EL SEÑOR SAN JOSÉ
Leyenda de Cruces, municipio de Moctezuma, S.L.P.
No, la imagen de San José no es aparecida, pero nadie sabe desde cuándo llegó. Es posible que la hayan traído los hacendados o que alguien se las mandó, pero no, nunca se apareció. De todos modos yo recuerdo pláticas de antes cuando decían que la Virgen sí se apareció una mañana y es que como ella es la esposa de San José, entonces vino aquí para estar con él.
Parece que a esta hacienda entraban los indios bárbaros que le llamaban los huachichiles. No, qué le cuento, eran un azote, una calamidad. Todo esto estaba despoblado, no había nada en los alrededores de la hacienda y por eso mismo había poca gente para protegerla. Los hacendados, como eran muy ricos, tenían de todas maneras aquí a varios trabajadores que se dedicaban exclusivamente a cuidar los predios de la hacienda y la casa grande. Pero la verdad es que no podían con los huachichiles aquéllos.
Mire, yo no los voy a defender, pero los huachichiles habrán tenido sus razones para venir a echarles pleito a los hacendados. Yo pienso que, más que nada, ellos lo que querían era defender lo suyo, sus tierras, porque después de todo aquí era de ellos y siempre fue de ellos hasta que los hacendados se las vinieron a quitar. Yo no los defiendo, pero tuvieron sus razones, y eran muy malos, eso sí; es que no tenían religión y tampoco estaban con Dios nuestro Señor. Ellos adoraban a algún espíritu de sus creencias o a lo mejor a alguna piedra; así eran las creencias de ellos. Como no estaban con nuestro Cristo, entonces por eso se comían a la gente. Leyenda de Homero Adame.
Entonces parece que una vez vinieron esos indios y los vigilantes les hicieron guerra y ahí agarraron presos a unos cuantos. Entre ellos venía una mujer, india ella, igual de bárbara y muy peleonera. Dicen que eran muy carnívoros, que hasta se comían a la misma gente; muy brutos. No, no, algo muy feo. Los trajeron prisioneros y los amarraron aquí en el centro del solar (la plaza) y la gente venía a mirarlos con mucha curiosidad, y también con miedo de seguro. No, estando amarrados pues la gente sí se les acercaba porque andando sueltos quien quite se la comiera, porque así eran de brutos aquellos indios huachichiles.
Bueno, entonces cuentan que el hacendado les preguntó a esos indios que cómo había sido posible que ahora sí los hubieran agarrado porque, como le digo, muchas veces los indios salían ganando y siempre se escapaban, pero en esa ocasión sí los agarraron. Entonces la india respondió en su dialecto -casi no hablaban español- y de todos modos dijo: «Es que un hombre de hocica pachona nos aventaba puños y puños de tierra en los ojos y por eso nos ganaron».
-Disculpe, ¿qué es hocica pachona? -interrumpo a la narradora.
-Ah, es así como usted, barbado, de barba muy marcada, responde y continúa: Entonces el hacendado y sus caporales se preguntaron que quién era una persona barbada aquí en la hacienda porque no había nadie así. Lo que más se les hacía curioso era que tantos hombres, y todos armados, no podían con los indios y alguien solo y nomás con aventarles arena en los ojos pudo ganarles a estos indios. Leyenda de Homero Adame.
Fue así como sacaron a conclusión que había sido San José. Y mire que también han platicado que cuando entraron el hacendado y su gente a la iglesia para agradecerle a San José, se dieron cuenta que sus manitas estaban sucias como de tierra. Leyenda de Homero Adame tomada de su blog.
Nota: este relato es la versión original que después edité para el libro Mitos y leyendas de huachichiles que ganó el Premio Nacional de Cuento, Mito y Leyenda «Andrés Henestrosa» 2007, convocado por la Secretaría de Cultura del Estado de Oaxaca y publicado por ellos. Mitos y leyendas de huachichiles tiene ahora una segunda edición, publicada en 2024, con relatos inéditos que recopilé tiempo después durante mis recorridos por las semi desérticas llanuras altiplanenses; relatos que aluden directamente a los huachichiles, grupo del cual poco se sabe, pero con este trabajo ofrezco una muestra a través de la óptica legendaria.
Debemos recordar que la historia conocida es la versión de los vencedores, sin embargo, gracias a estos relatos y leyendas recopiladas por Homero Adame –a quien también se le conoce como «arqueólogo de la memoria colectiva» o “arqueólogo de la tradición oral”– podemos dar un atisbo de la vida y las creencias de los vencidos.Y para dar un cierre inesperado a este trabajo, el también escritor y novelista incluyó un relato adicional, obra de su pluma, de su creatividad literaria y de su fascinación por los huachichiles; relato que nos permite imaginar cómo eran estos habitantes del ayer, cómo vivían, cuáles eran sus idiosincrasias y muchas cosas más.
El libro está disponible en Amazon para formatos digital e impreso: