Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

Archivo para febrero, 2011

Las leyendas como puente entre lo intangible y lo tangible

CUANDO LOS PATRIMONIOS TANGIBLES E INTANGIBLES

SE ENCUENTRAN

En términos generales, por patrimonio se entiende el conjunto de bienes sujeto a herencia entre personas, el conjunto de bienes con un valor económico y susceptible a transferirse por compra-venta, el conjunto de bienes que es propio de un pueblo o una nación. El concepto incluso se extiende a la humanidad misma, cuando se habla de patrimonio de la humanidad, como si ésta fuera una entidad que de manera muy abstracta posee algo.

De acuerdo con la UNESCO y otros organismos, el patrimonio visto como el conjunto de bienes propios a un pueblo, nación o humanidad se puede dividir en dos grupos, a su vez divididos en distintos niveles, comenzando por el más cercano, que es el familiar, para continuar con el patrimonio local, el nacional y el mundial o de la humanidad. Los dos grupos de patrimonio son:

1. El Patrimonio Natural, que está constituido por todo aquello que se considera monumento natural (formaciones geológicas, lugares y paisajes) y se le da un valor de relevancia científica, ambiental o estética, o bien, la flora y fauna de que son endémicas o están en peligro de extinción.

2. El Patrimonio Cultural, que está formado por los bienes artísticos legados por los ancestros a una nación o los que en la actualidad se crean y la sociedad les otorga una importancia especial, dígase histórica, simbólica, estética o incluso científica. Este tipo de patrimonio es considerado como el testimonio de la existencia de los antepasados, su cosmovisión, manifestaciones de formas de vida, de creencias.

A su vez, y siendo lo que nos tiene reunidos en este coloquio, el Patrimonio Cultural se divide en dos tipos: tangible e intangible.

Patrimonio tangible (Acervo material)

El patrimonio tangible es, sin duda, el elemento más visible del patrimonio cultural. Se compone de dos grupos:

1. Los bienes inmuebles, como son los lugares arqueológicos y los conjuntos históricos (monumentos, edificios, etc.). Asimismo, en ocasiones ciertos elementos naturales (árboles, grutas, lagos, montañas, etc.) entran en la categoría de patrimonio tangible cuando forman parte de las tradiciones de un pueblo o son considerados como tótems.

De tal modo, podemos categorizar este tipo de bienes de la siguiente manera:

  • Patrimonio arqueológico
  • Patrimonio arquitectónico
  • Patrimonio de elementos naturales

2. Los bienes muebles, que incluyen las piezas de interés arqueológico (armas, utensilios, vestimenta que reflejan técnicas de elaboración o de uso tal vez desaparecidas y objetos rituales o de la vida cotidiana de algún grupo del ayer) y las artesanías y obras de arte tanto del ayer como las que siguen produciéndose en el presente y gracias a su valor artístico se anticipa que en un futuro serán representativas de una época, de una corriente o de un autor. En este grupo también se incluyen los documentos históricos, así como los instrumentos musicales y las vestimentas.

Así, los bienes muebles pueden ser categorizados de este modo:

  • Patrimonio arqueológico
  • Patrimonio artístico
  • Patrimonio histórico documental

Patrimonio intangible (Acervo inmaterial)

Este tipo de patrimonio es aquel considerado como abstracto, el no necesariamente material. Incluye las creencias, como la religión, los ritos; los usos y costumbres, patrones de comportamiento; la oralidad (mitos, cuentos, leyendas, historia oral, lenguaje), la música, la danza y otros etcéteras que de manera individual o en conjunto reflejan y constituyen la identidad de un grupo o de un pueblo. También se le conoce como patrimonio intelectual porque abarca las creaciones de la mente, como la literatura, las teorías filosóficas y científicas.

Existen varias maneras de enlistar el patrimonio intangible, por ejemplo:

Creencias:

  • Actos festivos
  • Creencias mágicas
  • Religión
  • Ritos
  • Sistemas de creencias y relaciones sociales

Oralidad:

  • Lengua (el 21 de febrero es el Día Internacional de la Lengua Materna)
  • Mitos, cuentos y leyendas
  • Historia oral
  • Refrenaría popular

Usos y costumbres:

  • Cocina
  • Códigos de ética
  • Medicina tradicional y herbolaria
  • Fiestas

Creatividad:

  • Filosofía
  • Literatura
  • Y todos los conocimientos científicos, sociales, culturales, etc.

Expresiones artísticas:

  • Artes escénicas
  • Danza folclórica
  • Música

Como podemos ver, esta lista no es del todo exacta, pues en ocasiones algunos de sus componentes pueden entrar en dos o más rubros que, en sí, engloban las relaciones sociales.

Los puntos de unión entre los patrimonios

Ahora bien, los patrimonios tangible e intangible no están del todo separados por un abismo que divide lo concreto de lo abstracto. Por ejemplo, la literatura (intangible) se convierte en patrimonio tangible gracias a la imprenta, cuando se imprime una obra literaria. Las partituras musicales son otro ejemplo, al igual que las imágenes fotográficas o de video que documentan una danza, o bien, la artesanía efímera manifestada en los altares de muertos. Así podemos encontrar muchos más, en fonogramas, documentales, escritos y otros objetos materiales. Aún más: los ejemplos se pueden extender a los exvotos (mal llamados “retablos”) que parten de una creencia y quedan manifestados en una pintura artesanal.

Y así llegamos a un punto de mi trabajo que se enfoca en la oralidad (mitos, leyendas e historia oral). En 2009 inicié un proyecto apoyado por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, de la Secretaría de Cultura, para el cual me di a la tarea de tomar las haciendas como marco de investigación. El primer resultado del proyecto fue la reciente publicación del tomo II de Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas (es el tomo II porque han sido muchas las haciendas investigadas que incluirlas todas en un mismo volumen sería éste incosteable. Entre paréntesis diré que salió primero el tomo II que el I, el cual sigue en imprenta).

Como bien sabemos, las haciendas caen en el grupo del patrimonio tangible, como patrimonio arquitectónico, artístico, en ocasiones histórico-documental, o bien, fotográfico. Sin embargo, se convierten en patrimonio intangible cuando son escenario de cuentos y leyendas, cuando encontramos fragmentos de historia oral, cuando son parte esencial de la memoria colectiva que, de algún modo, le da identidad a un pueblo o comunidad. Las haciendas –o mejor dicho, los cascos de éstas– son espacio tanto histórico como actual donde coexisten grupos sociales que apelan a sus recuerdos para narrar pasajes históricos, anécdotas dramatizadas o eventos ficcionalizados que se convierten en valores compartidos, en identidad.

Por su parte, la historia oral, por muy discutida que pueda ser su veracidad, es un patrimonio intangible que se vuelve tangible cuando se convierte en material escrito con un alcance que trasciende la comunidad.

Ahora bien, un monumento, como huella del pasado, es también un evocador de un evento histórico y su simple presencia trasciende las celebraciones oficiales. Por ejemplo, en once lugares del Altiplano potosino existen estelas, monumentos o cabezas de águila que recuerdan el paso de Miguel Hidalgo por allí, hace 200 años, en febrero de 1811. Gracias a esos monumentos, la gente cuenta historias del día que “el padre de la paria” estuvo en su tierra; historias sin sustento histórico, pero que forman parte de la memoria colectiva.

Miguel Hidalgo es un personaje histórico, real, cuya vida y obra está documentada, y de cierto modo podríamos decir que es un personaje tangible. Un ejemplo más intangible es la Llorona, mítico personaje de la imaginería popular que tiene sus orígenes en varias culturas prehispánicas. De ella se cuentan infinidad de historias, de sus terroríficas apariciones, y ha sido material de literatura, canciones y películas.

La Llorona bien puede considerarse como la unión entre lo intangible y lo tangible cuando el personaje mítico se ve transformado en un monumento. Por citar dos ejemplos: en la hacienda 7 Reales, en el municipio de Dolores, Guanajuato, en medio de una milpa hay un monumento de cantera que tiene una inscripción que dice: “Se levantó en septiembre de 1913. Aquella persona que rece un Ave María, tendrá 300 días de indulgencia”. Narran los lugareños, a guisa de leyenda, que dicho monumento fue levantado en ese lugar para ahuyentar a la Llorona, que tenía aterrorizada a la población. Un sacerdote hizo un exorcismo en donde se oían los llantos y colocó una cruz. Desde entonces el espíritu chocarrero dejó de andar por allí. A casi un siglo de aquella ceremonia, la gente recuerda el evento y afirma que la Llorona no aparece en 7 Reales porque el exorcismo surtió efecto.

El otro ejemplo es una tumba que se encuentra en el panteón de Jerez, Zacatecas. Gente de cualquier edad explica que la efigie en esa tumba es la Llorona y que ésta sale del panteón cuando la efigie abre sus ojos. La efigie sólo abre sus ojos, no se convierte en un ser de carne y hueso, pero sí en espíritu que recorre las calles del pueblo, llorando lastimeramente en busca de sus hijos.

Para concluir, un ejemplo más reciente del punto de encuentro entre los patrimonios tangible e intangible. En Sombrerete, Zacatecas, vivió don Fernando de la Campa y Cos, un personaje nacido en Cos, ayuntamiento de Mazcuerras, España, en 1676. A la edad de dieciséis años se avecindó en Sombrerete, donde inició su fortuna que le otorgó los títulos de conde de San Mateo de Valparaíso, coronel de infantería española y caballero de la Orden de Alcántara. A más de dos siglos y medio de su muerte, quedó como un personaje histórico referido en textos de historia regional y zacatecana, aunque en menor medida también pervivió su memoria como un fantasma, es decir, en la imaginería popular hasta hace poco tiempo se le citaba como una aparición y era sujeto de miedo para aleccionar a los niños. “No andes en la calle de noche porque te va a salir el conde”, era la voz popular, y mucha gente afirma que lo han visto. En otras palabras, el personaje tangible se convirtió en un personaje intangible y bien pudo haber seguido así si no hubiera sido por una singular situación que se dio hace pocos meses.

Resulta que Marcos Rodríguez, un entusiasta de la historia, se puso a investigar acerca de don Fernando de la Campa y Cos y encontró en los archivos zacatecanos, de Guadalajara y de la Nación varios documentos. Y no sólo eso, sino que en México consiguió una fotografía tomada de un óleo de don Fernando. Esta persona regresó a Sombrerete y tuvo la ocurrencia de pedirle a un pintor local que reprodujera la fotografía. Así lo hizo.

De pronto, aquel personaje histórico casi olvidado tomó forma, se convirtió en un rostro con expresión. Los habitantes de Sombrerete fueron una y otra vez a conocer al conde, a ver su pintura y algo hizo “click” en la memoria colectiva. Dejó de ser un fantasma, se volvió a hablar de él, desde otra perspectiva. Y lo más fascinante de todo es que en Sombrerete se ha ido creando un culto alrededor de él. En muchos comercios y hogares tienen pequeñas reproducciones de la nueva pintura y, se dice, a todos los que le tienen fe les está yendo mejor en la vida.

Ponencia de Homero Adame

En la Facultad del Hábitat, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Febrero 23 de 2011

Mitos y leyendas de la Huasteca: La bruja de Tepetzintla

LA BRUJA DE LA HUASTECA

(La Bruja de Tepetzintla)

En el pueblo de Coopaltiquetl o Coopalchiquetl (hoy Coopaltitlan), a principios de siglo XX, poco antes de la Revolución, vivió una mujer llamada Marcelina Luis Morales, quien era muy conocida porque se trasformaba en animal, amparada bajo el manto oscuro de la noche; se valía de polvos y brebajes raros para dormir y dominar a su esposo Macario Cruz Hermelindo. Marcelina poseía un aspecto deprimente, puesto que daba la impresión de que no dormía ni comía nada, ya que tenía grandes ojeras y su tez demasiado pálida, sus largas uñas parecían garras de animal salvaje, su cabello era muy escaso y delgado hasta el grado de tener espacios vacíos como de calvicie.

Justo a las doce de la noche, en su alejado jacal, rodeado de árboles viejos con ramas grandes y sombrosas, en medio de ellos había un pozo profundo donde a esa hora Marcelina empezaba un extraño ritual: rociaba aguardiente con la boca y ahumaba con copal todo el lugar, hacía oraciones y rezos demoníacos, en forma extraña que hasta le cambiaba la voz. Posteriormente, hacía lumbre en el suelo y se ponía a brincar de un lado hacia otro durante un buen rato. En determinado tiempo de estar saltando esa hoguera, se sentaba frente a una “lejía” (recipiente hecho de lodo forrado de ceniza para almacenar agua) y empezaba a untarse ceniza húmeda en las rodillas hasta que se desarticulaba sus extremidades, quedándose sin rodillas y pies. Su rostro se desfiguraba por completo, apareciéndole un hocico y colmillos punzantes, con las piernas y manos como ancas de rana. Entonces comenzaba a salir sangre espesa de su espalda e inmediatamente le brotaban unas alas negras y gigantes que le cubrían todo su cuerpo.

En silencio, bajo las sombras de la noche, pensaba y pensaba a qué hogar atacar. En cuestión de segundos empezaba a volar en busca de niños recién nacidos para chuparles la sangre hasta dejarlos vacíos. Su lengua era también enorme y larga que le permitía atacar a los bebés desde muy lejos, dándose prisa para que no la sorprendiera el día, pues de lo contrario nunca podría volver a su estado natural.

Una noche, Macario su esposo llegó sin avisar, cuando regresaba de un baile en San Juan a su casa y quiso darle una sorpresa a su mujer. Se escondió tras las plantas de maíz para poder acercarse; brincó la cerca de otate y se asomó por la ventana. El fuego de la hoguera iluminó su asombrado rostro, que se quedó sin habla ante lo que estaba sucediendo. Vio cuando Marcelina saltaba la hoguera de lado a lado y no le quedó la menor duda de lo que la gente andaba hablando de ella. ¡Sí, descubrió que su vieja era aquel temido y odiado ser del que tanto se comentaba en casi toda la sierra y que tantos males había causado! Era tan mala y vivía tan hambrienta que hasta a sus propios hijos les había chupado la sangre hasta matarlos.

Cuando Macario  la vio trasformada, sintió que la odiaba con toda su alma. De pronto se quedó triste, sentado en la parte trasera del jacal, abrazando un morral empolvado que contenía ropa y un sombrero pequeño. Derramó unas lágrimas y se quedó con la mirada perdida, estática como si hubiese muerto. Ella, la mujer que tanto tiempo había sufrido la pérdida de sus tres hijos, era la misma que los había matado.

Entonces, Macario escondido horas después tras la puerta, espiaba, veía como se estaba quitando sus extremidades inferiores y una vez que se aseguró que ya no había nadie en el jacal, rápidamente tomó las rodillas y corrió hacia la sierra de Kotontoctepetl y en un lugar muy alejado, allá las enterró y regresó para terminar su venganza, de tal manera que cuando la bruja llegó de su terrible viaje, el jacal estaba ardiendo en llamas, todo estaba perdido. La bruja estaba desesperada, intentando apagar el fuego para poder recuperar sus extremidades, pero nunca lo logró y quedó convertida en animal sin rodillas hasta que se enfermó de tristeza y murió.

Se cuenta que su alma vaga en pena por los montes y pueblos cercanos. Hasta dicen que revive en los cuerpos de otros brujos o brujas, en el mes de marzo que es cuando iniciaba el año del calendario indígena, para seguir haciendo sus terribles males.

Notas:

1. Versión popular compilada por José Reyes Nolasco y publicada en su libro Cuextécatl volvió a la vida.

2. La versión que leemos en este blog es más corta que la original y ha sido publicada aquí con el consentimiento de su autor, quien también envió las imágenes.

Puedes encontrar más leyendas indígenas en este enlace:


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La hacienda de Cerro Prieto en Mexquitic, SLP

LA HACIENDA DE CERRO PRIETO

(En el municipio de Mexquitic, S.L.P.)

Se desconoce la fecha exacta de fundación de Cerro Prieto como hacienda, pero se sabe que a finales del siglo XVIII, cuando Félix María Calleja del Rey era el comandante en jefe de tres bandos realistas –los dos regimientos provinciales de “dragones” de San Luis y San Carlos, acantonados en San Luis Potosí, Charcas y Matehuala, así como del grupo de caballería del Nuevo Santander, establecido en Rioverde– varios hacendados de la región donaron caballada para tales regimientos. Entre otros, destaca Ana María de la Campa y Cos (también citada como María Anna de Berrio y de la Campa y Cos), condesa de San Mateo de Valparaíso y 2da marquesa del Jaral de Berrio, cuya hacienda principal era Xaral de Berrio y, entre otras, era propietaria de La Ventilla, Ordeña de Matapulgas, San Andrés de El Cubo, San Martín, San Onofre, Santa Rosa, Trasquila de Gallinas, Sierra Hermosa y Cerro Prieto.

Aunque en la actualidad Cerro Prieto pertenece al municipio de Mexquitic, SLP, la historia de Ahualulco consigna que hacia la segunda mitad del siglo XIX existían varias haciendas adentro de sus colindancias municipales: La Parada (la más extensa e importante), Corte Segundo, San Juan, Santa Teresa y Cerro Prieto.

Debido a su ubicación y dueños, la historia de Cerro Prieto es muy diferente a la de La Parada o de Corte Segundo. Pese a ser la única en el municipio de Mexquitic de Carmona, su historia está más ligada a las haciendas guanajuatenses o zacatecanas anexas a la de Jaral de Berrio. Hacia finales del siglo XIX, Cerro Prieto era algo así como una pequeña industria mezcalera y agropecuaria que producía todo lo necesario para el sustento de sus habitantes, mientras que el usufructo iba a las arcas de la familia Moncada (dueña de Jaral de Berrio).

Un dato curioso es que en los años 20 del siglo pasado, los campesinos de Mexquitic, Ahualulco y las haciendas cercanas (La Parada, Corte Segundo, etc.) lucharon para obtener tierras a través del agrarismo, mientras que los de Cerro Prieto no quisieron meterse en líos armados o en procesos judiciales. Ellos decían: “¿Para qué queremos tierras si aquí recibimos buen trato, tenemos trabajo seguro y una vida digna?”. Sin embargo, en los años 30 tuvieron que sumarse a la Reforma Agraria y apropiarse de las tierras de sus antiguos patrones porque, de no hacerlo así, llegarían ejidatarios de otros lugares a desplazarlos.

En algún momento, los descendientes de la marquesa del Jaral de Berrio vendieron esta hacienda a su administrador, quien antes había trabajado en La Corcovada (municipio de Villa Hidalgo, S.L.P.)

Sin verse fuertemente afectado por la Reforma Agraria, el sistema productivo mezcalero de la hacienda siguió vigente y dando trabajo a la comunidad hasta que la fábrica de mezcal cerró sus puertas alrededor de 1980, quedando entonces abandonada. Aquí producían un mezcal llamado San Martín que lo llevaban a la pequeña hacienda de San Martín porque desde allá se distribuía. Esa parte del casco de la hacienda es ahora propiedad privada y aunque la fábrica se encuentra en buenas condiciones, no parece existir un proyecto sustentable para reiniciar labores.

La hacienda quedó abandonada por varios años y se dice que aparte de empezar a caerse creció mucha hierba y había muchos alicantes. Poca gente se atrevía a meterse porque, aunque se hablaba de espantos, más bien les tenían miedo a esas serpientes. Años más tarde, un descendiente de don Aurelio Dávalos se dio a la tarea de rescatar el casco de la hacienda y gracias a eso se encuentra en buenas condiciones.

Maximiliano y Miramón

Más como leyenda que como dato verídico, se dice que el emperador Maximiliano de Austria pernoctó en Cerro Prieto cuando se dirigía a Zacatecas. Los lugareños no saben de esto, no lo recuerdan como pláticas de sus ancestros, pero dicen que antes se contaba que el corazón del mariscal Miguel Miramón (fusilado junto con Maximiliano y Tomás Mejía el 19 de junio de 1867 en el cerro de las Campanas, de Querétaro) estuvo mucho tiempo en la capilla de la hacienda hasta que fue trasladado a la iglesia de la hacienda de San Martín (municipio de Pinos, Zacatecas), a pocos kilómetros de Cerro Prieto.

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Si quieres leer una leyenda escuchada en Cerro Prieto, sigue este enlace:

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Si tienes interés en el tema de las haciendas potosinas, los dos libros de Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas, de Homero Adame, se venden en la tienda de Amazon. Entre ambos son casi 50 haciendas estudiadas.

Mitos y leyendas de México, Distrito Federal: El árbol bendito en la colonia San Miguel Chapultepec

EL ÁRBOL BENDITO EN LA COLONIA SAN MIGUEL CHAPULTEPEC

(Leyenda de la ciudad de México)

Érase un fraile, cuyo nombre está olvidado, que diariamente hacía viajes de México a Tacubaya, posiblemente a la sede del arzobispado que estaba situada en lo alto de esta población. Antes de emprender la subida, que por la edad del caminante era en verdad fatigosa, solía descansar unos minutos para luego reanudar su camino. Un día de tantos, después de atravesar por la hacienda de los condes de Miravalle, que era parte de su acostumbrado trayecto, al caer la tarde fue sorprendido por un aguacero torrencial. Leyenda de Magali López.

Dado que las casas de los barrios de Santiago y San Miguel estaban retiradas, tuvo que conformarse con el relativo albergue de las ramas de un frondoso árbol, bajo las cuales se detuvo a esperar que amainara la lluvia, pero en vez de disminuir, a cada momento seguía con más fuerza, acompañada de relámpagos y truenos que se oían caer en lugares cercanos, con desatada furia. Como el lugar estaba situado en la bajada de la pendiente llegó una corriente de agua a tal grado abundante que era imposible transitar en ella. Puesto que la lluvia parecía interminable y se aproximaba la noche, el fraile, lleno de pavor, imploró al cielo porque le sacara con bien de ese lugar. Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.

Al poco tiempo cesó la lluvia, quedando el fraile ileso y seco de ropas porque el follaje del árbol lo había protegido. Minutos más tarde pasó la corriente y el caminante pudo seguir su marcha, no sin antes bendecir el árbol, profetizando que se conservaría fresco y lozano.

Narra la leyenda que de sus raíces brotó un arroyo y muchos años se dijo misa abajo de sus frondas.

Esta leyenda del árbol bendito es recordada por los habitantes de mayor edad de la colonia, no poniéndose de acuerdo en la actual ubicación del susodicho. Unos afirman que se encuentra en el interior de una casa particular, otros que se encuentra en la parte de atrás de la iglesia de San Miguel Arcángel y unos más aseguran que se encuentra abandonado en la calle de Vicente Eguia.

Nota: esta leyenda fue enviada originalmente al blog http://xpresandote.com por Magali López como comentario (número 12) en el post Mitos y leyendas de todo México.

Puedes encontrar más leyendas cristianas en estos dos enlaces: