«14 voces por un real» – Obra de Homero Adame
La construcción social de la “real”(idad):
Un pueblo visto por la polifonía de catorce voces
Dra. Pat Grounds
Cada cabeza es un mundo, y es la voz la que lo expresa. Adame encuentra la manera de entrar en 14 mundos distintos que se viven de forma paralela en un mismo contexto físico.
En muchas ocasiones, los premios literarios estatales no trascienden sus fronteras cuando se publican y por ello es difícil que un buen libro reciba la difusión que merece. Me temo que este pudiera ser el caso de 14 voces por un real, obra ganadora del Premio 20 de Noviembre, “Manuel José Othón” de narrativa, 2004, convocado por la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí. Dicho libro demoró no menos de tres años en salir de la imprenta, pero ya está en las librerías y esto es para celebrarse porque se trata de una obra única por la polifonía del estilo narrativo. Está compuesta por las voces de 14 personajes diferentes que nada tienen que ver entre sí, pero comparten con el lector sus experiencias, sentimientos o puntos de vista idiosincrásicos sobre Real de Catorce que, en todo caso, constituye el “personaje” o tema central del libro.
Lo que hace de 14 voces por un real una obra única es la manera en la cual cada capítulo está expresado por un personaje, o sea una voz distinta, y al leerlos llegamos a ver a Real de Catorce a través de las visiones socio-culturales de cada uno de ellos. De la misma manera, llegamos a sentir y a conocer con lujo de detalle a los 14 personajes por medio del estilo del discurso narrativo que los caracteriza. En ocasiones, más que leer en realidad “escuchamos” el acento, el tono de voz del personaje respectivo, y entramos en su pequeño mundo gracias a la autenticidad del lenguaje mediante el cual lo llegamos a “conocer”. Con esta técnica, el libro adquiere una polifonía poco usual y muy bien lograda en la mayoría de los casos. Para ello, es de suponerse que su autor, Homero Adame, invirtió mucho tiempo recorriendo las callejuelas de Real de Catorce, observando los vaivenes del pueblo en sí, hablando con la gente, escuchándola no solo con sus oídos de investigador sino también con su corazón de amante de esos territorios, aprendiendo como antropólogo/sociólogo y también como hermano un sinfín de detalles sobre la vida real de Real.
Homero Adame, reciente ganador del Premio Mito, cuento y leyenda “Andrés Henestrosa” 2007 por su libro Mitos y leyendas de huachichiles, explorador, viajero incansable y colaborador de la revista México Desconocido, demuestra en este libro que sabe observar y escuchar a la gente y recrear sus formas de expresarse a través de la ficción, siendo 14 voces por un real su primera obra publicada en este género. Como investigador de la tradición oral que es, Adame ha publicado varios libros de leyendas, de tradiciones y costumbres de San Luis Potosí, donde actualmente radica; del estado de Nuevo León, la tierra donde creció, y también del Noreste de México, donde realiza gran cantidad de sus investigaciones.
La voz de una fotógrafa, escrita a manera de diario, es la que abre 14 voces por un real. A través de su “lente” o de sus ojos de fotógrafo, ella nos ofrece una perspectiva sumamente detallada sobre las características de la arquitectura y de las rutinas de quienes habitan este mítico pueblo del Altiplano potosino. Inmediatamente después, “escuchamos” al peregrino, quien nos cuenta, con su propio estilo vernáculo rural, sobre las fiestas del 4 de octubre, dedicadas a San Francisco, a las cuales asiste año con año. Nos enternece con su descripción de algunos eventos de su vida personal, que hace que participe, sin falta, en la multitudinaria peregrinación anual. Enseguida es el turno del comerciante, cuyo relato nos hace ver cómo se puede vivir o se sobrevivir en este pueblo. Después viene un relato relativamente prosaico, contado por la hipiteka. Nos impacta su manera de hablar, que consta de una especie de stream of consiousness, utilizando verborrea y lenguaje común entre gente con imaginación prendida pero sin capacitación intelectual para concretizar sus pensamientos o seguir un tren de pensamiento lógico. ¿Está bajo la influencia de algún estimulante narcótico? Habrá que leerlo para juzgar y, a través de su estilo idiosincrásico de expresarse, nos permite entrever una visión de la vida comercial de pequeña escala, desde otra perspectiva y para otro tipo de clientela que la del comerciante.
