Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

Pos aquí se cuentan muchas cosas de la hacienda (de la Meza, en el municipio de Hidalgo, Tamps)), pos como usted se puede dar cuenta, la casa esa ya es muy vieja. Pero mire, que lo que yo le voy a contar es cierto porque a mí me pasó hace muchos años. Y lo recuerdo como si hubiera sido anoche mismo.

Yo antes vivía allá arriba, cerca del caserón viejo. Ya estaba en ruinas. Venía caminando una tarde, ya estaba obscuro; el sol se había metido hacía un buen rato. Iba pasando cerca de la iglesita cuando de pronto que veo como una luz que venía del cielo.

Me fijé bien y era como una bola de fuego, así de grandota, y que me asusto, pos venía cayendo y pensé que a lo mejor me daba a mí mero. Pero nada, que la bolota esa se mete a la iglesia, por la parte de atrás allá donde está la cúpula. Y fíjese que no hizo ni ruido cuando cayó. Antes todavía la iglesia tenía techo. No, ahora ya está caído. La bola esa se metió por una cosa como chimenea pequeña que hay. Yo me quise asomar por una rendija pa’ ver qué era, pero no vi nada. (Leyenda publicada por Homero Adame).

Les platiqué a mis amigos, pero todos dijeron que yo había andado borracho de seguro, que por eso había asegurado decir lo que vi. Bueno, déjeme decirle, resulta que días después de aquello, andaban unos amigos conmigo y se nos hizo de noche. Yo y otro nos fuimos pa’ nuestras casas, pero el otro que andaba con nosotros dijo que él se iba a meter a dormir en la iglesia. Como hacía frío esa noche, y adentro no hacía chiflón, pos este muchacho se metió. Al día siguiente nos platicó que toda la noche sentía que alguien le quitaba el poncho, que le jalaban las botas y que hasta lo pellizcaban. Pero que él creía que éramos uno de nosotros o los dos. Diji que toda la noche nos estuvo diciendo: “Ya no estén jodiendo, déjenme dormir”.

¿A poco cree usted que ese amigo nos creyó cuando le dijimos que nosotros no habíamos estado molestándolo porque estábamos bien recogidos en nuestras casas? No, ¡qué va!, no nos creyó. Pero por Dios santito que ni yo ni el otro fuimos a la iglesia en la noche. Han de haber sido las ánimas que lo molestaban. Y él creía que éramos nosotros. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame).

Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.

En la casa de los portales, donde están ahora las oficinas de la comisión de electricidad, vivió una señora que se llamaba Natalia Calvillo viuda de Arrieta, quien murió a los 104 años de edad. Dicen que era muy agarrada y eso que tenía bastante dinero.


Vivía sola en ese caserón que, se dice, tenía 16 cuartos. Cuentan que era tan agarrada que casi ni comía para no gastar. Siempre que alguien la iba a visitar ella le decía: “Ay, a la próxima vez que vayas a venir avísame para tenerte tan siquiera un rompope, porque no tengo más que darles; con eso que vivo aquí sola…” — cuenta doña Carmen Alcocer.

Era muy singular esa Natalia Calvillo viuda de Arrieta y tenía una curiosidad, una curiosidad que a los que la conocían les daba risa, pero si alguien no la conocía de seguro se asustaba. A ella le gustaba llenarse de polvo blanco toda la cara, y así se polveaba porque tal vez creía que de esa manera se veía más guapa. Lo cierto es que se veía tan blanca pero tan blanca con ese polvo que parecía muerta. Y aparte también le gustaba asustar a la gente: cuando alguien tocaba a la puerta ella salía toda vestida de negro, de largo y con la cara toda polveada de blanco. El que no sabía pegaba un grito y se iba corriendo, y los que sí sabían y estaban sentados en la plaza se tiraban de risa.

Aquí en Matehuala hay un dicho que se lo atribuyen a ella porque supuestamente les decía a las jovencitas que anhelaban casarse: “Muchachas, no os desesperéis, que Natalia Calvillo casó a los 66.” (Leyenda publicada en un blog de Homero Adame)

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Nota: esta leyenda fue publicada en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.

Ya está publicada la segunda edición de este trabajo de investigación originalmente publicado en 2010. Ahora, Homero Adame hizo una reestructuración de contenido y de diseño, agregó material inédito para quedar en 25 haciendas de las más de 150 que recorrió durante el trabajo de campo, esas que tuvieron su origen en la época virreinal, pero que se fragmentaron con el México independiente y dieron pie al surgimiento de nuevas haciendas, esas que tuvieron un esplendor de 100 años aproximadamente, pues posterior al tiempo de la Revolución se disolvieron con la repartición ejidal. Un primer tomo de esta extensiva investigación se se titula, precisamente, Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. Grandes latifundios virreinales, libro también imperdible para conocer más de la microhistoria de las haciendas mexicanas y de esa región de México conocida como Altiplano.

El contenido de esta obra, publicada en formato papel y en digital, está estructurado de la siguiente manera, casi como en la edición original de 2010:

• Ficha informativa del casco de la hacienda.
• Descripción arquitectónica y las condiciones del casco hasta 2010.
• Breve reseña histórica.
• Fragmentos de oralidad.
• Una o dos leyendas que tienen a la hacienda como escenario.
• Fotografías seleccionadas por el autor e investigador.

