Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

Archivo para diciembre, 2010

Libro de «Haciendas del Altiplano – historia(s) y leyendas». Tomo II

HACIENDAS DEL ALTIPLANO – HISTORIA(S) Y LEYENDAS. TOMO II

De la Independencia a la Revolución – 100 años de esplendor

Ya está publicado el tomo II de la investigación de las haciendas del Altiplano (¡salió antes que el tomo I!). Es el primer resultado de un proyecto de investigación que inicié en 2009, con un apoyo del FECA (Fondo Estatal para la Cultura y las Artes); para publicarse, con el apoyo del Programa de la Conmemoración del Bicentenario del Inicio de la Independencia Nacional y Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana.

La estructura del libro es la siguiente:

  1. Una ficha introductoria que menciona la ubicación, de la hacienda, el municipio, el giro económico y las distancias a la cabecera municipal y la capital del estado.
  2. Una ficha con descripciones arquitectónicas del casco de la hacienda y sus condiciones actuales.
  3. Una ficha o reseña histórica que menciona fechas de fundación, nombres de dueños en distintas épocas y eventos relevantes que fueron consignados por la historia documentada.
  4. Un apartado de historia oral con anécdotas o datos históricos que no fueron documentados, pero siguen contándose.
  5. Una o dos leyendas que tienen a la hacienda (el casco) como escenario.
  6. Varias fotografías de cada hacienda.

Para este libro seleccioné 20 haciendas que surgieron con el México independiente, y son las siguientes:

  • Hacienda de Buenavista, en el municipio de Guadalcázar, SLP
  • Hacienda de Cerro Gordo, en el municipio de Tula, Tamaulipas
  • Hacienda de Derramaderos, en el municipio de Villa de Arista, SLP
  • Hacienda de El Canelo, en el municipio de Doctor Arroyo, N.L.
  • Hacienda de El Mezquite, en el municipio de Saltillo, Coahuila
  • Hacienda de Los Patos, en el municipio de Matehuala, S.L.P.
  • Hacienda de Guadalupe, ubicada en El Epazote, municipio de Venado, S.L.P.
  • Hacienda de La Corcovada, en el municipio de Villa Hidalgo, S.L.P.
  • Hacienda de La Enramada, en el municipio de Moctezuma, S.L.P.
  • Hacienda de La Presita, en el municipio de Villa de Guadalupe, S.L.P.
  • Hacienda de Los Pruneda, ubicada en Potrero, municipio de Catorce, S.L.P.
  • Hacienda de Presa de Guadalupe, en el municipio de Guadalcázar, S.L.P.
  • Hacienda de Sagrado Corazón, ubicada en El Peñuelo, municipio de Galeana, N.L.
  • Hacienda de San Cayetano de Vacas, en el municipio de Doctor Arroyo, S.L.P.
  • Hacienda de San José de Raíces, en el municipio de Galeana, N.L.
  • Hacienda de San Tiburcio, en el municipio de Mazapil, Zacatecas
  • Hacienda de Santa María, en el municipio de Salinas, S.L.P.
  • Hacienda de Santa Rita del Sotol, en el municipio de Cedral, S.L.P.
  • Hacienda de Santa Teresa, en el municipio de Ahualulco, S.L.P.
  • Hacienda de Santiago, en el municipio de Pinos, Zacatecas

Veamos a continuación una página escaneada del libro, correspondiente a la hacienda de Derramaderos:

Puedes ver otra página escaneada y fotografías diferentes de las haciendas incluidas en este libro siguiendo este enlace:

Si deseas leer una de las leyendas incluidas en el libro, sigue este otro enlace:

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Mitos y leyendas del Altiplano: La zorra

LA ZORRA

(Leyenda de Pozo de Acuña, municipio de Guadalcázar, S.L.P.)

No, eso que usted pregunta del güichote y de los perros aquí no sucede. Nosotros sabemos cuando alguien se va morir porque escuchamos a la zorra cantar. Cuando la zorra canta en la tarde, mire que nunca falta que alguien se muera.

Pero déjeme decirle una cosa, no siempre se muere alguien que vive aquí en el pueblo cuando canta la zorra. También se dan casos de que la zorra canta y luego nos enteramos que se murió alguien de aquí del pueblo pero que vive en otra parte, por ejemplo en San Luis, en Monterrey o en el otro lado. Entonces ahí está la zorra cante y cante y la gente asustada. No se muere nadie, pero a los dos o tres días nos llega la novedad de que Fulano o que Zutano se murió por decir en Oklahoma o en Houston. Entonces por eso nosotros decimos que la zorra con su canto estaba avisándonos que alguien del pueblo iba fallecer. Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.

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Comentario de Homero Adame sobre el motivo mitológico de la zorra

Existen muchísimos símbolos mitológicos que, debido a las particularidades tanto geográficas como ideológicas de los pueblos, han tomado caminos por demás diversos en el mundo, y la zorra es uno de ellos. De este canino salvaje existen muchísimas variantes e interpretaciones en el folclor de cada país. Entre los antiguos habitantes de América, por ejemplo, la zorra siempre jugó un papel de palero, o compañero de un embaucador, razón por la cual en muchos cuentos y fábulas aparece como un animal tramposo.

En el Altiplano existe una interpretación diferente y acaso única de la zorra, ya que ningún diccionario de mitología lo registra como tal: es también mensajero de la Muerte. No sabemos cuál sea su origen, pero quizá se trata de una reminiscencia de las creencias huachichiles.

Puedes encontrar leyendas indígenas en este enlace:

¿Buscas más leyendas sobre animales? Sigue este enlace:

Leyendas de México: Las pastorelas

LAS PASTORELAS

(Relato escuchado en La Petaca, municipio de Linares, N.L.)

No se sabe con precisión cuándo iniciaron las pastorelas, aunque es probable que hayan surgido a la par con los primeros nacimientos vivientes realizados e ideados por Giovanni Bernardone (1182-1226), mejor conocido como “San Francisco de Asís”, allá por el año de 1223. Con la conquista, las pastorelas llegaron a tierras mexicanas y fueron tomando características muy locales y particulares, pero siempre con las mismas bases: una suerte de égloga o composición poética breve relacionada con la Navidad.

Con la modernidad, los grupos de pastorelas han ido quedando en el olvido en casi todo el país y podrían desaparecer por completo si no es por diversos apoyos estatales y federales para revivir las tradiciones regionales. Sin embargo, en algunas comunidades y círculos sociales allegados a la iglesia aún pervive dicha tradición.

Mire, tan bonitas que son las pastorelas. Antes aquí había muchos grupos que alegraban las fiestas navideñas, pero ya se han ido acabando. Ya ve, estos que andan aquí ahora vinieron de [Ciudad] Victoria. Parece que al rato van a llegar unos de la hacienda [de Guadalupe]. Ojalá. Pero las pastorelas no se hacen sólo para la Navidad, sino que nosotros, por ejemplo, las hacemos para la fiesta de nuestra Virgen [de la Asunción], cada noche de hoy (8 de diciembre). Como es nuestra patrona y su fiesta es casi con las posadas, entonces llegan los grupos de pastorelas –explica don Vicente Aldape, quien se dedica a la agricultura.

Le voy a decir: mi abuelo formaba parte de una pastorela de aquí de La Petaca. Yo no me acuerdo de eso, pero mi mamá contaba que en las posadas hasta se agarraban a competencia con otros grupos. Así era antes la cosa. Ya se va acabando…

Bueno, mi abuelo la hacía de ermitaño y él tenía todos los cantos anotados en un libro –es que en las pastorelas son muchas las gentes que participan–; él era el ermitaño, y luego anda por ahí el Bartolo, que nada más se la pasa de holgazán durante toda la presentación. Y hay un diablo moleste y moleste a la gente, y tentando al Niño Dios y estirándole la cola a las cabras. Y también hay una chamaquita que le mentan “la Jila”; ella es como un ángel y se viste de blanco con alas y debe proteger al niño Jesús –mi mamá salió mucho de Jila cuando era niña–; y luego están los pastores, que pueden ser tantos como quieran.

Antes las pastorelas duraban toda la noche; ahora ya no porque el grupo se cansa. Pero imagínese cómo no habrá sido antes cuando había tres o cuatro grupos. Entonces sí duraban duro y dale con la fiesta hasta el amanecer.

Lástima que ya no haigan [sic] tantas pastorelas, ni que la iglesia las invite a participar en las posadas. Si todavía existiera el libro de mi abuelo, de seguro yo organizaba gente para ensayar y formar un grupo. Al fin y al cabo a todos nos encanta el guato, ¿no?

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Nota: Libro de Homero Adameesta leyenda apareció en el libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León, publicado por la Editorial Font de Monterrey, en 2005. La edición estuvo a cargo de la Mtra. Déborah Chenillo Alazraki. El diseño lo hizo Beatriz Gaytán y la corrección, Mary de Lara.

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Para leer más sobre las celebraciones mexicanas de Navidad, sigue este enlace:

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Mitos y leyendas de México: Los eclipses en Nuevo León

LOS ECLIPSES

(Versión escuchada en Atongo de Abajo, municipio de Allende, N.L.)

 

Oiga, amigo, tenga cuidao porque no tarda el eclise [sic] y no es bueno andar en el monte. ¿Usté sabe d’eso de los eclises, ¿vedá? –me pregunta don Jesús, un pastor como de 75 años que anda campeando sus cabras.

[…] Fíjese que los eclises son malos, muy malos. Y pior son los de sol, como el que no tarda en empezar en un rato. Yo me di cuenta porque desde temprano los gallos cantaron diferente, y la mula andaba vuelta loca. Uno sabe d’esas cosas porque pos uno ya ha visto munchos d’ellos. Y luego hace rato dijeron en la radio que iba haber eclise, así que yo ando juntando los animalitos pa’ llevarlos al corral, no vaya ser que luego se me muera alguno.

Los eclises son malos, y ya le digo, los de sol son pior. Con decirle que una vez una señora de por allá andaba preñada y pos se le ocurrió salir cuando estaba el eclise, y como no se colgó una llave de cobre con un listón rojo en la cintura, pos luego se puso mala y perdió la criatura. (Leyenda tomada del blog de Homero Adame.)

Hay gente que luego ya no cree en esas cosas, pero mire, pa’ que no le quede duda le voy a platicar lo qu’he visto. Cuando se tapa el sol a medio día, si uno tiene fruta en el naranjito o en el durazno se cae la fruta, o si no s’empederne, que pa’l caso es lo mismo, pos ya no sirve.

Yo me acuerdo que platicaba una viejita tía mía que hace muncho hubo un eclise de la luna, que se tapó todita, y hubo una señora que por andar haciendo sabe qué cosa salió p’afuera y pos ella no perdió la criatura, pero le salió mala. Salió enfermito y pos ai creció el chamaco todo zurumbato. Taba [sic] más loco que una cabra.

Y luego dicen que si uno mira un eclise que se queda ciego. ¿Será? Yo no conozco a naiden que se haiga quedado ciego por ver el eclise, de sol o de la luna. Así que ya le digo, es mejor que se recoja y se vaya pa’ su casa porque andar juera [sic] cuando se tapa el sol la cosa no es buena. Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.

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No ha existido civilización o cultura en la historia de la humanidad que no haya sentido una extraña fascinación por los eclipses, esos fenómenos celestes que siempre han estado asociados con desastres y calamidades. El temor ha generado un sinfín de mitos y leyendas en todo el orbe.

Una costumbre muy difundida en México es que cuando se anuncia que habrá un eclipse, la gente coloca listones rojos o algún objeto metálico en los árboles frutales con el objetivo de prevenir que la fruta se caiga o se empederna (no madure). Asimismo, muchos suelen refugiarse en sus hogares o bajo cualquier techo para no quedar expuestos a las emanaciones negativas, ya que entre otras creencias populares hay una que indica que ninguna mujer embarazada debe exponerse a un eclipse porque el bebé puede nacer con alguna deformación o incluso muerto. También es común escuchar que un eclipse (de sol) causa ceguera si se le mira directamente, lo cual está comprobado científicamente debido a los rayos ultravioleta que queman la retina.

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Esta leyenda, escuchadaLibro de Homero Adame en Atongo de Abajo, municipio de Allende, N.L., salió publicada en el libro Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Editorial Font, 2005. Las fotos son de Homero Adame. Déborah Chenillo Alazraki estuvo al cargo de la edición, mientras que Beatriz Gaytán del diseño. La ilustración es obra de Jennifer Hennen.

