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Archivo para abril, 2013

El Judío Errante

EL JUDÍO ERRANTE

Leyenda cristiana antisemita

 

Cuando uno anda en el camino suele encontrarse con ciertos personajes de manera recurrente, y sin andarlos buscando. Hace muchos años me topé, por primera vez, con “el Judío Errante” y me llamó la atención por sus características dentro del folclor más que de mitología. Tomé interés en él y desde entonces ha aparecido con relativa frecuencia en los relatos que escucho. Jamás se me ocurrió que tan oscuro y misterioso personaje, mensajero de calamidades, tuviera nombre y, por ello, tampoco se me ocurrió investigar.

El otro día, 506853869_Lpor azares del destino, descubrí que se llama Ashaverus y ahora sí fue tiempo de buscar más información sobre él. Con sorpresa aprendí que también se le conoce como Buttadeu, Joseph Cartaphilus, Micho Ader y Cortafilo Y Su leyenda ha dado pie a un buen número de obras literarias, teatrales y ha sido llevada al cine.

Es obvio que desde la primera vez que supe de él comprendí que se trataba de un personaje legendario surgido con el cristianismo; ahora sé que no solamente eso sino que su figura ha sido utilizada reiteradamente como un recurso antisemita que hasta en leyendas tenebrosas aparece.

Según los estudios sobre sus orígenes, existen dos vertientes de la leyenda del Judío Errante, una occidental y otra oriental, y en ambas, como en la mayoría de las versiones que se cuentan, es un personaje que se burló de Jesucristo y lo golpeó cuando éste iba al calvario.

Lo interesante para reflexión es por qué Jesucristo, siendo bondadoso y lleno de virtudes, maldijo a dicho personaje y lo condenó a vagar hasta el fin de los tiempos.

Libro de leyendas de Homero AdameVeamos a continuación una leyenda que escuché en Villa Hidalgo, SLP y se publicó en el libro de Mitos y leyendas del Altiplano potosino, en la cual la narradora dijo que el Judío Errante se llamaba Samuel:

 

Cuentan que el día en que Jesucristo era conducido al calvario para su crucifixión, a un lado del camino había un viñedo muy bonito, muy fresco. Al pasar por ahí tuvo un desmayo, tanto por el calor y el sol calcinante, como por la pesada cruz que llevaba a cuestas y por el hecho de andar descalzo. La persona encargada del viñedo se llamaba Samuel y en ese momento estaba descansando plácidamente bajo la sombra de un emparrado. Entonces, Jesucristo le pidió agua, diciéndole:

—Dame un poco de agua, por favor.

—No, mejor vete porque la gente está esperándote y quieren verte crucificado –le respondió Samuel.

—Bueno, déjame descansar un poco aquí en la sombra –le pidió Jesucristo.

—No, tampoco. Sigue tu camino para que te crucifiquen –contestó Samuel.

—¿Al menos, podrías prestarme tus sandalias? La tierra está caliente y me han salido ampollas en los pies.

—No, ni a eso tienes derecho. La crucifixión es tu destino.

Ante las tres negativas de este hombre, al proseguir su camino al calvario Jesucristo le dijo:

—Bueno, tú andarás errante hasta la consumación de los siglos.

 

Ésta es una versión mundial de la leyenda del Judío Errante, que también se cuenta en Villa Hidalgo, aunque con características locales. Dice doña Lucila López Martínez que en esa población antiguamente escuchaban a este espíritu pasar lamentándose en los caminos y que sus pisadas producían un sonido muy peculiar, como si en las suelas trajera tachuelas. La gente sabía que su pasada era un presagio de muchas calamidades por venir, por ejemplo: una larga sequía, incendios en los montes, robos o muertes imprevistas, y el augurio nunca fallaba, pues en pocas horas o en pocos días ello se cumplía. Por ejemplo, si el gemido del Judío Errante se escuchaba en el viento, esa misma noche moría algún vecino, o bien, al tercer día bajaba la temperatura de tal manera que ni los garambullos resistían la helada; el sonido de sus pasos en la tierra era señal de una larga sequía en la que hasta el agua de norias y aguajes se agotaba.

Aunque ya poco se platica del Judío Errante en Villa Hidalgo o en los alrededores del Altiplano, quienes conocen su historia, afirman que su alma seguirá vagando hasta la consumación de los siglos, ya que así lo sentenció Jesucristo tras haberle negado aquél, un sorbo de agua, un descanso en la sombra y unas sandalias para sus pies adoloridos.

Mitos y leyendas de animales: El alicante

EL ALICANTE

(Leyenda escuchada en Cerro prieto, municipio de Mexquitic, S.L.P.)

 

Los alicantes son víboras muy malas; pueden ser tan grandes como las cascabeles y el ruido que hacen es silbar, o sea que silban como una persona. También se sabe que los Víbora de cascabel - Altiplano - julio 2009 (2)alicantes les toman la leche a las vacas. Son muy aprovechados y les silban a las vacas y nosotros creemos que a lo mejor con los silbidos las hipnotizan. Por ejemplo, hay vacas que está muy sanas y traen mucha leche, pero sus becerritos están todos flacos, como si estuvieran muy desnutridos. Los campesinos que saben de esto y se dan cuenta de que sus becerritos están así, se van al monte donde andan las vacas y es cuando se dan cuenta de que los alicantes se toman la leche y no dejan que los becerritos se alimenten. (Leyenda recopilada por Homero Adame.)

Antes se oía decir que los alicantes eran muy enamorados. Como ejemplo, mi mamá nos contaba una historia muy fea que le pasó a una pareja que vivía en el ranchito de Obregón. Es que había un señor que sembraba en su parcela con su yunta de bueyes. Él salía temprano de su casa en el ranchito de Obregón y se venía a su parcela aquí cerquita de Cerro Prieto y le decía siempre a su señora que le llevara de comer. Hubo un día en que la señora ya no quiso llevarle su lonche y el señor se enojó mucho y le daba sus mondas (golpes). “¿Por qué ya no quieres venir a dejarme el lonche?”, le preguntaba él. Y ella le decía: “Es que tengo miedo porque siempre que paso por donde está una nopalera y unos arbolitos me silban, oigo chiflidos y se me hace que algún fulano me anda espiando”.

Al señor le entró la desconfianza y pensó que a lo mejor un hombre andaba pretendiendo a su mujer o que ya se entendían y decidió espiarla. Un día la obligó a que le llevara el lonche a la parcela y él estuvo muy al pendiente y cuando ya la oyó venir fue así como a encontrársela, pero se metió entre el monte para que ella no lo viera. Entonces él oyó los chiflidos y pensó que efectivamente un hombre estaba allí esperando a su mujer. Muy al pasito para no hacer ruido se fue acercando al lugar donde salían los chiflidos, que era donde estaba la nopalera y los arbolitos. Y así se fue caminando hasta llegar al lugar donde pensó que iba a encontrarse a su mujer y al fulano que era su amante. Pero no, el pobre señor se llevó una horrible sorpresa. No había ningún hombre ahí sino un alicante que ya había ahorcado a su mujer. Pero eso no fue todo: el alicante se le metió a la mujer por la boca y le salió por abajo. (Leyenda hallada en un blog de Homero Adame).

Eso es lo que nos platicaba mi mamá y parece que sí fue cierto porque en aquellos años esos se contaba mucho y el pobre señor, por desconfiado, no le hizo caso su mujer y la encontró muerta, ahorcada por el alicante.

 

Esta leyenda fue narrada por la Sra. Eva Medina Acosta, de Hacienda de Cerro Prieto, SLP (2) - fotos de Homero AdameCerro Prieto, en Mexquitic, S.L.P.

 

Si te interesa saber dónde queda Cerro Prieto y conocer algo de su historia, sigue este enlace:

La hacienda de Cerro Prieto

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