El colorido primaveral de las jacarandas
LAS JACARANDAS Y SU COLORIDO PRIMAVERAL
Después del invierno, largo o corto, gris o soleado, dependiendo de las latitudes, llega la primavera con su explosión de aromas y de colores en diversas tonalidades. Es el tiempo de disfrutar desde las florecillas silvestres hasta los majestuosos árboles que adornan las calles y avenidas. Uno de estos grandes árboles es la jacaranda, que sobresale por sus flores de color violeta o morado-azul, en forma de ramilletes de trompetitas, y nos ofrece su alegría en esta época del año.
La jacaranda o jacarandá, cuyo nombre botánico es Jacaranda mimosifolia y pertenece a la familia de las Bignoniáceas, es una especie nativa de América tropical que requiere de mucho sol y de un tipo de suelo rico en materia orgánica y con buen drenaje. Su floración inicia entre marzo y abril, dependiendo de las condiciones climáticas de la región pues es muy sensible al frío, y puede durar con su singular colorido hasta inicios del verano, siempre atrayendo a los inquietos colibríes y a las alegres mariposas. Sin embargo, todavía en estas fechas de calor logra ofrecernos un espectáculo adicional, efímero y hermoso, cuando al tirar sus flores se forma una especie de alfombra de color lila celeste en banquetas, calles y plazas. Algo similar sucede con otro árbol, el flamboyán (Delonix regia, de la familia de las Cesalpiniáceas), común en los estados del norte donde casi no se dan las jacarandas, y sus flores son de un color rojo escarlata vibrante. Texto de Homero Adame.
Aunque es cierto que la jacaranda crece de manera casi silvestre, también requiere de mantenimiento para conservarse en estado óptimo; por ello, en algunas casas y en jardines públicos la podan para despuntarle sus ramas y remover las que ya están marchitas. Aún así, y dadas sus características, no se le puede dar forma artística como a ciertos arbustos ornamentales.
La jacaranda tiene dos usos principales: el arquitectónico, para adornar y dar sombra en parques y avenidas, así como para darle un toque estético a zonas públicas o áreas residenciales, y el de ebanistería, pues de algunas de las 40 especies de esta familia se aprovecha la madera, de agradable aroma, para hacer muebles finos. Sin embargo, tiene otro uso también, aunque menos conocido, ya que en medicina tradicional se prepara una infusión con las flores contra problemas estomacales.
Así, cuando esos árboles que durante el invierno todavía se miraban sin follaje pero ahora estallan en sus tonalidades de color lila, sabemos que la primavera ha llegado. A partir de entonces, y por varias semanas, disfrutaremos de las flores de las jacarandas y de los azules cielos primaverales que dan un singular contraste.