Y así los siguientes relatos nos brindan aspectos diferentes de un mismo lugar, como por ejemplo el de los huicholes, quienes en realidad no visitan el pueblo en sí, pero sí los territorios de ese árido municipio durante sus misteriosas peregrinaciones a Wirikúta, su tierra sagrada. Cabe mencionar que esta narración rompe totalmente con el típico esquema de estudio sociológico o antropológico para con los indígenas, ya que el autor la ha logrado con una visión de ellos a través de técnicas literarias, utilizando diálogos y vocablos huicholes, demostrando una vez más la profundidad de la investigación que llevó a cabo. No falta la visión hasta de unos extranjeros, una pareja de gringos lindos y sencillos, quienes por medio de su español entrecortado, exponen su asombro y su encanto por este lugar que bien podría ser un centro turístico, según ellos, con un poco de inversión y visión de los inversionistas y pobladores. Sin embargo, e impactante como punto de vista contrastante, la corredora mexicana de bienes raíces después afirma, a raíz de sus propias experiencias profesionales y personales, que Real de Catorce no es de ninguna manera un buen lugar para invertir, sino todo lo contrario.
A través de su estilo de narrar muy coloquial, también disfrutamos las aventuras y desventuras de unos buscatesoros. Asimismo, una lugareña, ya anciana, cuenta cómo ha transcurrido su vida en ese poblado y explica cómo ella misma sigue enterándose de todo lo que sucede en el devenir cotidiano. Después, con otro tono y con lenguaje del siglo XVII o del XVIII, leemos la contribución insólita de un ánima en pena. Provocando lástima en el lector, dicha ánima pinta con su voz anticuada y anacrónica cómo fue la vida en el Real durante sus años de bonanza y grandeza. Más adelante, el sacerdote nos ofrece una visión muy sui generis de la vida religiosa en el pueblo y, verdaderamente, las imágenes de sus rutinas son de letargo y aburrimiento. Cabe mencionar que éste es, desde mi punto de vista, el relato más débil de todos, por su falta de sustancia y bajo nivel de detalle. Podemos imaginar que el autor no conoce bien el medio de los clérigos de los pueblos pequeños mexicanos, o bien, no recolectó suficientes datos para redondear completamente al personaje. A falta de información, quizás en vez del sacerdote aquí hubiera sido más interesante leer el relato de un narrador de leyendas, por ejemplo, área muy conocida y vivida por el mismo Homero Adame.
El capítulo dedicado al político es muy vivaz y al leerlo podemos imaginarnos claramente a los tres amigos hablando sobre un tema que es voz de todos aunque no todos lo conozcan a fondo. Así podemos llegar a entender mejor que las “grillas” y los favores políticos en los pueblos son muy distintos a los que se conocen en las ciudades. Los comentarios de los amigos evocan aquella reciente y exitosa película La ley de Herodes, representación del séptimo arte del mismo tipo de ambiente.
Antes de concluir, la historiadora nos ofrece una relación exhaustiva de la historia de Real de Catorce (a ella no le gusta ese lugar por varias razones que también explica concienzudamente). Y para cerrar los relatos con broche de oro, escuchamos por fin la voz del escritor, expresado en un estilo más intelectual y analítico, quien primero nos da su punto de vista sobre lo que para él significa Real de Catorce en la actualidad para finalmente hacer un resumen que bien podría haber servido como prólogo del libro.
Por último, 14 voces por un real nos entrega “Un real”, breve capítulo estadístico sobre la geografía, demografía, clima, flora, fauna, etc., de esta región en el Altiplano que en años recientes ha adquirido una mística muy propia entre ciertos segmentos de la población mexicana. Este capítulo o sección contrasta e impacta al lector, pues nos lleva a preguntar si las percepciones de los personajes no nos dan una visión mucho más clara de lo que es Real que estos datos duros. Si la realidad es de hecho una construcción social, como explican, por ejemplo, Berger y Luckmann (1966), la respuesta es obvia.
14 voces por un real, según lo ha expresado Homero Adame en algunas entrevistas de radio y en las presentaciones de este libro, es un juego de palabras: “Si tú me das un real, yo te doy 14 voces”. Pero como el real dejó de ser moneda de circulación a partir de 1854, es difícil conseguir uno para comprar una copia de este libro. Sin embargo, ese “real” se convirtió en el último capítulo que, sin ser una voz per se, da un cierre magistral y muy profesional a la obra.
14 voces por un real
Homero Adame
Premio «20 de Noviembre» en narrativa 2004
Verdehalago y Secretaría de Cultura. 2007
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Para leer extractos de las catorce voces sigan este enlace: