mentamos «La Cocinera». Los indios dijeron: “Sí, en La Cocinera trabajábamos nosotros. Hay unas cuevas (socavones) y una es de pura plata, otra es de puro oro y una más es de mercurio para afinar la plata.”

Por eso le digo que fueron los indios los que descubrieron las minas y no los españoles. Aunque los españoles cuando llegaron le sacaron mucho provecho, primero corriendo o matando a los indios, robándose las tierras, posesionándose de cuanta cosa podían, y matando a las mujeres para que ya no tuvieran más hijos indios. Esos españoles fueron muy méndigos y luego fundaron sus haciendas a costa de la sangre que hicieron derramar de los indios.

La rata vieja / La mariposa negra

Nota: Sandia es una comunidad del municipio neoleonés de Galeana. Creció alrededor de una estancia en el pasado perteneciente a la hacienda de Nuestra Señora de la Soledad, cuyo casco se ubica a pocos kilómetros de distancia, hacia el sureste, en el municipio de Aramberri.

Mitos y realidades de la mariposa negra o «rata vieja». Imagen cortesía de Semarnat y Leila Bendeck

Puedes leer esta misma leyenda en su versión original, hasta ahora inédita, siguiendo este enlace: La rata vieja en Blogger.

Esta leyenda fue publicada originalmente en 2008, en Mitos y leyendas de huachichiles, libro galardonado en 2007 con el Premio nacional de cuento, mito y leyenda “Andrés Henestrosa”, convocado por la Secretaría de Cultura del estado de Oaxaca y publicada originalmente en 2008.

Ahora en 2024, el autor e investigador ha publicado una segunda edición, corregida, mejorada y aumentada con relatos inéditos que recopiló tiempo después durante sus recorridos por las semi desérticas llanuras altiplanenses; relatos que aluden directamente a los huachichiles, grupo del cual poco se sabe, pero Homero Adame nos da una muestra a través de la óptica legendaria, área que le es muy conocida. Debemos recordar que la historia conocida es la versión de los vencedores, sin embargo, gracias a estos relatos y leyendas recopiladas por el también  “arqueólogo de la tradición oral” podemos dar un atisbo de la vida y las creencias de los vencidos.Y para dar un cierre inesperado a este trabajo, el también escritor y novelista incluyó un relato adicional, obra de su pluma, de su creatividad literaria y de su fascinación por los huachichiles; relato que nos permite imaginar cómo eran estos habitantes del ayer, cómo vivían, cuáles eran sus idiosincrasias y muchas cosas más. 

El libro está disponible en Amazon, tanto para formato digital (Kindle) como para impreso.

El ahorcado – leyenda de San Juan de Vanegas, SLP

Allá del lado de San Juan platican de un ahorcado que se aparece. Ha de haber sido un ahorcado que colgaron en un mezquite en los años de la Revolución. Yo no sé si se trata de un ahorcado de los revolucionarios, o de los trabajadores de la hacienda o de los hacendados. La cosa es que esa ánima está todavía en pena porque no alcanzó descanso y nunca la llevaron a sepultar a un panteón –cuenta el Sr. Filiberto Rodríguez, de Vanegas de Abajo.

Hace poco platicaron que a una señora se le apareció esa ánima. Y le habló y le dijo lo que le ha dicho a todos: “Bájame, bájame de aquí.” Ella se asustó y fue y le dijo al sacerdote que ahí se le apareció el ánima que cuentan. Le pidió que viniera a echarle agua bendita y echar unos rezos. Pero el sacerdote no le hizo caso, dijo que eran creencias de la gente. La señora, de todos modos, para sentir descanso ella le mandó decir unas misas y dejó unas monedas ahí en la iglesia, en el altar de las ánimas del purgatorio.

Quién sabe si con esto ya no vuelva a aparecerse esa ánima del ahorcado. Pero lo que busca es encontrar descanso. Es claro que nadie lo puede bajar de ahí porque se trata sólo de una aparición, pero su ánima sigue ahí penando. Yo pienso que también sería bueno prenderle unas veladoras al pie de tronco ese y con eso a ver si encuentra el descanso que tanto anda buscando.

Los cometas

LOS COMETAS

Leyenda de Durango

Bueno, tocante a eso de los augurios, uno que es de mal agüero es el cometa. Yo ya voy para los 80 años y he visto –qué serán– unos tres o cuatro cometas en mi vida, cometas grandes, sí señor –dice el Sr. Mario Molina. Yo me acuerdo que mi papá y sus gentes contaban del cometa que el Halley, que el más grande de todos y que trajo muchas calamidades, tantas que hasta empezó la guerra de Revolución por causa del cometa. Eso decían las gentes de antes. Luego me acuerdo que hace como unos 15 años –algo así– dijeron que “ahí viene el Halley; ahí viene el Halley” y el corredero de gente. Se metían a sus casas, cerraban ventanas, ponían listones rojos en las puertas afuera, qué sé yo. Y má, que apenas se vio una rayita en el cielo. Nada como aquel cometa Halley que contaban las gentes de antes.

Cometa Neowise

Le digo, yo he visto unos cuantos en toda mi vida y ninguno ha traído guerras ni la peste, pero lo que sí le puedo decir es que cuando han pasado los cometas o que las chivas o las vacas no dan buena leche o que se empedernen las frutas en el árbol y cosas así. Eso sí se lo puedo asegurar. Y también le puedo asegurar que viene un frío a destiempo o una sequía larga. Eso es lo que anuncian los cometas a mi parecer.

Leyenda de Mérida, Yucatán: El cura sin cabeza

EL CURA SIN CABEZA

Leyenda de Mérida, Yucatán

Una de las muchas leyendas que cuentan aquí en Mérida es la del fantasma del cura sin cabeza –anticipa la artesana Elisa Bojórquez–. Cuenta esa leyenda que uno de los primeros curas que tuvo nuestra catedral fue muy malo con los mayas; los trataba muy mal porque no querían entrar a misa y luego, a chicotazos, los obligaba a meterse al catecismo. Los mayas no entendían bien el español y por eso el cura les pegaba porque, según él, se hacían que no entendían. Aparte de malo, ese cura era muy envidioso y abusivo. Le pedía mucho diezmo a la gente rica y si no se lo daban, a la hora del sermón se burlaba de ellos, los acusaba de malos cristianos y los corría de la iglesia. Pero todo se paga, en vida o después de la muerte, y a ese cura Dios nuestro señor primero lo castigó en vida y luego también después de la muerte.

El cuento está en que una tarde, a la hora del catecismo, varios niños mayas andaban correteando en el atrio. Cuando el cura se dio cuenta se enojó mucho y agarró el chicote para darles azotes. En eso se formó un remolino muy fuerte y al cura le entró tierra en los ojos, tanta tierra que le salió sangre y se quedó ciego. Pero eso de quedarse ciego no le quitó lo malo, tampoco dejó de decir misa y seguía tratando mal a los mayas.

Pasó el tiempo con ese sufrimiento muy feo de estar ciego y una tarde se volvió loco de coraje porque alguien tocó las campanas de la iglesia cuando no era hora. Se disponía a subir las escaleras del campanario cuando oyó que unos niños mayas estaban riéndose en la parte de arriba. A tientas fue a la sacristía por el chicote para castigarlos. Luego subió las escaleras con mucha prisa; iba furioso. Casi al llegar arriba pisó mal un escalón y se vino rodando por la escalera y ahí murió decapitado. Lo más feo fue que primero encontraron su cabeza, que había rodado hasta abajo, y más arriba estaba su cadáver en un charco de sangre. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)

Desde entonces comenzó la leyenda del cura sin cabeza, leyenda que todavía cuenta mucha gente porque ha visto su fantasma, decapitado, caminar adentro de la iglesia, por la calle o en la puerta que sube al campanario. Dicen que anda buscando su cabeza. Todos los que han visto esa aparición se asustan muchísimo y caen enfermos por causa de la impresión. Y así sabemos que el cura sigue pagando sus pecados.

También cuenta la leyenda que cuando el cura encuentre su cabeza, entonces ya podrá descansar, pero no va a ser fácil que la encuentre porque parece que la sepultaron en un panteón que ya no existe.

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Mérida fue fundada el 6 de enero de 1542 sobre las ruinas de una ciudad maya llamada T’Hó. El 30 de abril de 1605 recibió el título de Muy noble y muy leal ciudad de Mérida de Yucatán.

La catedral emeridense, también conocida como Catedral de Yucatán, fue levantada entre 1562 y 1599, siendo la primera construida en la América continental y, por añadidura, la más antigua de México.

Notas:

1. Una versión editada de esta misma leyenda fue publicada por Editorial Trillas, 2016. El libro se puede conseguir en la tienda en línea de la editorial, siguiendo este enlace: Leyendas de todo México, aparecidos y fantasmas.

2. El dibujo del sacerdote sin cabeza fue tomado del sitio de Internet diariodigitalelindependiente. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a sus creadores.

3. El grabado de la catedral de Mérida fue tomado del sitio de Internet Mérida Yucatán. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a sus creadores.

Leyenda tamaulipeca: La luz errante

LA LUZ ERRANTE

(Leyenda de Jaumave, Tamaulipas)

Parroquia de Jaumave, Tamps.

No, mi amigo, por estos rumbos no hay cuevas ni cosas grandes de los indios de antes –afirma el Sr. Félix, un campesino que vive en Pentezuela–. Quién sabe si esos indios se bañaban en las aguas éstas. Lo que sí hemos visto son pedernales así d’este tamaño. Cuando uno anda en la labor luego se los encuentra por ai tiraos. Son las mentadas puntas de flecha de los indios. Allá p’aquel lao, en aquellos cerros altos, sí hay cuevas y pos cuentan cosas que se han hallao ai dentro. Pa’ que le voy a echar mentiras, yo no he entrao en ellas. Ni siquiera sé con esatitud ónde quedan.

Lo que sí hemos mirao aquí es la luz errante. Todos los rancheros de aquí hasta Burgos y San Carlos l’han visto alguna vez. Mire, ai onde andan aqueos caballos (una planicie desmontada que rodea el baño) yo he visto la luz errante en la noche. Se ve clarita. Uno pos sí se asusta las primeras veces, pero como que luego le agarra uno confianza porque esa luz es buena para uno; lo acompaña por las veredas, siempre adelantito de uno. Quién sabe qué será, pero es una luz buena que ayuda al que anda en el monte por la noche, o al que anda perdido. (Leyenda recopilada por Homero Adame.)

La luz errante. Dibujo de Jennifer Hennen

El ignis fatuus es una manifestación sobrenatural nocturna que en muchas ocasiones se le ve acompañando un funeral –a guisa de mensajero de la Muerte– o también como un espíritu de la naturaleza –como en el folclor del Noreste de México–. En esta región del país se le llama “la luz errante”, aunque se le da distintos nombres y aparece con características similares en todas las mitologías del mundo.

Contada con el sabor propio y regional de quien la haya presenciado, todos concuerdan que se le ve en el monte, en áreas despobladas; incluso se dice que algunos pilotos en pleno vuelo la han mirado sin saber exactamente qué es, ni cómo surge ni de dónde sale.

En la actualidad, con tantas historias de ovnis que escuchamos por doquier, ya casi nadie habla de la luz errante, pero para muchos ésta seguirá siendo uno de los misterios más extraños que tenemos a nuestro alcance.

Cañón del Chiflón, cascadas, prehistoria e historia en Saltillo

CAÑÓN DEL CHIFLÓN
Entre un paisaje de película
Texto y fotografías: Homero Adame
Es sabido por muchos que en las proximidades de Saltillo existen infinidad de vestigios de antiguas culturas que habitaron esta región del México septentrional. Tales vestigios son básicamente petroglifos, pinturas rupestres y puntas de flecha, que hablan de la vida nómada de los pobladores. Son muchas las teorías y conjeturas, como poca es la historia recabada sobre esas culturas; historia que en ocasiones se presta a la confusión ya que no existe una manera de fechar con exactitud el tiempo de que datan las remanencias. La historia de la región es más bien moderna, de la época de la conquista, y habla de los muchos grupos conocidos que poblaron las sierras,  los valles y, también, los desiertos del estado. Pero no hay seguridad que esas tribus hayan sido las que tuvieron la inquietud y se tomaron el tiempo y la dedicación de dejar pintadas o esculpidas en las rocas la expresión de su arte o idiosincrasia. Posiblemente esas pinturas y petroglifos ya estaban ahí cuando aquéllos llegaron. No lo sabemos con exactitud y quizás nunca lo sabremos.
Dentro de ese amplio marco de lugares que entre la escases de su vegetación y lo intrincado de sus sierras resguardan los petroglifos y pinturas, encontramos el Cañón del Chiflón, ubicado a 38 kilómetros de Saltillo rumbo a Torreón.
El Chiflón es muy conocido por los saltillenses por ser un lugar de paseo dominical, donde existe un río con una hermosa cascada, que da frescura a los calurosos días de verano. Lugar de agua limpia y fría que corre todo el año, aun en épocas de sequía. Pero son más las personas que llegan atraídas por la fama de la cascada que por las otras cosas que están ahí para ser vistas y admiradas, siendo por lo general el turista extranjero o el mexicano que viene de distantes puntos del país el que llega preguntando por las pinturas rupestres, para así enterarse que ahí existe una cascada de gran altura y monumental belleza.
A escasos 600 metros de la carretera está la ruinosa hacienda del Chiflón, otrora señorial de recios adobes y grandes piedras, donde vive una familia que cuida la casa grande y las 100 hectáreas de que la hacienda está compuesta. Ellos son gente humilde, acostumbrada al turismo y gustan de platicar, con mucho orgullo, lo que tienen a la vista, las historias que se cuentan y sobre los muchos visitantes importantes que han llegado por ahí en busca de aventura o lugares, digamos, desconocidos.
Sentado en una mecedora, don José Juan Valdez nos invita a tomar asiento y nos pregunta que qué nos trae por esos rumbos. Una vez que uno le explica el motivo de la visita, él dice que sí hay algunas pinturas, pero que es mejor ir a la cascada. Su esposa hace pocos comentarios y sus hijos pequeños, que todavía viven en el casco de la hacienda, miran al visitante con atención y curiosidad. Uno de ellos, Raymundo de 13 años, constantemente interrumpe la plática de su padre para afirmar o agregar los comentarios. El es el guía de turistas y está más que dispuesto a llevarnos a ver las pinturas y la cascada.
Don José poco sabe de la historia de la hacienda y menos de los más antiguos pobladores, pero con regocijo cuenta detalles de la película El alma grande del desierto, que se filmó en esos parajes, y cita otras películas cuyos títulos ha olvidado; todas ellas de indios y vaqueros. Asimismo cuenta descubrimientos y leyendas. Dice que a seis kilómetros, en el llamado Rincón Colorado, hace muchos años encontraron huesos de dinosaurios, pero que los lugareños no permitieron que se los llevaran a la Ciudad de México, pues querían que permanecieran ahí y se construyera un pequeño museo, para así poder contar con una atracción turística; los huesos no fueron removidos del lugar y el museo todavía sigue en proyecto.
Como buena hacienda con leyendas, don José se divierte narrando episodios de gente que ha llegado en busca de tesoros, pero que nada han encontrado, y niega que se escuchen ruidos o se vean apariciones; sin embargo, afirma que por ahí se han visto platillos voladores. Dice que en las noches algunas personas han observado luces volar rumbo a la cascada y que él mismo las vio en una ocasión. “Hace mucho se perdieron tres gentes que subieron a la cascada, los buscamos todo el día y en la noche, pero no los pudimos hallar. Luego vino un señor que vive allá arriba y nos dijo que él vio cuando los marcianos los habían subido en una nave y se los llevaron. Verdad o mentira, la cosa es que esos muchachos nunca aparecieron”.
Emprendemos camino con la buena guía de Raymundo, quien conoce todos los parajes ya que él lleva a las cabras y borregas a campear. A pocos metros de la casa encontramos los primeros petroglifos y así sucesivamente los iremos viendo a todo lo largo y lo ancho del cerro. Es increíble la cantidad que hay de ellos. Las figuras varían en forma y tamaño, siempre destacando las circulares, las onduladas y los puntos, alusivas a los astros, el agua del río y, posiblemente, a un sistema numérico. Pero no todos esos petroglifos son antiguos, muchos de ellos son modernos pues son demasiados los paseantes que gustan de dejar un recuerdo de su visita grabado en la roca. Encontramos nombres y dibujos de cruces, flechas, corazones e iglesias; digna representación de que los petroglifos se siguen creando de acuerdo a la época en que se vive.
No nos cansamos de ver los petroglifos, pero el día pasa rápido y queremos conocer y contemplar otras maravillas.
Subimos por todo el lecho del río hasta llegar a la cascada, que tiene dos caídas y varias pozas o albercas naturales. En verdad que la descripción dada por don José se queda corta ante la belleza del lugar. La pared del cañón es alta, estrecha e impresionante, y con finura se desliza la blanca estela del agua, para caer con estrépito en la primer y más profunda poza y así seguir su camino cuesta abajo hasta la segunda poza, donde nos encontramos. El agua es muy fresca, con tonalidades turquesa, e invita a darse un chapuzón. Raymundo nos espera pacientemente sentado en la roca, mientras continúa platicando sus aventuras, descubrimientos y fantasías.
La mayoría de la gente se queda en ese paradisíaco lugar, pero nuestro plan es seguir hacia arriba para ver las pinturas rupestres, que es en sí el motivo original de nuestra visita.
El ascenso es difícil y resbaladizo. Así llegamos hasta la primer poza y más arriba a una cueva. A escasos metros de ésta hay un venero en el cual se construyó una pila para captar el agua que se entuba hasta abajo -a la casa y al ejido Plan de Ayutla, junto a la carretera-. La cueva no es profunda, pero a lo alto tiene una pequeña oquedad de profundidad desconocida, de la cual asegura el jovencito Raymundo que en una ocasión unos exploradores extranjeros se metieron con tanques de oxígeno por largas horas.
Así como esa, al parecer hay muchas cuevas más en todo el cañón, pero permanecen inexploradas por lo inaccesible y la falta de difusión o interés.
Rodeamos la cueva y seguimos subiendo hasta llegar a la cima, donde inicia la cascada. La vista de la cañada gris, de las pozas turquesa, del azul del cielo con blancas nubes y del amarillento-obscuro valle en la distancia es en verdad impresionante; vista que hace valer el día en sí y la fatiga de la caminata.
Raymundo platica que desde ahí caían a la poza los indios que «mataban» durante el rodaje de las películas filmadas en Chiflón, pero -advierte- caían cuando el río llevaba más agua, ahorita es muy poca.
En esa parte, en lo alto del cañón, se encuentran las famosas pinturas rupestres en un recodo natural de la roca. Pero las pinturas no son tan abundantes como habíamos creído y hubiéramos querido. Solamente se pueden distinguir restos de cuatro pinturas, el faltante y las demás, si es que había, han ido desapareciendo, tanto por el intemperismo y el tiempo como por la gracia de los vándalos, quienes han dejado ahí las huellas de su paso. Dos de ellas son las más distinguibles, una pintada en rojo y la otra en rojo y azul. Semicírculos y ondulaciones que seguramente representan las cascadas y el río.
Preguntamos si acaso no hay más pinturas, y Raymundo nos dice que sí, que son las que ya habíamos visto abajo, pero que éstas son las únicas de color. Por alguna razón incomprensible, ningún visitante guiado por este jovencito se tomó la molestia de explicarle que unas son pinturas y otros petroglifos; error que ya ha quedado aclarado.
Por sugerencia del chamaco, el retorno lo hacemos por otra parte, alejándonos del río, para bajar por la escarpada ladera. Desde la cima del cerro la vista al valle es aun más impresionante, admirando así el interminable horizonte del poniente. La bajada es un tanto peligrosa por lo resbaladizo del terreno y las piedras sueltas, que caen ruidosamente, pero vale la pena intentarlo, porque en toda la ladera de ese cerro hay más y más petroglifos.
Bajamos por la ermita, antigua iglesia de la hacienda y ahora en vías de desaparecer. El día ha sido extenuante y la familia amablemente nos ofrece de comer un plato de arroz y tortillas de nixtamal recién hechas.
Antes de despedirnos, don José nos dice que el nuevo dueño de la hacienda proyecta hacer en el futuro próximo un campo turístico, remozar la hacienda, hacer más accesible el camino a la cascada y reconstruir los pocos objetos antiguos que quedan. Qué bueno que hay alguien que se preocupe por mejorar una joya histórica y natural en esta árida parte de Coahuila, y dar así un nuevo realce a este atractivo del estado.
Notas: este artículo con más fotografías fue publicado originalmente por la revista México desconocido, en 1999.
2. Puedes leer una leyenda relacionada con la hacienda del Chiflón siguiendo este enlace: El tesoro de Pancho Villa.

Haciendas del Altiplano, conferencia organizada por Café con Historia

Hay dos libros publicados de este trabajo de investigación y ambos libros se pueden conseguir a través de Amazon tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso.

Haciendas del Altiplano, tomo I

y

Haciendas del Altiplano, tomo II

Leyendas neoleonesas: Los novios

LOS NOVIOS

(Leyenda de Doctor Arroyo, NL)

Hay una plática de aquí en la iglesia que han visto fantasmas salir. Unos muchachos que andaban enfrente de la plaza echando cerveza ya muy de madrugada dijeron, según ellos, que vieron que salieron unos novios de aquí a las cuatro de la mañana. Sí, que salieron y que estaba la puerta abierta –a esas horas siempre está cerrada– y uno de esos muchachos los fue a alcanzar hasta allá por aquella cuadra. Pero como esos novios iban más adelante, cuando dieron vuelta en la esquina pues el corrió y ya no vio a nadie. Los otros no se movieron de la banca por el miedo. Cuando regresó el que había seguido a esos novios venía pálido que hasta la borrachera se le bajó a él; a los otros ya se les había bajado del puro susto. Pero este muchacho se puso muy malo y hasta lo llevaron al hospital; lo tuvieron todo el día internado, por un lado por la excitación de alcohol y por otro por el susto. Y no se curaba y parece que ya luego lo llevaron con alguien para que lo barriera de espanto allá en Albarcones –cuenta el sacristán Rosario Villegas.

El que andaba con ellos era un chavo –bueno, ya es un señor porque esto que le cuento pasó hace varios años– que tiene una carnicería que se llama «Rancho largo», por toda esta calle allá por otra placita de aquel lado. Ese andaba con ellos y fue el que me la contó. Un día me dijo: “Oye, tú que hay veces andas aquí cuando hay misa de gallo, ¿no oyes cosas o ves cosas?”. Yo le dije que sí oigo ruidos, pero nunca he visto nada. Es que adentro de la iglesia se oyen ruidos hasta en el día. Cuando está solo y ando haciendo aquí el aseo se oye como que truena la madera y como que se sienta alguien en alguna banca; así se oye, pero no es nada. Pero nunca he oído voces ni visto nada. Ahora no me asusto porque ya me acostumbré. (Un blog de Homero Adame.)

Quién sabe, lo que pasa es que cuando reconstruyeron la iglesia en 1888 encontraron unos restos de huesos humanos, pero nunca hemos sabido de quien hayan sido, si de un sacerdote o de la gente rica de antes. Es que usted ha de saber que antiguamente enterraban a gentes en las iglesias, pero ya no. A esos huesos luego les dieron cristiana sepultura en el panteón.

 

Notas:

  1. La foto del pórtico de la parroquia de la Purísima Concepción fue tomada del sitio de Internet Pueblos América. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a su autor.
  2. La imagen al atardecer de la iglesia fue tomada de la página oficial del municipio: Doctor Arroyo. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a su autor.

Puedes encontrar más leyendas neoleonesas en el libro  Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur que contiene relatos de doce municipios de Nuevo León, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur del estado. Está compuesto por tres capítulos: 1. Mitos, 2. Cuentos y 3. Leyendas –este último capítulo está subdivido por épocas y temas: a) Leyendas con contenido prehispánico, b) Leyendas coloniales de santos y vírgenes, c) Leyendas de aparecidos y fantasmas, d) Leyendas de brujas y curanderos, e) Leyendas de cementerios y f) Leyendas de tesoros.

Más aún: en este tratado, Homero Adame nos ofrece cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

La obra Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, que a su manera enriquece el acervo cultural del estado de Nuevo León, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel.

Agustín de Iturbide y Padilla, Tamaulipas

Padilla, a la sombra de la muerte de un caudillo (más…)

Mitos y leyendas del Noreste de México: Pedro José

EL INDIO PEDRO JOSÉ

Leyenda escuchada en Arteaga, Coahuila

 

(Versión escuchada en Los Lirios, municipio de Arteaga, Coahuila)

Sí, cómo no, aquí en tod’esta sierra hay munchas cuevas y en los asegunes de las pláticas de la gente de más denantes qu’en esas cuevas tenía sus guaridas Pedro José Méndez. Fue muy bandido Pedro José y en munchas de las cuevas dicen que ai parece qu’escondió tesoros que se robaba porqu’él le pegaba muy duro a todo aquel lao de Nuevo León, desde Monterrey hasta más al sur por toda la sierra –m’imagino yo que hasta más allá de Tamaulipas– y también le pegaba duro acá’l lao de Saltío –explica el Sr. Rómulo Valdés.

¿Sí sabe que Pedro José era un indio de los últimos que hubo, vedá? […] Ándele, y dicen que le gustaba andar solo porqu’era muy desconfiao y no traiba compañeros cuando robaba. Yo croque (creo que) por eso nunca lo pescaron porque como andaba solo y conocía pero muy bien tod’esta sierra, muy sigiloso se les pelaba a los federales; en aquel tiempo contaba mi abuelo que a los federales les decían los pelones o si no también la cordada. Yo he andao muncho en la sierra de aquí hasta Rayones y sí conozco munchas cuevas; algunas tienen hasta figuritas pintadas de coloradito en las paderes y pos m’imagino yo que a la mejor Pedro José o alguien d’esas gentes de más denantes las haigan pintao. Pero ansina de tesoros, tesoros que Pedro José haiga enterrao la verdad no, a mí no me ha tocao.

Antes de chamaco nos íbanos a campear con los animales y nos quedábanos dos o tres días en la sierra y cuando nos daba la noche nos metíanos en alguna cuevita si acaso encontrábanos una. Pero la verdad es que ya conocíanos nuestras andadas y más o menos sabíanos en dónde mero quedarnos la noche. Y nunca nos asustaron, nunca nos tocó ver llamaradas ni oír ruidos de cadenas que según los asegunes se oyen cuando hay relaciones; tampoco vimos ánimas en pena ni nada d’eso porque yo siempr’he dicho que los muertos, muertos están y los que asustan son los vivos, ¿eh?

Mi abuelo platicaba que una vez Pedro José robó el tren que venía de México y croque lo descarriló un poco antes de llegar Saltío y cargó con lo que pudo y se vino aquí a la sierra luego lueguito. Y que los de la cordada se le vienen detrás, pero Pedro José ya les traiba ventaja y también conocía mejor la sierra, sí, la conocía mejor. Y parece que pasó aquí por Los Lirios y se metió más pa’ dentro, y los federales detrás, ai venían detrás. Luego parece que los federales se dividieron en dos grupos y unos se adelantaron por este lao y otros detrás de la huella qu’iba dejando Pedro José con su penco retinto –dicen qu’era retinto el penco–, pero el muy méndigo parece que aventó los costales que se había robao; ansina los aventó en una cañadita y luego le siguió más adelante y se apeó del penco que lo mandó que siguiera solo más adentro, en la sierra –es qu’el penco sabía andar solo bien todos los rumbos– y Pedro José reculó haci’acá pa’ los rumbos de Arteaga. Se vino a pie y parece que lo vieron pasar unas gentes porque más o menos lo conocían, pero no sabían que los de la cordana [sic] andaban detrás d’él, y ansina mero se les perdió el méndigo de Pedro José y no lo alcanzaron porque al día siguiente –habrá sido al día siguiente– que pasaron por ai los federales y le preguntaron a la gente si no lo habían visto pasar en su penco y le dijeron qu’en el penco no, pero que lo habían visto pasar a pie y fue cuando los federales se dieron cuenta que ya se les había pelao. (Leyenda en un blog de Homero Adame.)

Ansina hay munchas historias que todavía cuentan de Pedro José que fue muy ladino, muy bandido y muy méndigo como pocos. Y ai le digo, hay munchas cuevas que ai luego dicen qu’eran su casa y sí he sabido de gente que viene buscando las relaciones y ai andan en la sierra y se meten a las cuevas con aparatos que traen del Otro Lao –dicen que pillan esos aparatos cuando hallan metal–, pero no croque haigan encontrao dinero y si alguien encontró pos ya cargó con él, ¿no?

 

¿Quién fue Pedro José?

Pedro José es un mítico personaje de quien se habla en muchas leyendas en la Sierra Madre de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Se dice que fue un caudillo y ladrón de fines del siglo XIX, que guardó infinidad de tesoros en cuevas de la sierra. De acuerdo con algunas crónicas, él quizá fue el último indígena nativo de Nuevo León.

Cabe señalar, sin embargo, que hay quienes, erróneamente, creen que su apellido era Méndez. Es probable que esta confusión se genere por una yuxtaposición de elementos reales y ficticios con el nombre de Pedro José Méndez Ortiz (1836-1866), un destacado militar tamaulipeco, oriundo de San Agustín, municipio de Hidalgo, quien llegó a ser General en las fuerzas juaristas.

 

Nota: la imagen fue tomada del sitio de Internet de Pueblos de América y Panoramio. Que el enlace sirva de crédito a su autor.

Mitos y leyendas tamaulipecas: Misterios en la Loma del Muerto

MISTERIOS EN LA LOMA DEL MUERTO

Leyenda de Ciudad Victoria, Tamaulipas

En ocasiones una leyenda surge de un suceso, de un hallazgo o de algo sin explicación y conforme se va contando sufre modificaciones que en sí la enriquecen. Un buen ejemplo es la Loma del Muerto, en Ciudad Victoria, donde en la cima se levanta el Santuario de Guadalupe que tiene su propia historia por haber sido motivo de envidias, desagravios y ex comunión del primer obispo que tuvo la ciudad, Eduardo Sánchez Camacho. En ese mismo sector de la capital tamaulipeca se ubica una colonia que hasta hace algunas décadas fue de las mejores de la ciudad.

Cuentan que en esa loma encontraron a un muerto cuando todavía estaba despoblada y ni siquiera existía el santuario. Nunca se supo si murió por causa natural, por accidente o por crimen, pero el hecho fue noticia en la localidad y desde entonces a esa loma se le conoce como la del Muerto.

Desde aquel hallazgo hasta la fecha, hay gente que afirma que por ahí asustan, que se aparece un muerto, que se oyen ruidos extraños, que en ciertas noches el ambiente apesta a cadáver, por lo que para muchos en esa loma hay misterios inexplicables. Tales misterios también han servido para justificar el hecho de que aquella colonia, antes rica y opulenta, se haya venido a menos. Muchos de los vecinos que ahí habitaban decían que en sus casas se oían voces, que se movían las cosas solas y por eso un buen número de ellos terminó por mudarse a otra parte, aunque también hay quienes consideran que todos aquellos que se fueron a vivir a otro sector de la ciudad fue porque prefirieron una colonia más moderna y segura. Sea lo que sea, lo cierto es que quedan por ahí casonas medio abandonadas, rincones donde se juntan los malvivientes y los viciosos, áreas bien cuidadas para acceder al santuario, mientras la leyenda del muerto sigue contándose de generación en generación.

Notas:

  1. Una versión editada de esta leyenda fue publicada por Editorial Trillas en el libro de Homero Adame Mitos y leyendas de todo México (2012). Dicho libro se puede adquirir en librerías o pedir directamente a la tienda en línea de la Editorial siguiendo este enlace: Misterios en la loma del Muerto.
  2. La imagen que acompaña esta leyenda fue tomada de Internet. Que el enlace sirva de agradecimiento y crédito a su autor: Postal del Santuario de Guadalupe en Ciudad Victoria, Tamps.

Leyendas de Nuevo León – Un toro negro en el panteón

el-toro-negro-del-panteon-leyenda-de-homero-adame-1Esta leyenda del municipio de Montemorelos, NL fue publicada originalmente en el libro de Homero Adame, Mitos, cuentos y leyendas regionales, tradición oral de Nuevo León, por Ediciones Castillo, 1998. 

Esta misma leyenda fue incluida en  Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, libro publicado en 2022 y contiene relatos de doce municipios de Nuevo León, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur del estado. Está compuesto por tres capítulos: 1. Mitos, 2. Cuentos y 3. Leyendas –este último capítulo está subdivido por épocas y temas: a) Leyendas con contenido prehispánico, b) Leyendas coloniales de santos y vírgenes, c) Leyendas de aparecidos y fantasmas, d) Leyendas de brujas y curanderos, e) Leyendas de cementerios y f) Leyendas de tesoros.

Más aún: en este tratado, Homero Adame nos ofrece cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

La obra Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, que a su manera enriquece el acervo cultural del estado de Nuevo León, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel.

Del paso de Miguel Hidalgo por Cedral, SLP

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Si tienes interés en la historia oral relacionada con la Independencia y el paso de Miguel Hidalgo por tierras potosinas, o si tienes interés en saber sobre la historia de Cedral, SLP puedes consultar el libroLa Ruta de Hidalgo - libro de Homero Adame 2010 La ruta menos conocida de Miguel Hidalgo, historia oral en el Altiplano potosino, de Homero Adame, publicado en 2010 como parte de los festejos del Bicentenario en San Luis Potosí y en México.

Para hacer un libro de oralidad de estas características, el investigador e incansable viajero hizo un exhaustivo trabajo de campo por toda la ruta que siguieron Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y otros supuestos héroes de la Independencia a lo largo de tierras ahora potosinas, del desértico Altiplano, en aquel entonces incluidas en la Intendencia de San Luis Potosí (supuestos héroes porque ellos no lucharon por la independencia, como sugiere la historia oficial, sino por otros ideales). En este ejemplo se habla sobre la historia relacionada con Cedral, donde Miguel Hidalgo y algunos de sus acompañantes pernoctaron una noche de febrero de 1811 antes de seguir su camino hacia Coahuila, vía la hacienda El Salado, el punto más septentrional que tocaron en San Luis Potosí.

Nota: la foto de la imagen de Miguel Hidalgo en un monumento fue tomada en la plaza de Portezuelos, municipio de Cerro de San Pedro, SLP, y forma parte del archivo fotográfico de Homero Adame.

Las brujas de Albarcones y la virgen de la Purísima Concepción

Las brujas de Albarcones

Esta leyenda de las brujas de Albarcones, en el municipio de Doctor Arroyo, N.L. fue publicada en el libro Haciendas del Altiplano, historias y leyendas. Tomo I: Grandes latifundios virreinales, de Homero Adame, por Conaculta a través de la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí. 2012. Una nueva edición ha sido lanzada en 2024 y se puede conseguir a través de Amazon:

Para saber más sobre el contenid0 del libro sigue este enlace:

Haciendas del Altiplano. Tomo I

Ahora bien, sbuscas más leyendas de esta región sureña de Nuevo León,  Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur contiene relatos de doce municipios, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur del estado. Está compuesto por tres capítulos: 1. Mitos, 2. Cuentos y 3. Leyendas –este último capítulo está subdivido por épocas y temas: a) Leyendas con contenido prehispánico, b) Leyendas coloniales de santos y vírgenes, c) Leyendas de aparecidos y fantasmas, d) Leyendas de brujas y curanderos, e) Leyendas de cementerios y f) Leyendas de tesoros.

Más aún: en este tratado, Homero Adame nos ofrece cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

La obra Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, que a su manera enriquece el acervo cultural del estado de Nuevo León, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel.

Costumbres funerarias en México

costumbres-funerarias-de-homero-adame-1Esta información sobre algunas tradiciones funerarias en México fue publicada en Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León, Editorial Font, 2005.

Homero Adame, en este libro, usa un tono más académico y aporta conocimientos de antropología y etnología del folclore no sólo del estado de Nuevo León o de la región Noreste de México, sino del país y de otras culturas que ha tenido la oportunidad y el gusto de observar a detalle. Por ejemplo, como continuación a las costumbres prehispánicas, el también investigador y fotógrafo menciona muchas otras costumbres fúnebres de origen ibérico, mediterráneo, judeo-sefardí y de Oriente Medio que, de cierto modo, se arraigaron en la  cotidianeidad de los mexicanos, de los norestenses.

Paso de Miguel Hidalgo por El Salado, SLP

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Esta La Ruta de Hidalgo - libro de Homero Adame 2010información sobre El Salado, SLP y mucha más de oralidad que incluye la ex hacienda El Salado, la Estación El Salado y Miguel Hidalgo, además de los apaches o comanches,  fue publicada en el libro La ruta menos conocida de Miguel Hidalgo, de Homero Adame, SLP 2010. Para hacer un libro de oralidad de estas características, el autor hizo un exhaustivo trabajo de campo por toda la ruta que siguieron Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y otros próceres de la Independencia a lo largo de tierras ahora potosinas, del desértico Altiplano, en aquel entonces conocidas como Intendencia de San Luis Potosí. En este ejemplo se habla sobre la historia relacionada con El Salado, una gran hacienda que existió en el norte de San Luis Potosí y de territorio tan extenso que abarcaba tierras ahora de Coahuila, Nuevo León y Zacatecas.

