Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

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Leyendas de Nuevo León: El túnel de Lampazos

EL TÚNEL

Leyenda de Lampazos, NL

Lampazos - parte 1

Lampazos - parte 2

Lampazos - parte 3

Libro de leyendas de Homero AdameNota: esta leyenda fue publicada en el libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León, por la Editorial Font de Monterrey, en 2005. La edición estuvo a cargo de la Mtra. Déborah Chenillo Alazraki. El diseño lo hizo Beatriz Gaytán y la corrección, Mary de Lara.

Leyendas de haciendas en Nuevo León: La aparición de la virgen de la peña

LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA PEÑA

(Leyenda de la ex-hacienda de Sagrado Corazón, en El Peñuelo, municipio de Galeana, N.L.)

 

Cuentan que la Virgen de la Peña (que se encuentra en el cerro de Peñuelo, municipio de Galeana, NL - Foto de Homero AdameEl Peñuelo, a la cual le llevan flores y ofrendas el 12 de diciembre) se le apareció a una pobre señora que iba todas las tardes a llorar porque le mataron a un hijo en la guerra –cuenta la Sra. Ernestina Balderas García–. Ella se sentaba en una palma para recordar a su hijo y lloraba y lloraba sin que nadie pudiera consolarla. Siempre que estaba allá llorando oía una voz que le decía que no se preocupara, que su hijo estaba descansando en brazos de Dios. Así ocurrió muchas veces, oyendo esa voz, hasta que se dio cuenta de que en una peña que hace muchos siglos se desbarrancó de la punta del cerro estaba la figura de la virgen y que era ella la que le hablaba. La señora se vino corriendo al poblado y le dijo a toda la gente lo de la aparición milagrosa. Al principio como que nadie le creyó porque decían que se estaba volviendo loca de tanto llorar, pero como ella les decía que sí era cierto, entonces fueron todos con ella nomás por no dejar. Ah, qué sorpresa tan bonita se llevaron cuando vieron que en la peña estaba una imagen de la virgen y llegaron a la conclusión de que sí era aparecida porque antes no estaba.


Notas:Haciendas del Altiplano tomo 2 - Libro de Homero Adame

1. Esta leyenda está publicada en el libro Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. De la Independencia a la Revolución, 100 años de esplendor. Para ver más sobre esta obra, su contenido y algunas fotografías de varias haciendas incluidas, sigue este enlace: Libro de Haciendas del Altiplano de Homero Adame. En ese mismo enlace podrás encontrar las librerías donde se puede adquirir.

2. Puedes leer otra leyenda de una hacienda diferente en el libro siguiendo este enlace:

Un fantasma vestido de charro

 

Leyendas de México: Las pastorelas

LAS PASTORELAS

(Relato escuchado en La Petaca, municipio de Linares, N.L.)

No se sabe con precisión cuándo iniciaron las pastorelas, aunque es probable que hayan surgido a la par con los primeros nacimientos vivientes realizados e ideados por Giovanni Bernardone (1182-1226), mejor conocido como “San Francisco de Asís”, allá por el año de 1223. Con la conquista, las pastorelas llegaron a tierras mexicanas y fueron tomando características muy locales y particulares, pero siempre con las mismas bases: una suerte de égloga o composición poética breve relacionada con la Navidad.

Con la modernidad, los grupos de pastorelas han ido quedando en el olvido en casi todo el país y podrían desaparecer por completo si no es por diversos apoyos estatales y federales para revivir las tradiciones regionales. Sin embargo, en algunas comunidades y círculos sociales allegados a la iglesia aún pervive dicha tradición.

Mire, tan bonitas que son las pastorelas. Antes aquí había muchos grupos que alegraban las fiestas navideñas, pero ya se han ido acabando. Ya ve, estos que andan aquí ahora vinieron de [Ciudad] Victoria. Parece que al rato van a llegar unos de la hacienda [de Guadalupe]. Ojalá. Pero las pastorelas no se hacen sólo para la Navidad, sino que nosotros, por ejemplo, las hacemos para la fiesta de nuestra Virgen [de la Asunción], cada noche de hoy (8 de diciembre). Como es nuestra patrona y su fiesta es casi con las posadas, entonces llegan los grupos de pastorelas –explica don Vicente Aldape, quien se dedica a la agricultura.

Le voy a decir: mi abuelo formaba parte de una pastorela de aquí de La Petaca. Yo no me acuerdo de eso, pero mi mamá contaba que en las posadas hasta se agarraban a competencia con otros grupos. Así era antes la cosa. Ya se va acabando…

Bueno, mi abuelo la hacía de ermitaño y él tenía todos los cantos anotados en un libro –es que en las pastorelas son muchas las gentes que participan–; él era el ermitaño, y luego anda por ahí el Bartolo, que nada más se la pasa de holgazán durante toda la presentación. Y hay un diablo moleste y moleste a la gente, y tentando al Niño Dios y estirándole la cola a las cabras. Y también hay una chamaquita que le mentan “la Jila”; ella es como un ángel y se viste de blanco con alas y debe proteger al niño Jesús –mi mamá salió mucho de Jila cuando era niña–; y luego están los pastores, que pueden ser tantos como quieran.

Antes las pastorelas duraban toda la noche; ahora ya no porque el grupo se cansa. Pero imagínese cómo no habrá sido antes cuando había tres o cuatro grupos. Entonces sí duraban duro y dale con la fiesta hasta el amanecer.

Lástima que ya no haigan [sic] tantas pastorelas, ni que la iglesia las invite a participar en las posadas. Si todavía existiera el libro de mi abuelo, de seguro yo organizaba gente para ensayar y formar un grupo. Al fin y al cabo a todos nos encanta el guato, ¿no?

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Nota: Libro de Homero Adameesta leyenda apareció en el libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León, publicado por la Editorial Font de Monterrey, en 2005. La edición estuvo a cargo de la Mtra. Déborah Chenillo Alazraki. El diseño lo hizo Beatriz Gaytán y la corrección, Mary de Lara.

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Para leer más sobre las celebraciones mexicanas de Navidad, sigue este enlace:

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Norteñismos norestenses (letras A, B y C)

NORTEÑISMOS NORESTENSES

Diccionario sobre el habla y otros referentes del Noreste de México

Libro de Jorge Adame M. y de Homero Adame

Con fotos de Homero AdameEl diccionario de Norteñismos norestenses es el resultado de un estudio acerca del habla en el Noreste de México, es decir, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el Altiplano potosino. La obra está dividida en dos partes, el lexicón, con las palabras o vocablos que son propias de esta región de México (en ocasiones se incluyen ejemplos para demostrar su uso), y la sección de Expresiones, frases, dichos y locuciones, la cual es un apartado que los autores decidieron añadir para con ello mostrar otra faceta del habla norestense. Allí aparecen oraciones que se utilizan como metáfora o en sentido figurado. De igual modo, en la parte del lexicón se incluyen datos de geografía, historia, folclor y cultura noresente, convirtiendo así el diccionario en una especie de enciclopedia regional.

Veamos a continuación algunos ejemplos de las letras A, B y C que aparecen en el libro.

A

Abajar. v.tr. e intr. rur. Bajar, apear. Fito, abájate de la tapia.

Abarcador. m. desus. Peineta o pasador grande con el cual las mujeres se sostienen y adornan el cabello.

Abarustado, a. adj. Baraustado, asustado, trastornado, confundido. sin.: abaraustado.

Abituario. m. barb. Obituario; sección mortuoria de los periódicos y otros medios de comunicación.

Abocajado, a. adj. Decaído, deprimido.

Abocanado, a. adj. rur. Desbocado, desenfrenado.

Abocanarse. v.prnl. rur. Desbocarse, desenfrenarse, descarriarse. El penco se abocanó y me tumbó.

Aborrecido, a. adj. Nefasto, funesto. // 2. Persona despreciable, odiosa. // 3. Muy antipático, sangripesado, sangrón.

Aborregado, a. adj. Dícese del tipo de estuco o «enjarre» con el que revisten los muros y las paredes exteriores de casas y otras construcciones, cuya textura es abultada y grumosa, como la lana de borrego.

Abresodas. m. Destapador, abrebotellas. // 2. Véase: nariz de abresodas.

 

B

Baúle. m. rur. Baúl.

Bazofia. adj. Antipático, sangrón. sin.: basca, bascoso. Tu tío es un tipo de lo más bazofia.

