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Leyendas de Tamaulipas: La Virgen del Chorrito

LA VIRGEN DE EL CHORRITO

Leyenda de Hidalgo, Tamaulipas

El Chorrito, Tamaulipas - foto de Homero Adame - blog 2 parte 1

El Chorrito, Tamaulipas - foto de Homero Adame - blog 2 parte 2

Las fiestas dedicadas a esta virgen, con sus peregrinaciones, son el 19 de marzo y el 12 de diciembre.

Mitos y leyendas de Tamaulipas: Los hacendados que amaban tanto a su tierra

LOS HACENDADOS QUE AMABAN TANTO A SU TIERRA

Leyenda de Hidalgo, Tamaulipas

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La hacienda de la Meza en sus remotos años fue tierra pródiga, rica, fiel a sus dueños, pues nunca hubo plaga, helada o sequía que mermaran la producción de sus sembradíos, como la caña de azúcar que se cultivaba para abastecer todo Tamaulipas y hasta Nuevo León. Y si el año era bueno, incluso mandaban los piloncillos a México. (Leyenda de Homero Adame.)

Condes o marqueses, gente de alcurnia al fin, los dueños fueron buenos patrones. Dibujo de Jennifer MengPagaban bien, trataban bien a su gente, aunque es cierto que había duros castigos por cuenta del capataz, que debió ser bien méndigo, como era costumbre entre capataces.

La hacienda era importante. No había otra igual. Aunque antes fue más importante la de Guadalupe (en Linares, N.L.) y luego la de Santa Engracia (cerca de Ciudad Victoria).

En toda la región la gente sabía de la riqueza de esta hacienda y de la bondad de sus dueños. Ellos fueron gente de trabajo que llegaron de España y se quedaron aquí, pues encontraron un lugar bello, fértil y bien ubicado al pie de la Sierra Madre.

El valle se domina desde la ex hacienda, siempre hay buena agua y hasta hubo una aparición de la virgen de Guadalupe en una cueva que era parte de la hacienda misma. Con esa aparición, los indígenas nativos, que eran bien ladinos, se domesticaron y permitieron que los frailes les dieran catecismo.

Así las cosas. Los primeros dueños fueron gente buena que amaron su tierra como sólo se ama a una mujer o más. Y antes de morir, pidieron a Dios que los dejara ahí para siempre. Y Dios Nuestro Señor escuchó sus súplicas y les concedió ese deseo. Desde entonces, sus conciencias viven en la tierra que fue suya, la tierra que tanto amaron.

Hoy en día, la gente habla de apariciones, de tesoros y muchas otras cosas, pero a lo mejor son cosas de dueños posteriores que vinieron aquí para sacar riquezas sin importarles la tierra ni quererla como lo hicieron los de antes.

Y luego vino la triste historia de la Revolución. Todo se acaba, y cómo no se iba a acabar esta hacienda, si sus últimos propietarios fueron bien méndigos con los trabajadores a quienes trataban peor que esclavos, casi como animales. Nomás estalló la Revolución y lo primero que hicieron nuestros padres, fue acabar con la hacienda y matar al que estuviera adentro. Si hubieran sabido cómo fueron los primeros dueños, seguramente hubieran respetado la casa y las pertenencias. Pero los últimos propietarios ya habían saqueado todo, no dejaron nada en la iglesia ni en la casa grande, y sólo las puertas y ventanas pasaron a poder de campesinos revoltosos que hasta quemaron las puertas de fina madera para hacer leña. (Leyenda de Homero Adame.)

Pero todo tiene un final feliz, y aquí viene la conseja: algún día, aquellas personas que tanto amaron su tierra van a regresar para volver a darle a esta tierra el cariño que le falta. Y así, van a resurgir los buenos tiempos, la tierra será otra vez productiva y habrá trabajo para toda la gente. Leyenda tomada del blog de Homero Adame https://adameleyendas.wordpress.com/2010/10/14/mitos-y-leyendas-de-tamaulipas-los-hacendados-que-amaban-tanto-a-su-tierra/

Explicación de Homero Adame sobre el contenido de esta leyenda

En ciertos relatos que datan desde los cronistas hispanos y refieren a historias de los nativos, así como de otros habitantes, encontramos que hubo gente del pasado que eligió quedarse para siempre en su tierra, y Dios le concedió ese deseo.

También sabemos, por historias indígenas, que otro tipo de personas, aquellos quienes tenían el conocimiento de viajar en las dimensiones, lograron escapar de las barbaridades de la Conquista, yéndose a otros mundos o fundiendo sus conciencias en las piedras o elementos del reino tanto animal como vegetal, para vivir ahí hasta el momento de regresar. (Como se narra en la leyenda titulada «Raíces, un sitio arqueológico». Es así como encontramos a los famosos naguales, aquellas personas que pueden convertirse en un animal de su preferencia. Dichos hombres-nagual son casi parte de la idiosincrasia del mexicano, al menos del centro y sur del país, pero pocas son las narraciones de aquellos que pudieron quedarse en la tierra que tanto amaron viviendo en otra forma de existencia, como en este relato que me contó don Vicente Velázquez.

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Esta leyenda fue publicada exclusivamente en Libro de Homero AdameMitos, cuentos y leyendas regionales – tradición oral de Nuevo León, por Ediciones Castillo, 1998. Monterrey, México. La edición está agotada y sólo se pueden encontrar ejemplares en bibliotecas y algunas de las leyendas en mis blogs, por ejemplo: Raíces, un sitio arqueológico.

La ilustración es obra de Jennifer Hennen Meng

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