Si te interesa conocer más sobre la ex hacienda de El Salado, te recomendamos el libro Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyenda(s). Tomo I. Grandes latifundios virreinales, el cual se puede conseguir en la tienda de Amazon ya sea en impreso o en formato digital:

Creencias mexicanas: la culebra de lluvia

LA CULEBRA EN EL CIELO

Creencias mexicanas

 

Estaba l’otro día ai entr’el maizal, viendo las mazorquitas, cuando se vino un aigre feo. Hasta el sombrero me lo aventó lejos. No, pos esos vientos frescos son señal de agua. Desde temprano me fijé en el cielo y la nube venía de allá [del poniente]. Pero yo no hice caso y quería ver los maicitos. Es que aquí nosotros decemos: “si se nubla p’ond’el sol sale, unce tu yunta y dale. Pero si se nubla p’ond’el sol se mete, desunce tu yunta y vete”. Cosas de uno, ¿vedá?

Corrí por el sombrero y voltié p’al cielo. Y mire que ai estaba el Insolita tromba culebra azota San Cristobalculebrón. Una serpiente gris, grandota. Serpiente de lluvia. Será de puras nubes. Pero uno la ve clarito. Yo la vide clarito esa tarde.

Esa culebra en el cielo no se mira muy seguido. No vaya a creer que sale cada vez que llueve. No. Sale de vez en cuando, y por algo ha de ser, aunque yo no l’intelijo mucho a los fenómenos. (Relato encontrado en un blog de Homero Adame.)

Pero yo sé de gente que dice que cuando se deja ver esa culebra en el cielo, se va venir una temporada buena de lluvias. Que va ser un año llovedor. Y ha de ser cierto porque, como usté ve, ha estado lloviendo casi todas las tardes.

 

El motivo de la serpiente que vuela tiene sus fundamentos en el mitológico Quetzalcóatl o Kukulcán que sigue presente en el pensamiento del mexicano. Dicho motivo, el de la serpiente emplumada, se repite en el folclore de casi todos los pueblos de América con diversos nombres y variantes y siempre es una deidad del viento.

        En los pueblos del noreste al parecer no persiste ningún relato que hable directamente de esta deidad, sin embargo es común encontrar historias que hablan de una gran serpiente o culebra que surge en el cielo anunciando lluvias y causando destrozos cuando cae en tierra. De cierto modo podemos pensar que dicha culebra es una reminiscencia de la mitológica serpiente emplumada, aunque aquí se le vea como una deidad de agua y no de viento.

Nota: la foto fue tomada del sitio de internet del periódico tabasqueño El Heroico. Que el enlace sirva de agradecimiento.

Hacienda de Illescas, historia y leyenda

Illescas 1 - haciendas de Homero Adame

Una versión más completa de esta reseña histórica sobre Illescas fue publicada en el libro Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyenda(s). Tomo I. Grandes latifundios virreinales, de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí y Conculta, 2012. El libro fue reeditado en 2024 y se puede conseguir a través de la tienda de Amazon:

Leyendas de Tamaulipas: La Virgen del Chorrito

LA VIRGEN DE EL CHORRITO

Leyenda de Hidalgo, Tamaulipas

El Chorrito, Tamaulipas - foto de Homero Adame - blog 2 parte 1

El Chorrito, Tamaulipas - foto de Homero Adame - blog 2 parte 2

Las fiestas dedicadas a esta virgen, con sus peregrinaciones, son el 19 de marzo y el 12 de diciembre.

La niña que jugaba con la ouija

LA NIÑA QUE JUGABA CON LA OUIJA

(Sucedido en Linares, N.L.)

Si mal no recuerdo, esto pasó en 1987. Fue de tal magnitud ese suceso que causó un alboroto tremendo en todo el pueblo. Por fin ya tenían algo de qué hablar, ¿no? Así pasa en los pueblos chicos, siempre buscando algo nuevo para que sea la comidilla de la semana y luego, cuando ya es un tema aburrido, encuentran algo más –explica el Ing. Juan Isaac Estrada Medina.

Esto fue real y a mí me tocó estar presente. Fue algo así como una posesión diabólica y tuvo que hacerse un exorcismo. Según cuentan, todo empezó porque esta niña tenía muchos problemas en su casa. Tal vez sus padres, como ellos trabajaban, no le daban la atención que necesitaba. Andaba un poco mal en la escuela y hasta dejó de juntarse con sus amiguitas. Y parece que –digamos en su soledad– Tablero 2empezó a jugar a la ouija.

No recuerdo con quién jugaba, tal vez con alguno de sus hermanitos o con alguien, pues la ouija no se puede jugar sola, ¿verdad?

Pero bueno, el caso es que jugó tanto con ese juego que algo empezó a posesionarse de ella. Día con día sus problemas iban peor, al grado de que los papás pensaron en buscar un psicoanalista o a alguien que la pudiera ayudar y orientar.

Lo grueso se puso una noche que los papás habían salido y ella se puso a jugar como de costumbre. Dicen que se empezaron a oír un montón de ruidos y que la niña ésta empezó a gritar y a gritar. El profe [Gualberto], que vivía enseguida, escuchó el borlote y fue a ver qué pasaba. Dice que las cosas estaban gruesas, pero en serio. Que se movían cosas, que se oían ruidos, etc. ¿Te acuerdas de la película El Exorcista? […] Ándale, algo parecido.

Y bueno, en un pueblo como éste la voz se corrió luego luego. La niña que jugaba con la ouija - dibujo de Jennifer HennenAl poco rato ya todos sabíamos y fuimos a buscar al señor Obispo, pero creo que había salido de la ciudad. Entonces nos trajimos a un padrecito que sí estaba. Se trajo los óleos, el incienso y otras cosas. Y al llegar la niña estaba incontrolable.

El padre se la pasó un buen rato rezando el rosario, echando el agua bendita, los óleos y quemando el incienso adentro de la casa, mientras la niña ésta seguía gritando y comportándose bien raro. Al final de cuentas se calmó y todo volvió a la normalidad.

Imagínate qué impacto tuvo esto en la población que la familia hasta se tuvo que mudar –creo que a… Monterrey–. Y deja eso, la casa se quedó vacía por un buen tiempo. Ni quien la quisiera rentar. Pero luego se vino la bonanza y la falta de casas, alguien la rentó primero, y después alguien más. Pero esos inquilinos posteriores nunca han dicho que se escuchen cosas raras o cosas por el estilo. Lo que pasó aquella vez fue simplemente que jugar con la ouija no deja nada bueno.

Existe la creencia que la ouija es un medio para comunicarse con los espíritus o con el diablo mismo. Los orígenes del tablero se remontan a la antigua Mesopotamia y se cree que servía para juego, sin embargo, tomó otro giro durante el Renacimiento con las prácticas alquimistas y cabalistas, para convertirse en un sistema de comunicación con los espíritus de ultratumba.

Cabe hacer mención que un evento fuera de lo común que sucede en un pueblo donde todo se sabe, es factor para originar cualquier tipo de plática o interpretación. Con el paso del tiempo cada persona cuenta su propia versión, agregándole un poco de su cosecha para hacerla más interesante. Este fenómeno puede hacer que la esencia de la anécdota caiga en el terreno de la leyenda, como ocurrió en la ciudad de Linares, NL.

Este relato fue publicado originalmente en Mitos, cuentos y leyendas regionales, tradición oral de Nuevo León, por Ediciones Castillo, 1998. Posteriormente se publicó en Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León, por Editorial Font, 2005.

Ahora bien, sbuscas más leyendas de esta región sureña de Nuevo León,  Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur contiene relatos de doce municipios, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur del estado. Está compuesto por tres capítulos: 1. Mitos, 2. Cuentos y 3. Leyendas –este último capítulo está subdivido por épocas y temas: a) Leyendas con contenido prehispánico, b) Leyendas coloniales de santos y vírgenes, c) Leyendas de aparecidos y fantasmas, d) Leyendas de brujas y curanderos, e) Leyendas de cementerios y f) Leyendas de tesoros.

Más aún: en este tratado, Homero Adame nos ofrece cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

La obra Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, que a su manera enriquece el acervo cultural del estado de Nuevo León, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel siguiendo este enlace:
Leyendas de NL - Citrícola PORTADA web

Leyendas de Nuevo León: El túnel de Lampazos

EL TÚNEL

Leyenda de Lampazos, NL

Lampazos - parte 1 Lampazos - parte 2 Lampazos - parte 3

Libro de leyendas de Homero AdameNota: esta leyenda fue publicada originalmente en el libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León, por la Editorial Font de Monterrey, en 2005. Si buscas más leyendas de Nuevo León, en Amazon está disponible Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, un libro de Homero Adame que contiene exclusivamente relatos de doce municipios neoleoneses, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur. Está compuesto por tres capítulos: Mitos, Cuentos y Leyendas; este último subdivido por épocas y temas: Leyendas con contenido prehispánico, Leyendas coloniales de santos y vírgenes, Leyendas de aparecidos y fantasmas, Leyendas de brujas y curanderos, Leyendas de cementerios y Leyendas de tesoros. Más aún: en este tratado el autor presenta cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal. El ya bestseller Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur, está disponible en librerías y también en Amazon, tanto en formato digital (Kindle) como en formato impreso o formato papel.

Leyendas de Tamaulipas: Canibalismo y brujería en La Hierbabuena

RITUALES SATÁNICOS EN LA YERBABUENA

Sucedido en el municipio de Villa Mainero, Tamaulipas

Rituales en la Hierbabuena, Tamaulipas 1 - de Homero Adame

Esta escandalosa anécdota, narrada como leyenda, de Villa Mainero, Tamaulipas (escuchada en Cuevas, municipio de Iturbide, NL), está basada en un lúgubre suceso de antropofagia, brujería, fanatismo religioso, magia negra, rituales satánicos y supersticiones que ocurrió a principios de la década de los años 60 del siglo pasado en La Yerbabuena, una comunidad serrana de Villa Mainero, Tamaulipas. Apareció publicada en el libro de Homero Adame: Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León.

Otros dos libros muy recomendables que tratan este mismo tema son: Creer, beber, curar. Historia y cultura en Iturbide, N.L. del antropólogo  Cristóbal López, y Yerbabuena, del escritor Felipe Montes.

Leyenda zacatecana del Cristo de oro perdido

LEYENDA DEL CRISTO PERDIDO

Leyenda zacatecana

 

Esta leyenda se cuenta tanto en Saltillo como en Concepción del Oro, al igual que en otros lugares. Dice que era tanto el agradecimiento que sentían los mineros y gambusinos de la región, por tantas bendiciones recibidas en sus minas y sus arroyos, que decidieron juntarse y cooperar todos con un poco de lo recibido para mandar hacer un crucifijo de tamaño natural. Nadie se opuso a la idea y así todos aportaron algo de su oro para hacer aquel Cristo que sería la ofrenda de su agradecimiento. Para tal efecto, una vez reunida la cantidad suficiente de oro lo enviaron fundir a la ciudad de Saltillo. Los feligreses acordaron que cuando estuviera listo el crucifijo, se procedería a hacer una peregrinación desde Saltillo hasta Mazapil.

En la fecha acordada, el artesano entregó el cristo-de-sciancalepore-en-torreciudadcrucifijo en Saltillo y desde allá partió la peregrinación, entre danzas, inciensos, cánticos y cohetones. Como el trayecto es largo, los peregrinos se detuvieron cerca de Bonanza para descansar, pernoctar y reponer fuerzas, principalmente porque el siguiente trayecto sería el más difícil: atravesar la sierra.

Se dice que cuando todos estaban dormidos fueron asaltados por una gavilla de ladrones de las tantas que asolaban esa región, dándoles muerte a casi todos los peregrinos y enterrando el Cristo con la idea de después regresar por él; esto debido al peso y tamaño de la obra. Entre la masacre solamente quedó un niño con vida, que estuvo observando a los ladrones en silencio ante el temor de que se dieran cuenta que estaba vivo y también lo mataran. Cuando los maleantes se fueron, ese niño se encargó de pedir ayuda en el poblado más próximo, Bonanza - Mazapil, Zacatecas- Foto de Homero Adame (2)Bonanza. Los pobladores de inmediato se organizaron y al ver la masacre que habían cometido los ladrones, fueron en su búsqueda. Era tal la ira que sentían contra ellos que cuando los encontraron los mataron sin contemplaciones.

El niño que había sobrevivido era un indio irritila. Como no había quién entendiera su dialecto, no pudo decir dónde habían enterrado el Cristo los ladrones, tampoco pudo decir le a la gente el lugar exacto, ya que todo ocurrió de noche y, además, con la caminata que hizo al pueblo se desorientó.

Desde entonces, mucha gente, sobre todo la que de alguna manera ha escuchado la leyenda, se ha aventurado en la búsqueda del Cristo perdido sin poder dar con él. (Leyenda tomada de Mitos y leyendas mexicanas de Homero Adame.)

Notas:

1. Esta leyenda fue originalmente enviada por Eliseo Pérez Reyes al blog de Homero Adame en http://xpresandote.com. Gracias, «Lichos».

2. La imagen del Cristo fue tomada del blog Secretos de Torreciudad. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a su creador.