Fotos de Homero AdameBebeleche. m. Juego infantil que se realiza brincando con un sólo pie sobre una serie de cuadros numerados, los cuales son dibujados en el piso normalmente con gis. ~ Nota: en otras partes se le conoce como «avión».

Beberecua. f. Bebedera, borrachera.

Bebestible. adj. barb. Bebible; que se puede tomar o beber.

Becerrón, ona. adj. coloq. / m. coloq. Niño robusto. // Como adjetivo: La chamaca ya está bastante becerrona. // Como sustantivo: Se ve que tu becerrón está muy chiflado.

Becito, a. adj. contracc. Entre mujeres, pobrecito. Está malito mi niño. –«Ay, becito».

Belduque. m. Cuchillo o puñal grande. // Etimol. Su nombre proviene de la ciudad holandesa Bois-le-Duc, lugar donde antiguamente los fabricaban. sin.: belduco.

Bembeleque, a. adj. Tembeleque, frágil, endeble. sin.: bembeleco, tembeleco.

Bembo, a. adj. Bombo, aturdido, atontado. El examen semestral me dejó bemba. // 2. Somnolencia que sobreviene después de comer o beber en demasía. Todos quedaron bien bembos después de la comerecua. // 3. Bamboleante, oscilante. La mesita azul está muy bemba.

 

C

Camión materialero. m. rur. Camión materialista; camión que trasporta materiales de construcción.

Camote de lipana. m. Bot. Folc. Camote o raíz muy apreciada por sus propiedades diuréticas y contra el ácido úrico. ~ Notas: no fue posible encontrar las características de esta planta ni tampoco su nombre científico; sin embargo, su raíz es muy popular en la herbolaria norestense. // 2. Etimol. El nombre de este tubérculo podría provenir del apelativo de uno de los grupos amerindios que habitaron la región: «los lipanes». sin.: camote de ipana.

Campear. v.intr. Pasear, andar, transitar. Nosotros campeamos los domingos en la plaza. / Ese viejillo siempre campea por la alameda.

Canasta. f. Cornamenta de los venados. sin.: enramada, guacal, terrazona.

Canastón. adj. Venado de gran cornamenta o «canasta». // 2. m. Cornamenta o «canasta» grande de un venado.

Can-can. m. Juego infantil que se practica con una lata que se patea desde una base donde están todos los jugadores. Uno de ellos, el designado, corre a recoger dicha lata, mientras los demás corren a esconderse. Posteriormente, quien ya trae la lata en la mano tiene que tocar a otro para que pierda. Todos, entretanto, deberán tratar de regresar a la base y decir: «Can-can para mí» con el afán de salvarse. Si alguien dice: «Can-can para mí y todos mis amigos», entonces todos se salvan y quien trae la lata es el perdedor, y así sucesivamente. ~ Nota: también se conoce como «bote pateado».

Cancar. v.tr. rur. Robar, hurtar, clavar. Pirro se cancó todas las canicas tamalonas.

Canco. m. Dícese en el juego del trompo cuando se golpea al trompo contrincante. ¡Ora, no se vale hacer canco! // 2. Picadura, piquete, pinchazo. Traigo un canco muy doloroso en el brazo. // 3. vulg. Coito, relación sexual. Ándale, mamacita, vamos a echarnos un canco, ¿no?

Cancón, ona. adj. Molesto, fastidioso, incómodo. El Juanga es un tipo muy cancón. // 2. Véase: hacer el cancón, en la sección de Expresiones y frases.

Candelilla. f. Hielo, escarcha, agua nieve que cae en el invierno. Anoche hizo un frío de la tostada, hasta cayó candelilla. ~ Nota: Etimol. Esta acepción proviene de la semejanza que este tipo de escarcha tiene con de la cera derretida de las candelas o velas, como con la de la planta candelilla.

 

Notas:

1. Este diccionario está a la venta en librerías de Monterrey, Saltillo, Torreón, Ciudad Victoria y San Luis Potosí. También se puede adquirir a través de este medio; envía un mensaje para preguntar por él.

2. Puedes ver más entradas de este diccionario enciclopédico siguiendo en este enlace: Mitos, leyendas y tradiciones de México.

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