En el prólogo del libro, Homero Adame recuerda que, en 1956, Manuel Romero de Terreros, en su libro Antiguas haciendas de México hizo un exhorto sobre la necesidad de realizar un estudio detallado de la arquitectura de las haciendas de campo, dígase otrora propiedad de las órdenes religiosas, o bien, propiedad de civiles o cabeceras de mayorazgos. Han transcurrido casi 70 años desde la publicación de aquella obra y lo cierto es que pocos estudios se han hecho al respecto, poco se ha trabajado a fondo la historia de las haciendas y menos la historia oral y la tradición oral que perviven en las mismas. Nunca es tarde para hacerlo, sobre todo si tomamos en cuenta que cada vez hay más cascos de haciendas que se van a la ruina y cada vez hay menos ancianos que puedan compartir sus testimonios, sus recuerdos.
En algunos estados, como en San Luis Potosí, hay interés de las delegaciones del INAH para hacer registros de estos monumentos, incluyendo fotografías o bocetos de la arquitectura. En tiempos más recientes, hay interés de investigadores por la parte histórica y cada vez se publican (aunque poco se divulgan) más tesis de maestría o doctorado en el tema, mientras que la historia oral y las leyendas siguen relegadas. Sin embargo, cada quien hace lo que puede y, de tal manera, todos juntos contribuyen a rescatar la riqueza cultural de las haciendas. Aquí, vale señalar que Homero Adame nos aclara que no es arquitecto ni historiador, que su formación académica es la arqueología y que ahora hay quienes le llaman “arqueólogo de la memoria colectiva” por su reconocido interés en la tradición oral y por las publicaciones que ha hecho en torno a la oralidad, ya sea leyendas, relatos y cuentos o historia oral, o bien, también le llaman “cronista del desierto” por su expresa afinidad con el Altiplano.

El libro está a la venta en librerías potosinas y de Monterrey.

También está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072933769

Y en Kindle, para formato electrónico: https://www.amazon.com.mx/dp/B0CTY38TCF

Tu sueño eterno

Mikálical (1995-2006). In memoriam.

Dada la riqueza cultural y la diversidad étnica, en el estado de San Luis Potosí se cuentan infinidad de historias muy variadas que abarcan el gran espectro de la mitología y el folklore del mundo entero. No son simples pláticas de fantasmas o aparecidos, de castigos divinos, de tesoros y túneles, de milagros o apariciones de santos y vírgenes, de la creación del mundo, de animales, del ser humano o de creencias en torno al clima y los fenómenos naturales. Son más que eso: tales historias contemplan los arquetipos de teofanías y hierofanías, explican el pensamiento mágico-religioso o las supersticiones, hablan del tiempo mítico, del tiempo profano, del tiempo sagrado, recrean una paradoja temporal, narran hazañas de personajes heroicos –humanos o animales– y, de tal modo, ponen a San Luis Potosí en el contexto de la mitología universal.

Homero Adame ahora nos presenta esta obra que es, en sí, una versión revisada, corregida, mejorada y aumentada de la coedición publicada por las secretarías de Educación y de Cultura del estado de San Luis Potosí en 2007 con el título Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí. Para esta nueva edición modificó el título, conservó todas las historias originalmente publicadas, agregó algunas inéditas y cambió el diseño.

Casi todas las historias seleccionadas para este libro, y escritas en un estilo personal, no son exclusivas de una ciudad o de un municipio de San Luis Potosí, y ni siquiera de México, ya que muchas se cuentan en diversas partes del mundo, a pesar de tener diferencias de contenido y hablar de contextos geográficos distintos. La mitología y la tradición oral son universales, aunque en muchos casos pueden ser nacionales, regionales o locales. Por ejemplo, las historias de gigantes se cuentan en todo el mundo; las de la Llorona, en todo México; las del Jergas, en centros mineros del país; las de Xantolo, en varios lugares de la Huasteca, y la de la Taconuda, solamente en Cedral.

El libro está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072949789

Y también en Kindle, para formato electrónico:https://www.amazon.com.mx/dp/B0CV4S78Q9

El libro se puede conseguir en San Luis Potosí, en Librería Ochoa y Librería Española. En Monterrey: en la librería PubliArte (en Calzada Vasconcelos de San Pedro Garza García).

Yo ya tengo munchos años de trabajar aquí con su papá y su tío –nos contó  Juan Rivera, un vaquero que trabajaba en el rancho llamado Tanque de Flores, en el municipio de Burgos, Tamaulipas. Mire cómo le gusta la cacería a él. Usté bien sabe, sus amigos vienen y a mí me toca llevarlos a las brechas y en la noche a fanalear. Uno ya conoce bien el ojo del venao en la noche.

No, pa’ venaos hay munchos. Cuando uno no tiene qué comer porque la seca ‘tá dura, pos nomás se va pa’ la presa y ai seguro que mata un venao, y ya con eso pos ai mata uno l’hambre, ¿no? (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)

Pero fíjese bien lo que le voy a contar… Hay allá en el monte, rumbo a la sierra (de San Carlos), un venao enano, ansina de chaparro que es bien mañoso. Uno le tira un pelotazo (balazo) y nomás se mueve y hasta se oye que se ríe de uno. ¡Por Dios santito!

Y eso no me lo platicaron, yo lo vide con mis propios ojos. Una vez andábanos campiando unas vacas allá pa’ la sierra Chiquita (sierra de San Carlos) y pos era tiempo medio friíto; ‘taba el cielo todo encapotado. Y de repente que vemos un venao chaparrito que hasta créibanos qu’era una venadita y a esas hay que respetarlas, uno no las mata. Pero tenía un canastón (cornamenta) que ni pa’ qué le cuento. Como unas doce puntas de perdido; y punta gruesa, ansina de gruesa. Mire que yo nunca he visto una canasta igual. (Leyenda en un blog de Homero Adame.)

Pero bueno, como uno siempre carga con el rifle, pos ¡bolas chingao! que le suelto un pelotazo, y el cabrón venao ni se movió. Y !pum¡, otro pelotazo y nomás se empezó a reír. L’oímos bien clarito. Le tiré un tercer tiro y nada, el venao cabrón nomás se dio la vuelta y se jue, rise y rise el muy méndigo.

Se m’hizo bien raro, pero mi compadre ‘taba risa y risa también, y me dijo que es porqu’era el venao enano que se aparece de vez en cuando. Quién sabe si será cierto, pero de que el cabrón venao se rió de mí, eso sí es cierto.

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El venado es un personaje muy popular en las mitologías de las tribus de Norteamérica; normalmente es un espíritu benefactor de género masculino, aunque en ocasiones puede ser femenino y se le atribuyen poderes mágicos.

Como parte del folklore, en estas regiones norestenses todavía se conservan algunas tradiciones antañas, como el uso de la piel de venado para manufacturar objetos de diversa índole. Antiguamente dichos objetos eran de orden ritual o servían como amuleto; en la actualidad son más bien decorativos.

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Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.

