La hacienda de Cerro Prieto en Mexquitic, SLP
LA HACIENDA DE CERRO PRIETO
(En el municipio de Mexquitic, S.L.P.)
Se desconoce la fecha exacta de fundación de Cerro Prieto como hacienda, pero se sabe que a finales del siglo XVIII, cuando Félix María Calleja del Rey era el comandante en jefe de tres bandos realistas –los dos regimientos provinciales de “dragones” de San Luis y San Carlos, acantonados en San Luis Potosí, Charcas y Matehuala, así como del grupo de caballería del Nuevo Santander, establecido en Rioverde– varios hacendados de la región donaron caballada para tales regimientos. Entre otros, destaca Ana María de la Campa y Cos (también citada como María Anna de Berrio y de la Campa y Cos), condesa de San Mateo de Valparaíso y 2da marquesa del Jaral de Berrio, cuya hacienda principal era Xaral de Berrio y, entre otras, era propietaria de La Ventilla, Ordeña de Matapulgas, San Andrés de El Cubo, San Martín, San Onofre, Santa Rosa, Trasquila de Gallinas, Sierra Hermosa y Cerro Prieto.
Aunque en la actualidad Cerro Prieto pertenece al municipio de Mexquitic, SLP, la historia de Ahualulco consigna que hacia la segunda mitad del siglo XIX existían varias haciendas adentro de sus colindancias municipales: La Parada (la más extensa e importante), Corte Segundo, San Juan, Santa Teresa y Cerro Prieto.
Debido a su ubicación y dueños, la historia de Cerro Prieto es muy diferente a la de La Parada o de Corte Segundo. Pese a ser la única en el municipio de Mexquitic de Carmona, su historia está más ligada a las haciendas guanajuatenses o zacatecanas anexas a la de Jaral de Berrio. Hacia finales del siglo XIX, Cerro Prieto era algo así como una pequeña industria mezcalera y agropecuaria que producía todo lo necesario para el sustento de sus habitantes, mientras que el usufructo iba a las arcas de la familia Moncada (dueña de Jaral de Berrio).
Un dato curioso es que en los años 20 del siglo pasado, los campesinos de Mexquitic, Ahualulco y las haciendas cercanas (La Parada, Corte Segundo, etc.) lucharon para obtener tierras a través del agrarismo, mientras que los de Cerro Prieto no quisieron meterse en líos armados o en procesos judiciales. Ellos decían: “¿Para qué queremos tierras si aquí recibimos buen trato, tenemos trabajo seguro y una vida digna?”. Sin embargo, en los años 30 tuvieron que sumarse a la Reforma Agraria y apropiarse de las tierras de sus antiguos patrones porque, de no hacerlo así, llegarían ejidatarios de otros lugares a desplazarlos.
En algún momento, los descendientes de la marquesa del Jaral de Berrio vendieron esta hacienda a su administrador, quien antes había trabajado en La Corcovada (municipio de Villa Hidalgo, S.L.P.)
Sin verse fuertemente afectado por la Reforma Agraria, el sistema productivo mezcalero de la hacienda siguió vigente y dando trabajo a la comunidad hasta que la fábrica de mezcal cerró sus puertas alrededor de 1980, quedando entonces abandonada. Aquí producían un mezcal llamado San Martín que lo llevaban a la pequeña hacienda de San Martín porque desde allá se distribuía. Esa parte del casco de la hacienda es ahora propiedad privada y aunque la fábrica se encuentra en buenas condiciones, no parece existir un proyecto sustentable para reiniciar labores.
La hacienda quedó abandonada por varios años y se dice que aparte de empezar a caerse creció mucha hierba y había muchos alicantes. Poca gente se atrevía a meterse porque, aunque se hablaba de espantos, más bien les tenían miedo a esas serpientes. Años más tarde, un descendiente de don Aurelio Dávalos se dio a la tarea de rescatar el casco de la hacienda y gracias a eso se encuentra en buenas condiciones.
Maximiliano y Miramón
Más como leyenda que como dato verídico, se dice que el emperador Maximiliano de Austria pernoctó en Cerro Prieto cuando se dirigía a Zacatecas. Los lugareños no saben de esto, no lo recuerdan como pláticas de sus ancestros, pero dicen que antes se contaba que el corazón del mariscal Miguel Miramón (fusilado junto con Maximiliano y Tomás Mejía el 19 de junio de 1867 en el cerro de las Campanas, de Querétaro) estuvo mucho tiempo en la capilla de la hacienda hasta que fue trasladado a la iglesia de la hacienda de San Martín (municipio de Pinos, Zacatecas), a pocos kilómetros de Cerro Prieto.
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