Para leer otras leyendas de eclipses, sigue cualquiera de estos enlaces:

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Mitos y leyendas de Durango: La marrana que arrastra una cadena

LA MARRANA QUE ARRASTRA UNA CADENA

Leyenda de Amado Nervo, municipio de Nombre de Dios, Durango

Antes aquí fue una hacienda que se llamaba «Juan Guerra». Por mucho tiempo estuvo de a tiro decaída, pero luego el gobierno le dio una manita de gato a la iglesia, pero al casco no y por eso la casa grande de la hacienda sigue toda ruinosa. Aquí veneramos a San Antonio de Padua, pero también al padre Mateo Correa que fue un mártir y ya es santo. Parece que este templo de San Antonio es el templo más antiguo de todo el estado; eso dicen los maestros a los niños en su clase de historia –explica doña Lupita Gutiérrez, quien hace la limpieza y cuida la pequeña iglesia. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame.)

Las gentes de aquí dicen que cuando hay sequía llega la Llorona. También dicen que por la carretera esa de Villa Unión, allá en medio de Amado Nervo y Santa Cruz de Guadalupe, que sale un perro prieto, pero otros también dicen que sale una marrana bien grandota arrastrando una cadena. Eso es en la carretera y dicen que espantan en la noche como a eso de las doce de la noche, por eso la gente mejor no anda por ahí a esas horas y ya mejor están recogidos en sus casas. Son los vagos que andan en la noche a los que han asustado y también a las personas que por alguna razón tienen que pasar por ahí ya tan tarde.

Según una vez platicaron, hace muchos años se aparecía esa misma marrana bien grandota arrastrando una cadena aquí también en uno de los patios de la hacienda. Entonces parece que unos señores escarbaron un pozo y sacaron una relación; desde entonces ya nunca se volvió a saber de esa marrana, o sea que ya no la volvieron a ver aquí. Pero como ahora sale de aquel lado de la carretera, entonces a lo mejor allá hay otra relación.

Ustedes han de saber que antes a los hacendados, como eran dueños de todas estas tierras, les daba por esconder sus riquezas cuando había problemas como de la Revolución o de otras revueltas, y ellos sabían que si escondían el dinero adentro de su propiedad, o sea, adentro de la casa, lo bandidos podían dar con ese dinero, y es por eso que también ordenaban que enterraran los cofres con monedas y joyas en otros rumbos, por ejemplo debajo de un mezquite o algo así. Por ahí hay gente que dice que a lo mejor donde la marrana se aparece es porque allá también debe de haber alguna relación enterrada. (Leyenda de Homero Adame.)

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En este relato, con varios motivos de mitología, la narradora primero menciona, de manera superficial, a un perro negro fantasmagórico y a la Llorona, dando una explicación poco común para la saga de tan funesto espectro femenino: aparece cuando hay sequía. Enseguida, habla de una marrana arrastrando una cadena –en la saga de leyendas sobre tesoros la marrana y el ruido de cadenas son elementos convencionales y por lo general van juntos. También hace mención de que había un tesoro en algún patio de la ex hacienda y desde que lo sacaron, la marrana dejó de verse por ahí, justificándose así que la aparición misteriosa ya no se vea en ese preciso lugar. Sin embargo, añade que ahora la han visto en otro punto de la carretera y por tal razón se cree que allá exista un tesoro enterrado.

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Nota: una versión muy similar de esta leyenda fue publicada en el libro Mitos y leyendas de todo México, por la Editorial Trillas.

El libro stá a la venta en todas las sucursales de Editorial Trillas en el país.

También se puede adquirir a través del enlace directo al libro: Mitos y leyendas de todo México.

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Mitos y leyendas de Zacatecas y de Coahuila: El “marqués de Aguayo” y el tesoro perdido

LEYENDA DEL “MARQUÉS DE AGUAYO” Y EL TESORO PERDIDO

(Leyenda de Coahuila y de Zacatecas)

Dice una leyenda que “el marqués de Aguayo”, amo y señor de el Real de Mazapil, era un hombre temido tanto por sus amigos como por sus enemigos, pues tenía fama de ser un hombre de horca y cuchillo, cruel y despiadado con sus enemigos, pero también benévolo y tolerante con quienes le servían de manera leal. Aquel hombre tan temido por todo el mundo tenía una debilidad muy grande por su esposa, a quien amaba e idolatraba –no había deseo que tuviera y que no le cumpliera–. Pero no todo era miel: esa gran devoción que sentía por su bella esposa estaba acompañada por unos celos inmensos que lo hacían dudar del amor de ella, así que encargó a uno de sus mozos más fieles la tarea de seguirla y espiarla para ver si se encontraba con alguien durante las largas ausencias que tenía, debido a lo extenso de sus dominios. Así pues, “el marqués” se retiró confiado de que a su regreso tendría un extenso reporte de lo que hacía su bella esposa.

Cuál sería su sorpresa al volver, las noticias no podían ser más devastadoras: su esposa lo engañaba con uno de los mozos de la hacienda; aprovechando la ausencia de su marido, ella le permitía a ese mozo la entrada a sus habitaciones por las noches y salía poco antes de despuntar el alba. “El marqués” no cabía en sí del asombro que tal noticia le causara; su honor había sido mancillado por la persona que más amaba, montó en cólera y su primera intención fue matarla en ese mismo instante. Pero se contuvo. No convenía poner su honor por los suelos a causa de una mala mujer, no iría a la cárcel y tribunales a ventilar las razones de su acción, así que lo pensó mejor.

Pronto sería el cumpleaños de su mujer y ésa sería la mejor oportunidad para matarla sin pagar por su crimen, y sin que su honor sufriera mella, así que puso en acción su plan: haría dos fiestas simultáneas, una en la hacienda de Los Patos (hoy Presidencia Municipal de General Cepeda, Coah.) de la cual era dueño y en la que estaría el, y otra en el Real de Mazapil en la que estaría su esposa. Así que puso manos a la obra y pensó: “Si algo sale mal tendré que protegerme”. Entonces empezó a trasladar su dinero y joyas, así como el oro que tenía, a la hacienda de Bonanza. Lo llevó a través de túneles que tiempo atrás había mandado construir, y que comunicaban de Mazapil hasta la hacienda de Los Patos y otras haciendas, túneles que poca gente conocía, salvo algunos mozos y jinetes que transportaban el oro por abajo para evitar asaltos por cuenta de las gavillas que asolaban la región.

Así pues, trasladando y enterrando su tesoro en Bonanza, para lo que pudiera salir mal, tenía su plan asegurado. Sin embargo, existía un problema: ¿cómo le haría para estar en la hacienda de Los Patos y en Mazapil el mismo día si era una distancia enorme? Aún a través del túnel y un caballo no era suficiente, así que lo estuvo pensando hasta dar con la solución: llegado el día pondría a varios mozos con caballos frescos en tramos razonables para, a mancacaballo, llegar y regresar lo más rápido posible sin que se notara su ausencia.

Teóricamente, solucionado el inconveniente, llegó el día de la fiesta, así que a festejar, cada quien por su lado. En Los Patos estuvo con sus amigos brindando por su bella esposa. En un momento determinado solicitó permiso a los asistentes para retirarse a sus habitaciones, pues dijo sentirse mal. No se retiró sin antes dejar órdenes de servir más vino y comida, así como a los músicos que siguieran tocando alegremente, ya que la fiesta duraría días, como se acostumbraba en aquellos tiempos. Al retirarse, “el marqués” entró de inmediato al túnel, donde ya lo esperaba un mozo con su caballo, y a todo galope partió hacia Mazapil, llegando en un tiempo récord.

Al llegar, se dirigió a su habitación, en la cual había una entrada secreta para que no se dieran cuenta de su presencia. Fue suerte o el destino, pero ahí se encontraba su bellísima esposa, a quien abrazó y felicitó con un beso. Ella feliz de que “el marqués” estuviera en su festejo, le pidió bajar juntos a la fiesta. Él aceptó, pero pidió hablarle al mozo (el supuesto amante de su mujer) para darle ciertas instrucciones y que fuera una sorpresa para los asistentes.

Llegó el mozo y “el marqués” le dio indicaciones de que fuera al túnel donde otro compañero esta y allí lo esperaran; también le hizo jurar que no diría a nadie que estaba en Mazapil, pues quería que su presencia fuera una sorpresa. Acto seguido, le pidió a su esposa que brindaran juntos por su felicidad. Así lo hicieron, bebiendo ella de una copa envenenada que le causó la muerte inmediata. Leyenda de «Lichos en un blog de Homero Adame.

Una vez cometido el crimen, “el marqués” se dirigió al túnel, donde ya lo esperaban los mozos (el de la ofensa y el de los caballos), así que llegando lo primero que hizo fue matar a ambos mozos y de inmediato emprender el regreso a la hacienda de Los Patos. Adentro del túnel también asesinó a todos los mozos y caballos que le habían servido para cometer su crimen. Reapareció en la fiesta, sin que nadie sospechara nada y todo siguió muy normal. De tal modo, “el marqués de Aguayo” eludió la justicia.

Añade la leyenda que tiempo después de su artero crimen, “el marqués” se enteró de que su esposa no le había sido infiel con aquel mozo ni con nadie, y que todo había sido una calumnia urdida por un mal amigo, debido a la envidia y celos por la predilección que ella tenía para con “el marqués”. Se cuenta que a partir de ese momento comenzó a perder la razón, lamentándose por haber cometido aquella atrocidad, en la mujer que era todo para él, y en los inocentes que murieron sin saber por qué. Algunos dicen que “el marqués” murió en una cueva como un ermitaño y totalmente loco, otros que en un convento en una sierra de Sonora, otros en Chihuahua y algunos dicen que en Torreón. Sea cual fuere, el caso es que, según la leyenda, murió solo y abandonado.

¿Y el tesoro? Ah, de aquel fabuloso tesoro poco a poco fue enterrando en la hacienda de Bonanza nunca se supo si lo encontraron o no. Lo que sí se sabe es que mucha gente lo ha buscado, destruyendo casi en su totalidad lo que fuera una hermosa hacienda en busca de dinero fácil, pero no lo han logrado. Aún en la actualidad hay quien se aventura a probar suerte, sin resultado. Ojalá que algún día alguien lo encuentre.

Lo que sí: triste final para un hombre de tal poderío que lo tuvo todo y murió sin nada. ¿Se lo merecía? ¿Justicia Divina? ¿Ustedes qué opinan?

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Notas:

1. Esta leyenda fue escrita y enviada por Eliseo Pérez Reyes, “Lichos” a otro de mis blogs en Xpresandote.com

2. A Francisco de Urdiñola se le atribuye el título de marqués de Aguayo, sin que sea correcto, pues históricamente se sabe que dicho título se le otorgó a uno de sus nietos.

3. Existen muchas leyendas en torno a este caso de asesinato, leyendas que históricamente pueden ser rebatibles, pues la historia explica la vida y obra de Francisco de Urdiñola, además de cómo murió su esposa.

4. Las fotos en este post son de Homero Adame.

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Puedes encontrar más leyendas de Coahuila en este enlace:

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Myths and legends from Nuevo Leon: The sword

THE SWORD

Folk story originally heard near Galeana, N.L.

One Friday evening, we arrived at don Evaristo’s ranch. He and doña Almanda welcomed us warmly. Don Evaristo had a pile of dusty old books on the floor. When I asked him about those books, he said he was going through them because he wanted to compare the major elements of his latest story with the Arthurian Cycle from European Medieval Mythology.

“What new story?” Emily asked.

“It’s about Excalibur, the mythical sword of King Arthur.”

“We know that story,” Emily and I said.

“Ah, that makes it easier for me, then! I will only have to tell you the Mexican version!” don Evaristo said, his eyes shining. “A friend of mine just told me this version. It’s amazing to find exactly the same motifs of the stone and the sword. It’s not such a common combination universal mythology, you know!”

“We’re all ears!” I said.

“Well, my friend recently went to a town called Galeana, in the south of Nuevo Leon, to buy some furniture. He chatted to the carpenter about this and that, and then the carpenter started to tell him about a magical sword, stuck fast in a stone, not far from Galeana. ‘It’s not far from here,’ said the carpenter. ‘Would you like to go and see it?’ And my friend replied: ‘Could we go right away? I have to leave again tonight.’

“So off they went, in search of that magical sword. After about an hour’s walk through thick woods and undergrowth, they saw a yucca tree and a mezquite tree, in a little clearing. And between these two trees, stuck up to the hilt in a large rock, was the mysterious sword. It was an old Spanish sword, now all rusty with age.

“The story goes that the sword did, in fact, belong to a Spaniard, way back in the times of the Spanish conquest. No one knows exactly how it came to be stuck in that rock, but nobody has ever been able to remove it, even though people have tried every possible way, with no luck. This seems to be because only a person who has divine powers and wisdom will ever be capable of removing it. When and if anyone ever does remove the sword, that person will become the master or mistress of the whole region!

“So, what do you think?” don Evaristo asked, still excited. “Isn’t it a wonderful story, rather similar to the story of King Arthur’s Excalibur and the founding of the city of Camelot?”

Though short, it was indeed quite similar to the legend of good King Arthur of ancient Britain, who pulled Excalibur out of a stone and then went on to unite the country and build the marvelous city of Camelot…

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Written by Homero Adame and translated by Pat Grounds. Originally published in the English textbook Orbit 3. By Homero Adame, Pat Grounds and Carol Lethaby. Ediciones Castillo, S.A. de C.V. Monterrey, Mexico. 2000. Pp. 126-127.

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You can find more Mexican myths and legends on this link: Mexican folk stories.

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Mitos y leyendas de Zacatecas: Una joven huachichil y un muchacho irritila

UNA JOVEN HUACHICHIL Y UN MUCHACHO IRRITILA

Leyenda de Concepción del Oro, Zacatecas


Años atrás se hablaba de un hombre que vestía de una manera muy rara. Se le veía con un arco y una flecha y más que caminar parecía que flotaba. Siempre se dirigía al mismo lugar, donde hoy se localiza El Grasero. Se hincaba y ponía su frente en el suelo. Permanecía un tiempo allí y luego se desaparecía, se esfumaba. (Luego se supo que era un indígena huachichil, de los muchos que poblaban las sierras de lo que hoy es Concepción del Oro.)

Una hermosa y joven mujer de la tribu de los huachichiles acostumbraba andar por el que hoy conocemos como el cerrito de la Cruz. Juntaba mezquites, que formaban parte de su alimentación. Un día, andando en esos menesteres, sintió que alguien la observaba. Reprografía de Homero AdameAl dirigir su mirada a lo alto del cerro, descubrió que a un apuesto indígena de la tribu de los irritilas, hombre alto, muy bien formado, que andaba de cacería con su arco y su flecha. Tras saberse descubierto, el joven bajó despacio por la ladera del cerro, sin perder de vista a la joven. Cuando ya estaba a cierta distancia, preparó su flecha en el arco y la dirigió hacia la joven. Ella se quedó petrificada, anticipando lo peor. El joven disparó la flecha y en unos instantes cayó una serpiente que estaba enroscada en una rama del mezquite. La hermosa huachichil recuperó el aliento y corrió hacia el irritila; lo abrazó y le dio las gracias de todo corazón. Ése fue un momento en que por primera vez se vieron a los ojos y sintieron que el amor los había atrapado. A partir de aquel día, se les veía por todas partes siempre corriendo entre las florecillas del campo. Sus risas eran acompañadas por el canto de los pajarillos. Se sentaban bajo la sombra de los pirules; y un lugar muy especial al que acudían era al arroyito de las aguas cantarinas donde se les veía refrescar sus cuerpos siempre felices, siempre riendo. Pero siempre algo sucede que nubla la dicha de una pareja que vive tan feliz…

Resulta que un huachichil se moría de celos porque pretendía a la joven y ella no le correspondía. A cada momento la seguía. A la distancia la observaba con el irritila, al tiempo que urdía la forma de acabar con ese amor que no pudo ser para él. Un día siguió a la joven y precisamente en ese lugar que hoy se conoce como El Grasero y que era el lugar donde se reunían los enamorados, le dio muerte con su puñal, clavándolo en su pecho. En ese preciso momento llegaba el joven irritila a reunirse con su amada. Al darse cuenta, el huachichil preparó su arco y su flecha y le disparó a su rival de amores, hiriéndolo de muerte. El joven irritila se arrastró hasta donde estaba su amada, puso su cabeza sobre el pecho de ella y allí murió. El joven huachichil se fue furioso porque ni en la muerte logró separarlos. Leyenda de Lucila Torres Ortiz.

Cuentan que ese día el cielo se obscureció y empezó a llover; que era una lluvia triste como si el cielo llorara por la muerte de esos enamorados. Los pájaros dejaron de emitir sus cantos y las flores del campo doblaron sus tallos en señal de duelo. Leyenda de Concepción del Oro.

Se dice que el hombre que aparece y desaparece en El Grasero es el joven irritila que de vez en cuando va al lugar donde le quitaron la vida a él y a su amada. Leyenda tomada de https://adameleyendas.wordpress.com/2010/12/05/mitos-y-leyendas-de-zacatecas-una-joven-huachichil-y-un-muchacho-irritila/

Nota: Esta leyenda fue enviada por Lucila Torres Ortiz, nativa de Concepción del Oro, Zacatecas, pero radicada en Monterrey, a Xpresandote.com un blog donde hay también muchas leyendas diferentes que, seguramente, te van a gustar. Visítalo siguiendo este enlace: Leyendas en xpresandote.com. La foto fue tomada por Carlos C. Ponce.

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Puedes encontrar más leyendas de Coahuila en este enlace:

También puedes leer más leyendas indígenas en este otro enlace:

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Mitos y leyendas de Colima: Misterios en las lagunas del volcán

MISTERIOS INEXPLICABLES EN LAS LAGUNAS DEL VOLCÁN

Leyenda de Comala, Colima

Yo trabajé como vigilante seis años en una de las haciendas allá donde están las lagunas El Calabozo y El Jabalí; son lagunas muy misteriosas adonde poca gente llega porque no están para el público como la laguna La María adonde usted puede llegar y ya hasta tienen cabañas para hospedarse –muy bonitas las cabañas.

En la laguna del Calabozo la cosa está bastante fea, principalmente después de que oscurece. Muchas gentes que también han trabajado allá como vigilantes o como guaruras –tipos muy entrones que no le tienen miedo a nada, o al menos no le tienen miedo a los vivos– luego me han platicado que mejor renunciaron a sus chambas porque les entraba el miedo ahí en la laguna, o sea que se les aparecían cosas. Se habla de luces, bolitas de fuego, voces y fantasmas. A mí la verdad nunca me tocó ver nada y eso que muchas veces anduve yo por ahí solo en la noche. También muchas veces andaba yo por ahí con algún compañero y luego él me decía: “Mira, mira lo que está allá,” y yo miraba y miraba y no veía nada; o sea que hay gente que sí le toca ver cosas y a otra no ya mí nunca me tocó ver nada. Cuando yo andaba por eso rumbos en la noche sí se oían ruidos porque es común que se oigan ruidos en el monte, pero así cosas de espantos nada, nunca. Lo que la gente platica es más que nada que ven sombras en la noche de aparecidos, de gente que ha de haber muerto por ahí en la guerra cristera, o personas ahorcadas, o sea de aquellos que dejaron colgados en la guerra o, ya más reciente, de alguien que se ahogó en alguna otra época. Leyenda de Homero Adame encontrada en su blog: https://adameleyendas.wordpress.com/2010/12/05/mitos-y-leyendas-de-colima-misterios-en-las-lagunas-del-volcan/

Nota: este relato fue narrado por el señor Nicasio, quien vende fruta en Comala.

Algo sobre Comala

El municipio de Fotografía de Homero AdameComala se localiza en la parte norte en el estado de Colima y colinda con Zapotitlán, Jalisco, y Cuauhtémoc al norte; al este y al sur con Villa de Álvarez, y al oeste con Minatitlán. La cabecera municipal, también conocida como “El puerto blanco de América”, es muy pintoresca y famosa por sus artesanías, por la venta de café que se produce en la región y los productos lácteos. También aquí se produce el famoso ponche de Comala, que lleva como base mezcal proveniente de las faldas del volcán y se cura con granada –el más tradicional–, cacahuate, ciruela pasa, guayaba o tamarindo (otro producto colimense muy famoso).

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