Dicen que Santa María del Oro se llama así porque hace muchísimos años un pescador, un hombre muy raro venía al pueblo a comprar cosas y surtir su desénsa, y que siempre pagaba con puras monedas de oro o con oro puro. La gente lo miraba raro, y con envidia también, porque para ese tiempo las minas de oro ya no funcionaban, ya se habían agotado, y pues se les hacía muy raro que alguien todavía siguiera pagando con oro. ¿De dónde los sacaba?

Entonces dicen que hubo un muchacho muy atrevido, un pescador también, que se enteró de una leyenda que contaban las gentes de antes y de que era cierta la leyenda, de que existe un pueblo fantástico de oro en las profundidades de la laguna de Santa María. Ese muchacho, que era muy ambicioso, una tarde se fue siguiendo al hombre muy raro –dicen que no era como uno, por eso se les hacía raro– y lo siguió y lo siguió hasta que se metió al pueblo dorado de donde el muchacho trajo oro. Dicen que el muchacho se hizo rico, pero que se murió temprano. No pudo disfrutar sus riquezas, pero por envidioso tampoco le dijo a nadie dónde estaba la entrada al pueblo sumergido en la laguna. Antes de morirse, dicen que él contaba que ese pueblo de puro oro era muy bonito, que había gente rara y muchachas raras también, pero muy chulas. Que todo era de oro y que la gente vivía bien. Aunque nadie le creía esas cosas, de todas maneras sospechaban que a lo mejor eran ciertas porque, si no, entonces de dónde carajos había sacado tanto oro el muchacho ese, ¿eh? Era oro muy fino, ya trabajado, que no se saca de cualquier mina nomás porque sí.

Y luego, según esto, de alguna manera los habitantes de aquel pueblo se dieron cuenta de que alguien de este mundo sabía cómo llegar allá, y mejor cerraron el camino a esos lugares misteriosos para que ya nadie se metiera y desde entonces sigue cerrado. Pero también dicen que gentes de ese pueblo de repente salen para surtirse de lo que necesitan, pero ya no vienen a Santa María sino que van a otros pueblos donde nadie los conoce. (Leyenda publicada en un blog de Homero Adame).

Nota: una versión editada de esta leyenda fue publicada por Editorial Trillas en mi libro Mitos y leyendas de todo México que se puede adquirir siguiendo el enlace.

La imagen fue tomada del blog Atractivos turísticos de Nayarit. Que el enlace sirva de agradecimiento y crédito a sus creadores.


En el panteón Hidalgo de Matehuala hay dos mausoleos que, aparte de la iglesia, sobresalen por su tamaño y su estilo. Uno es la tumba de don Manuel Fernández, la cual fue construida a principios del siglo XX. El otro pertenece a la familia Castillo y no hay registro de una fecha exacta de cuándo se levantó, pero es del siglo antepasado, del XIX –explica Tomás Ferrándiz para esta publicación de Homero Adame. Esa tumba de la familia Castillo fue profanada. Por un lado podemos hablar de lo que es la historia, porque hay documentación de ese hecho, y también un poco de cómo es la leyenda:

En el año de 1892, el padre Pánfilo Castillo construyó e inauguró el santuario de Guadalupe, en Villa de Reyes y luego el señor Montes de Oca y Obregón lo trajo aquí a Matehuala con la intención de tumbar la parroquia original para construir lo que es ahora catedral. La última semana de noviembre de 1900, Montes de Oca y Obregón colocó la primera piedra y a partir de entonces el padre Pánfilo Castillo se dedicó a tumbar la iglesia. La ley lo metió a la cárcel, pero él se acogió a los derechos que tenía y salió libre. Terminó de tumbar la iglesia y la volvieron a construir. El padre Pánfilo siguió aquí en la región hasta 1928, año en que murió o lo mataron. Fue enterrado en el mausoleo de la familia Castillo porque sus ancestros estaban ahí sepultados.

Al cabo de cinco años, según se publicó en el periódico El Nuevo Día, se dice que la tumba fue violada para robarle las joyas y el Cristo de oro. Ese es un tesoro que apareció en un hoyo del ala sur cuando se tumbó la iglesia. Hay que saber que todas las iglesias tienen un tesoro; justo antes de colocar la primera piedra se hace un hoyo y ahí los feligreses echan lo que quieren, joyas u objetos de valor, y ya después se construye la iglesia. Ese es el tesoro de toda iglesia.

Ya en el campo de la leyenda, supuestamente el padre encontró ese tesoro cuando tumbó la parroquia original y cuentan que al morir lo enterraron con el tesoro, todo en el mismo féretro. A los pocos días corrió el rumor de que alguien profanó la tumba para robarse el tesoro, lo cual fue cierto, según testimonios y lo publicado en aquel periódico. Se le dio aviso a las autoridades y también a los familiares del padre Castillo; éstos vinieron y se llevaron los restos en tren a Villa de Reyes, donde lo sepultaron en la parroquia de allá. (Leyenda publicada por Homero Adame).

Jamás se supo quién profanó esa tumba para robarse el tesoro en cuestión. El periódico habló de joyas y del Cristo de oro, pero quién sabe si eso haya sido cierto. De todas maneras, todo esto a la larga dio pie a esta leyenda.

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Nota: esta leyenda fue publicada en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.

Leyenda de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua

Sabemos que hay leyes universales y divinas que todos deben respetar, incluso el diablo. Por ejemplo, los días 1° y 2 de noviembre son sagrados en todo México y en muchas partes del mundo porque se festeja a Todos los Santos y a los Fieles Difuntos. De acuerdo con la tradición, en esas fechas Dios les da permiso a los difuntos para que sus ánimas vengan a la Tierra y convivan con sus seres queridos que los recuerdan. El permiso es igual para todos, los que están en el cielo, en el purgatorio y hasta en el infierno –explica Juan Manuel Andrade, un guía de turistas.

En cualquier parte de Chihuahua, la gente va al panteón a dejar ofrendas a sus difuntos. El día 1° lo consagran a los niños y el día 2 a los adultos, cumpliendo así con la tradición, pero en algunos pueblos tienen creencias muy especiales. Por ejemplo, algunas personas de Cerocahui me han contado que allá evitan ir al panteón una vez oscureciendo o estar adentro del mismo ya en la noche, principalmente el día 1°, porque tienen una creencia que a la mayoría le provoca terror. De hecho, cuando se mete el sol, mucha gente prefiere no salir de sus casas, cerrando puertas y ventanas. La creencia es que se oyen los gritos del diablo que desde un columpio vigila que sus difuntos no se desbalaguen o traten de no volver al infierno.

No sé si la creencia venga de los tarahumara o sea católica, pero cuentan que desde hace muchos años, en la tarde del día 1° de noviembre el diablo tiende una cuerda muy larga, de la cima de un cañón hasta la cima de otro, y se columpia para vigilar a las ánimas que están en el infierno, pero en esos dos días tienen permiso de venir a este mundo. Hay quienes afirman que lo han visto, mientras que la mayoría de la gente sólo dice haberlo escuchado. Los que lo han visto dicen que es como una sombra muy grande que se mueve en el cielo, algo así como una nube en vaivén. Y los que lo han escuchado cuentan que los gritos son aterradores, que dice muchas maldiciones y blasfemias, y que lo hace así porque sabe bien que las ánimas del infierno son tramposas, traicioneras, y tratan de hacer hasta lo imposible para escaparse y quedarse en este mundo asustando gente o provocando desgracias. Pero esas ánimas no pueden escabullirse sin ser sorprendidas por el diablo porque él, desde su columpio, vigila y vigila, y grita de la manera más horrible cuando se da cuenta que alguna de esas ánimas tiene la intención de escapar. También cuentan que esa noche del 1° de noviembre corre un viento muy raro en los alrededores del panteón, y cree la gente que es provocado por el mismo diablo al columpiarse. (Leyenda de Homero Adame en un libro publicado por Trillas).

Nota: una versión editada de esta leyenda fue publicada por Editorial Trillas en mi libro Leyendas de todo México. Aparecidos y fantasmas que se puede adquirir siguiendo el enlace.

Las creencias de búhos o tecolotes y lechuzas como mensajeros de la muerte no son propias de nuestro país, sino que se repiten con frecuencia en el folklore de muchas otras culturas del mundo. De igual forma, hay pueblos que asocian al tecolote con la sabiduría y como compañero de brujos y hechiceros. Mientras que en otras zonas geográficas, principalmente en México, se les asocia con brujas que se convierten en esas aves y vuelan por las noches. Aquí en el Noreste, la palabra “lechuza” se utiliza indistintamente para designar a las aves nocturnas que emiten un sonido ululante, trátese de lechuza o tecolote.

A continuación tenemos tres ejemplos de leyendas de lechuzas: una escuchada en Hidalgo, Tamaulipas y dos de La Petaca, comunidad aledaña a Linares, N.L.

Allá en mi tierra pasan muchas cosas curiosas. Dice mi papá que una noche iba con otros señores a caballo y agarraron un atajo pa’ llegar a la casa más rápido. Se fueron por una vereda que cruzaba la casa vieja y que en eso vieron un pájaro, blanco como el algodón, que les volaba arriba de los sombreros. Y dijo que ese animal se le paró primero en la cabeza de su caballo, y que hacía bien feo. Nombre, ¡que los caballos estaban reteasustados y relinche y relinche! Que mi papá agarra el machete y que le tira un machetazo al pájaro, pero voló. Luego que el tecolote ese baja otra vez y se le para arriba del sombrero a otro señor. Se lo quitó de un manotazo, y la lechuza siguió molestándolos hasta que salieron del límite de la casa vieja. Nomás pasaron el arco ese que ve allá y el pájaro se desapareció. Que todos dijeron que había sido el diablo.

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Las lechuzas son aves de mal agüero, anuncian la muerte. Yo recuerdo que cuando mi papá murió, andaba una lechuza ahí. Y también el día que un tío se estaba petatiando la lechuza estaba parada en la barda, cantando. Y es que esos animales son emisarios de la Muerte, y cuando alguien va a morir, la lechuza canta y se para afuera de la casa del moribundo.

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Había un señor que se llamaba don Iginio González que vivía aquí cerca. Cuentan que una vez se le arrimó una lechuza y él se puso a rezar las doce verdades. Y pos no cree que se le acercaron más lechuzas y que andaban vuele y vuele arriba, y se prendían de las varillas. Y pos se asustó bien requetefeo y no terminó de rezar pos tuvo miedo y se fue corre y corre.

Esto yo creo que pasa porque como ellas [las lechuzas] son brujas convertidas, entonces cuando alguien les empieza a rezar las doce verdades pos ellas se tienen que proteger para que no las maten. Por eso llegan a ayudarle las otras viejas esas que andan volando.

Nota: estaos relatos fueron publicados originalmente en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.

Leyenda de La Boca, municipio de La Paz, SLP

Dicen que allá en La Boca se apareció el Cristo del Amparo en el interior de un árbol. Los ancianos platicaban de eso porque tal vez a algunos les tocó vivir cuando la aparición o a lo mejor a sus padres les tocó ese tiempo.

Cuentan que la gente empezó a oír ruidos adentro del árbol y pensaron que se trataba de algo malo; se pusieron de acuerdo y mandaron traer al padre de La Paz. Fue para allá con aquella gente y dicen que el padre oía esos ruidos como si fueran canciones y que le dijo a la gente que no era nada malo, sino que era algo bueno. El hacendado y el padre le dijeron a un trabajador que con mucho cuidado abriera el árbol y cuando lo abrió, quitándole la cáscara al tronco, todos se quedaron bien asombrados de que adentro estaba la imagen de ese Cristo y el padre dijo que era un milagro de Dios. Ya luego el hacendado mandó hacer la capilla donde todavía tienen a ese Cristo aparecido.

(Versión escuchada en Villa de La Paz)

El cuadro de la Virgen del Refugio fue traído por los dueños originales de la hacienda cuando se construyó la capilla. Siempre la fiesta se le hace cada 4 de julio y le traen una ofrenda en forma de una rosa de plata, que parece ser una tradición muy de esta región. De la virgen no hay una leyenda que digamos. (Leyenda de Homero Adame).

El que sí tiene su leyenda es el Cristo del Amparo, una imagen que también se encuentra aquí en la capilla. Cuentan que en la huerta de la hacienda se apareció el Cristo del Amparo en el interior de un mezquite, pero ahora la imagen está reconstruida porque en alguna época se fue deteriorando. Según esa historia, unas personas que en aquel tiempo trabajaban en la hacienda oyeron ruidos en un mezquite y fueron a ver de qué se trataba y descubrieron que los ruidos salían del interior del mezquite. Le avisaron al patrón y éste decidió abrir el mezquite para ver qué era y así fue cómo encontraron la imagen del Cristo del Amparo.

(Versión escuchada en La Boca)

Nota: estos relatos fueron publicados en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.

Although this section deals with an event which occurred in a place other than the house at 23, San Francisco Street, it is included because, in a certain way, it is related to a person who had lived in that house and to people who were in the house when, on Thursday the 29th of July, 1943, at 4:25 pm on a bright, cloudless afternoon, according to the chronicles, a streak of lightning struck the belfry of the Temple of Saint Francis.

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I think it was in 1943 when Saint Francis’s Church was struck by lightning. The lightning (and someone stole the photo I used to have, a historical photo which showed that it was exactly 4.25 in the afternoon when the lightning struck) knocked down part of the bell tower of Saint Francis’s Church. Down below, a team of workmen had been working on a drain and the great stones fell on two of the men and killed them outright. My uncle, Agustin Sautto, was standing in front of the church, leaning on a lamp post that was like the rails from a railway track, and that is where the lightning touched earth, and my uncle was hurled into the middle of the street. My grandfather was at his desk at home and he saw him flying up and landing in the middle of the street. My grandfather went running out and said: “What has happened, Agustin, whatever has happened?” And my uncle said: “Nothing, Dad, I just had a bit of a fright, that’s all.” How could he say that nothing had happened to him, if about nine months later he passed away. He lost consciousness, he got Stokes-Adams syndrome, which causes a paroxysmal shift in the normal rhythm of the heart. He went to Mexico City several times to see cardiac specialists, but as no treatments existed, he died a few months later here in San Miguel.

Luis Miguel Villarreal

Agustin Sautto died a few days after he was struck by lightning outside Saint Francis’s Church. He was very badly affected and died a few days later.

Graciela Cruz

Agustin Sautto was the richest man in San Miguel, I believe. He was the son of a certain Mrs. Vazquez, who was the owner of the house about which we are talking.

Jose Ignacio Reyes Retana

I was born in ‘42, so I was very little when lightning struck and knocked down part of the bell tower of Saint Francis’s Church. My mum used to have a stand outside the temple and I was with her. On one side of us, was one of my mother’s comadres, at her own stand. Although there was not a cloud in the sky that afternoon, suddenly we heard a loud crack of thunder and we saw how the lightning struck the tower and knocked down several bits of stone. Without knowing what was happening, my mum, when she heard the thunderclap, she pressed herself against the wall and I ran after her, I wanted to get inside the church, but it was closed at that hour. The pieces of stone could have killed us because they fell almost on top of my mother’s stand. Nothing but dust fell on her comadre´s stand, which was about five metres away. We heard that the lightning killed just one person, almost immediately. At that time, the ambulance station was in Nuñez Street, but there were no ambulances there at the time, so the stretcher bearers came running on foot to pick up the person who was lying there in the middle of the street. I don’t remember very well exactly what happened because I was a very little girl when it all happened, but it seems that the lightning struck this man who was standing outside the house where the primary school used to be and the impact threw him a long way and he landed in the middle of the road, or something like that. I don’t know who the gentleman was that died and I hope he is resting in peace.

Soledad Gonzalez

My Auntie Lupe, the Cristera, used to tell us about the time when the bell tower of Saint Francis’s Church was struck by lightning. She was in the garden with some other people and the clapper of the bell fell right into her skirt! She used to wear those long skirts and the clapper of the bell fell right there. If it had hit her or anyone else directly, it would have killed them.

Maruja Gonzalez

My brother Juan used to talk about that lightning business, because he had a job as a clerk in the Revenues Office and an aunt of ours had a job as a cleaner in the same mansion. He used to say that it was in the afternoon, that he was there on the balcony of the place with some other people and that our auntie was sweeping outside in the street. There was a very frightening thunderclap and they saw how part of the tower of the church fell down in front of them. I don’t remember if he ever told us about whether anyone had died, but he did say that our auntie ran out into the middle of the road to help because the lightning had struck a man who was lying there stretched out almost in front of the Revenues Office. Then my brother, Juan, and his workmates ran down to help, too.

Salvador Ochoa

Notes:

1. These stories were published in the book Casa Europa Mexico. The history of the house as recalled by residentes of San Miguel de Allende.

2. Photographs by Homero Adame

Aquí hubo mucho dinero antes. Los señores eran los pelaos más ricos de toda la región, pero cuando el reparto de tierras todos se fueron. Antes no había bancos ni nada, así que la gente escondió su dinero cuando la Revolución. Lo enterraron por allí –cuenta Ramiro Estrada, en Hidalgo, Tamaulipas.

Estas tierras eran muy grandes, y todas del mismo dueño. Después del reparto ejidal vinieron los hijos del señor y se llevaron lo que pudieron de la hacienda. Pero namás cargaron con los muebles, retratos y vajillas que no se habían robado otras gentes. Por aquí pasaron con carretas llenas de cosas. Hasta el motor del molino se llevaron. Y todo a carreta de yunta, pues ni había caminos ni camiones. Aquí mero pasaba el camino real (leemos en esta leyenda publicada por Homero Adame).

Ya está viejo Juan Alvarado… A ese amigo sí le dijeron dónde estaba el tesoro, pero se rajó y no le entró. Nos platicaba que una vez andaba con sus chivitas cuando dio con una noria vieja, en un lugar que le llamamos “L’ubre de la vaca”. Allí mero se le apareció una luz y oyó que algo le decía que escarbara y sacara el dinero y que se iba hacer el hombre más rico de aquí. Y mire que no creyó nada. Se asomó a un pozo y vio algo como una oreja de perol, así de grande, como ese donde se está cociendo la miel [de caña]. Yo digo que le dio miedo pos sabemos que cuando a alguien le ofrecen un tesoro no es nomás de gratis. No, hay que pagar algo, y ha de ser con el alma de uno. Y a Juan le dio miedo, se rajó, se rajó.

Hace mucho, vino un señor y me preguntó si aquí había tesoros. Yo mismo lo llevé a “L’ubre de la vaca” que le digo, pero no hallamos nada y eso que el hombre ese traiba aparato. Por eso digo que ese tesoro sigue allí mismo, pero a nadie más se le ha revelado el lugar como se le reveló a Juan Alvarado. Cuando guste nomás tráigase un aparato y le damos una buscada. Quien quite y a nosotros con usté nos toque…

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Cuando se habla de tesoros enterrados, generalmente se mencionan luces y ruidos o voces misteriosas que se ven o se oyen en algún punto en particular. Esas menciones suelen ser en tercera persona, es decir, de alguien que cuenta que alguien más le contó haber tenido una experiencia así. De acuerdo con la creencia popular, cuando alguien escucha esas voces misteriosas o ve esas luces es porque a esa persona los espíritus le están ofreciendo el tesoro y le toca sacarlo.

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Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.

En la pequeña ciudad de Tlayacapan, Morelos, cercana a Tepoztlán, se encuentra el ex convento agustino del siglo XVI dedicadoa San Juan Bautista. Allí se resguarda una imagen de la virgen del Tránsito, la cual tiene una leyenda colonial. Cuenta esa leyenda que un día la virgen decidió dejar su hogar original en Tepoztlán, sin saberse por qué, y decidió irse a radicar a Tlayacapan.

Se dice que esa virgen del Tránsito era la patrona de Tepoztlán y un día los tepoztecos la llevaron a Tlayacapan porque la imagen estaba en mal estado y había un artesano de Tlayacapan que sabía restaurar ese tipo de figuras religiosas de bulto. La imagen pronto quedó como nueva y los tepoztecos emprendieron el viaje para llevarla de regreso a casa, pero los sorprendió la noche en el camino y tuvieron que dormir a la intemperie bajo las estrellas. Cuál no habrá sido su consternación cuando despertaron a la mañana siguiente y descubrieron que la imagen había desaparecido, como si se hubiera desvanecido en el aire porque no había huellas ni rastro de ella o de ladrones, aunque sospecharon que los habitantes de Tlayacapan, envidiosos de tan bella imagen, se la habían robado mientras todos dormían.

Regresaron a Tlayacapan y… ¡allí estaba la estatua! Los tepoztecos estaban furiosos y amenazaron a sus vecinos con la guerra si intentaban robar de nuevo la imagen de su amada virgen. Los tlayacapanenses se quedaron sin habla. No podían explicarse el regreso de la figura.

Los tepoztecos partieron de nuevo para llevarse la imagen a Tepoztlán. Como en aquel tiempo era un viaje largo, por supuesto tuvieron que acampar de nuevo en las montañas. Esta vez, sin embargo, decidieron que alguien hiciera guardia toda la noche. Pero en la mañana descubrieron que la figura había vuelto a desaparecer y el guardián no podía explicar cómo había desaparecido porque juró haber estado en vela toda la noche. Leyenda escrita por Homero Adame y encontrada en uno de sus blogs.

Los tepoztecos, ahora muy enfadados, vieron unas pequeñas huellas y decidieron seguirlas. Y, por supuesto, el rastro conducía directamente a… ¡Tlayacapan! Sin embargo, vieron las huellas aún frescas alrededor de la poza del cerro Tlatoani, como si la virgen se hubiera detenido a regrescarse y descansar allí… El enojo se convirtió en incredulidad ante el descubrimiento, pues se dieron cuenta de que nadie había robado la estatua, sino que había regresado a Tlayacapan por su propio pie. Esta vez no se sorprendieron en lo más mínimo encontrar a la virgen de nuevo en el convento, donde estuvo por muchos años hasta que le hicieron su propia capilla.

Al final no hubo guerra ni nada entre ambos pueblos. Al contrario, desde aquel día, la gente de Tepoztlán hace peregrinaciones especiales a Tlayacapan ¡para honrar a su propia patrona!».

Nota: la foto del convento fue tomada de México desconocido. Y la foto de la virgen del Tránsito fue tomada del blog El color de la fe. Que los enlaces sirvan de crédito a quien corresponda.

Leyenda de la lechuguilla escuchada en Villa de Guadalupe, SLP

El ixtle era el porvenir de esta comunidad; aquí la gente vivía de tallar la lechuguilla y la palma –cuenta don Antonio Martínez, de Villa de Guadalupe–. La fibra tenía mucho valor en aquel tiempo; muchos compradores llegaban de todas partes porque era muy resistente para hacer costales. La gente de aquí hacía costales y mecates, pero también llegaban gentes de Ahualulco a comprar la fibra porque allá la beneficiaban; la llevaban en recuas de burros hasta Ahulaulco, a las haciendas de beneficio de Ahualulco. También venían para acá muchos mineros de Zacatecas para comprar las cuerdas muy macizas de la fibra de lechuguilla; ellos dejaban buen dinero a los comerciantes de aquí.

Ahora dicen que ya se acabó la lechuguilla; eso no es cierto: la lechuguilla no se acabó, todavía hay mucha. El petróleo fue el que la tumbó. Cuando al presidente Alemán se le ocurrió explotar el petróleo, muchos ingenieros idearon la manera de hacer mecates con fibra de petróleo y desde entonces se fueron acabando los talladores. Este pueblo se vino abajo. El licenciado Alemán trajo mucho progreso al país pero a nosotros nos amoló igual que amoló a muchas otras comunidades.

La lechuguilla no se ha acabado porque todavía hay mucha; todos los cerros que usted ve cerquita de aquí son puros lechuguillales enormes. Todavía se explota un poquito la fibra; aquí en la Villa habrá tres o cuatro talladores y ellos ahí venden mecatitos y también fibras para lavar los trastes. Casi no sacan mucho dinero, pero de eso viven y la mayoría son puros viejitos que toda su vida fueron talladores.

Esto que le digo de Miguel Alemán fue cierto, pero lo que mucha gente no sabe es que también la lechuguilla tiene un espíritu, el espíritu de la lechuguilla, ¿verdad? Este espíritu siempre fue muy beneficioso para nosotros, era como nuestro benefactor; entonces la gente lo trataba bien y él trataba bien a la gente, por eso en aquellos años había mucha prosperidad aquí en la Villa. Pero cuando el presidente Alemán descubrió el petróleo y lo explotó con sus ingenieros, ellos idearon la manera de desaparecer la lechuguilla, como ya le dije. Vinieron una vez unos ingenieros con tambos de petróleo y lo regaron en los cerros y le prendieron fuego. De esa manera ellos violaron al espíritu de la lechuguilla para matarlo porque el dios de ellos era y sigue siendo el petróleo; el dios del petróleo es también el dios del dinero, ¿verdad? Y desde entonces ya no hay talladores, ahora la gente prefiere comprar cuerdas de petróleo que no sirven para nada porque no amarran bien y también se amuelan con el sol.

Pero yo le voy a decir una cosa, y esto va a ser cierto aunque a mí ya no me va tocar vivirlo: la lechuguilla sigue viva en los lechuguillales y el espíritu está muy fuerte y algún día, cuando se acabe el petróleo, la gente va a volver a trabajar la lechuguilla y entonces, yo espero, esta villa va a entrar en prosperidad de nuevo.

«El espíritu de la lechuguilla» es una leyenda recopilada por Homero Adame y publicada por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí en la plaquette Leyendas del Festival del Desierto, en la colección “Cantera la Voz”, como parte del Programa de Fomento a la Lectura durante la Feria del Libro de Matehuala, 2005.

Las fotografías fueron tomadas por Homero Adame en el Altiplano potosino.

Cuenta una leyenda que hace mucho, mucho tiempo el Sol, tras observar la actividad en la Tierra, decidió venir a pasar una temporada y participar en lo quehaceres de los seres vivos en nuestro planeta. Como no podía dejar vacante su puesto en el firmamento, le pidió a la Luna que tomara su lugar y así cubriera su ausencia para que, de tal modo, los humanos no se dieran cuenta de que no estaba en su lugar. La Luna aceptó con mucho gusto y se ubicó en la trayectoria del Sol, pero su ritmo era más lento y no irradiaba tanta luz ni calor. Entretanto, cuando llegó a la Tierra, el Sol decidió tomar la forma de una gata negra para pasar inadvertido y así poder moverse en el mundo y convivir con los seres vivos.

Con el paso de los días, mientras el Sol disfrutaba de todo lo que veía y hacía desde la óptica y movimientos de aquella gata negra, la Luna perdió el interés de seguir ocupando el puesto del Sol y mejor regresó a lo suyo para seguir iluminando las noches y dejarse ver de vez en cuando durante el día. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame)

Al percatarse de que la Luna ya no estaba en su lugar, el Sol tuvo que regresar de inmediato al Cielo y lo hizo saliéndose rapidísimo del cuerpo de la gata negra. Fue tan rápida su salida que cientos de rayos luminosos, de tonalidades doradas, quedaron impresos en la piel y en el pelaje de la gata negra.

Desde entonces, las descendientes de aquella gata negra nacen con el sello del Sol, es decir, nacen con los destellos dorados que el Sol dejó en el pelo y la piel de la gata negra, pero no sólo eso, sino que también nacen con parte del temperamento y sabiduría que el Sol había dejado en ella y eso se transmite de generación en generación, como también se transmite el carácter tímido, reservado y hasta huraño típico de las gatas carey o cálico que, además, no hay iguales o idénticas, pues su pelaje es diferente de cualquier otra, tan diferente como fueron los cientos de rayos que el Sol dejó en la gata original.

Algo que poca gente sabe, pero sí lo saben quienes tienen una gata de estas características, es que por su legendario origen solar se les atribuyen propiedades mágicas y curativas, ya que atraen las energías positivas y la buena suerte.

Si quieres saber más sobre las gatas carey o cálico, visita este sitio: https://www.feelcats.com/gato-carey/

Fotografías de Homero Adame: Kétzleh (2022) y Kárviah (2019).

El contenido de esta charla histórica de Homero Adame con Arturo Villarreal de la Secretaría de Cultura de Coahuila está basado en la investigación de varios años sobre las haciendas ubicadas en las regiones áridas de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, investigación que se vio fructificada en la publicación de dos libros y hay todavía material suficiente e inédito para dos o tres tomos más que, tal vez, algún día serán publicados:

Haciendas del Altiplano – historia(s) y leyendas. Tomo I – Grandes latifundios virreinales

y

Haciendas del Altiplano – historia(s) y leyendas. Tomo II – de la Independencia a la Revolución

La mujer convertida en árbol

Leyenda de Ciudad del Maíz, SLP

Recreada por Homero Adame

Una vez que andábamos recorriendo panteones porque eran días de Muertos, aprovechamos para ir a conocer la Colonia Italiana y nos sorprendió que allí no hubiera ambiente festivo ni flores de cempasúchil o vendedores ambulantes. El cementerio es pequeño, como lo es el poblado, y en muy pocas tumbas había decoraciones, pero en las que tienen apellidos italianos, no.

Antes de seguir nuestro recorrido por otros pueblos y panteones, paramos en un tendajo a comprar unos refrescos y algo para el camino. Platicando con la gente allí nos contaron de un árbol en forma de mujer, un árbol que, según decía la gente mayor, antes no existía, nadie lo sembró, simplemente apareció un día para sorpresa de quienes lo vieron ya crecido en un lugar cerca de El Encinal donde antes no había nada parecido. Eso sucedió hace muchísimos años cuando los italianos vivían en esa región todavía. Cabe mencionar que esos italianos llegaron de Trento, Piamonte o Véneto hacia 1882 y se instalaron en la Colonia Díez Gutiérrez −mejor conocida como Colonia Italiana porque fueron 109 familias que llegaron, pero ante la desorganización gubernamental para cederles terrenos cultivables y otros problemas, sólo quedaron diez para 1883 y poco a poco se fueron yendo a otros lugares con presencia italiana hasta que no quedó ninguna de las familias migrantes originales, salvo en el panteón, y algunos descendientes.

Cuentan que uno de aquellos migrantes se fue a Ciudad Valles a buscar trabajo y le prometió a su mujer regresar a los pocos días y, en caso de conseguir trabajo, llevársela a ella y a los hijos para vivir siempre juntos. Pasaron las semanas, pasaron los meses y el hombre nada que regresaba y tampoco enviaba recados y menos dinero para la familia que había dejado en la Colonia Italiana. La gente empezó a murmurar que seguramente se había «huido jullido con otra mujer que había conocido allá en la Huasteca, que ya no quiso regresar a la Colonia Italiana porque allí no había futuro y cosas así. Esos chismes obviamente llegaron a oídos de la afligida mujer que no quería creer que su esposo la hubiera dejado por otra y mucho menos que hubiera abandonado a sus hijos, pero la duda siempre está y así la mujer le fue dando vueltas y vueltas en su cabeza hasta que empezó a salir a caminar al monte pidiendo a dios que trajera a su marido de regreso o que alguien le diera razón de él. Conforme pasaba el tiempo y el hombre no aparecía y no había señales de su paradero, la mujer fue perdiendo la esperanza y, con el tiempo, la razón.

Una tarde iba caminando por el viejo camino de herradura cuando, en su tristeza y desesperación, empezó a renegar de dios por ser tan injusto y entre sus reniegos se detuvo, levantó la vista y los brazos al cielo y gritó que de allí no se movería hasta que dios le cumpliera su deseo de tener a su marido de regreso; dijo que, aunque le salieran raíces de los pies, no se movería. Y no se movió.

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Aunque era un atardecer despejado, sin nubes, sin nada que indicara una tormenta, mientras la mujer imploraba y maldecía con los brazos y mirada al cielo, el cielo se iluminó y cayó un rayo justo donde estaba ella parada. No se sabe si le cayó el rayo a ella, pero lo cierto, según la leyenda, es que en vez de matarla o calcinarla quedó convertida en árbol. Como no la volvieron a ver y los hijos quedaron prácticamente huérfanos, la gente dijo que se había ido a buscar al marido ausente y que murió allá lejos o que se perdió.

Desde aquella tarde despejada empezó a crecer ese árbol que siempre parece estar seco, con su tronco como si fuera cuerpo de mujer y sus ramas como si fueran los brazos extendidos hacia el cielo. Pero en primavera reverdece y florece y eso se interpreta como la esperanza de que algún día el árbol deje de ser eso y vuelva a convertirse en una mujer que fue castigada por renegar de dios y, al levantársele, el castigo pueda encontrar descanso. Eso será cuando llegue a sus oídos (o a sus hojas) algún mensaje del marido ausente, un mensaje aunque sea de ultratumba.

Nota: foto cortesía de Vianney Rivera Segura

Las cabañuelas, ese singular conocimiento empírico del clima, representan una manera ancestral de predecir el comportamiento climático durante el año que comienza, mediante la observación de todos y cada uno de los días de enero exclusivamente. Tal vez esta costumbre tenga sus orígenes en las sociedades agrícolas de tierras semi áridas como forma de pronosticar cuándo habrá lluvias. En algunas regiones de nuestro país también se dice que las cabañuelas son las lluvias en los meses de invierno, pero en el Noreste no es así.

Debido a que enero puede cambiar su clima radicalmentede un día para otro, es común que alguien diga: «Es que estamos en la cabañuela de ………», y mencione el mes al que corresponde ese día.

A continuación veremos este sistema climático con detalle y ejemplos. Primero hay que observar el comportamiento climático de cada día de enero y tomar datos. Por ejemplo, digamos, el 6 de enero, que corresponde al mes de junio. Entonces desde temprano observamos el cielo, el viento y la temperatura. El resultado nos daría algo como esto: soleado, sin viento y algo caluroso. (Es pertinente aclarar que estos datos son relativos, dado que durante el día puede haber variaciones significativas o contrastantes, por ejemplo: estar primero fresco y luego caliente, así como primero nublado y después soleado, etc. Entonces, para esto hay que tomar una media, es decir, cómo estuvo el clima durante la mayor parte del día.)

Cada día tiene un mes que se les atribuye de un modo sistemático, como se aprecia en esta tabla:

DíasMes DíasMes
 1 – 24Enero  7 – 18Julio
 2 – 23Febrero 8 – 17Agosto
 3 – 22Marzo  9 – 16Septiembre
 4 – 21Abril 10 – 15Octubre
 5 – 20Mayo 11 – 14Noviembre
 6 – 19Junio 12 – 13Diciembre

Después tenemos que los días del 25 al 30 se toman por medio día para cada mes. Desde la madrugada hasta el mediodía, y la tarde y noche. Esto se hace de la siguiente manera:

DíasMeses DíasMeses
 25Enero y febrero 28Julio y agosto
 26Marzo y abril 29Septiembre y octubre
 27Mayo y junio 30Noviembre y diciembre

Finalmente, tenemos al día 31 con sus 24 horas. En este caso, cada dos horas son asignadas a cada mes, partiendo de la madrugada: 

      HoraMes HoraMes
12:00 –   2:00 a.m.Diciembre 12:00 –  2:00 p.m.Junio
  2:00 –   4:00 a.m.Noviembre  2:00 –   4:00 p.m.Mayo
  4:00 –   6:00 a.m.Octubre  4:00 –   6:00 p.m.Abril
  6:00 –   8:00 a.m.Septiembre  6:00 –   8:00 p.m.Marzo
  8:00 – 10.00 a.m.Agosto  8:00 –  10:00 p.m.Febrero
10:00 – 12:00 a.m.Julio  10:00 – 12:00 p.m.Enero

Muy bien, ya tenemos todos los días y sus horas correspondientes a cada mes del año. Si volvemos a nuestro ejemplo original, el mes de junio, sabemos que sus días son el 6, el 19, la tarde y noche del 27, y las horas de las 12:00 a las 2:00 de la tarde del día 31.

Como se verá, este sistema parece un tanto complicado, pero la verdad es cuestión de ser pacientes y observar con detalle todos y cada uno de los días de enero, hacer las anotaciones pertinentes y sumar y comparar todos los datos para sacar las conclusiones de cómo será el clima en tal o cual mes del año.

Como comentario final vale añadir que las cabañuelas son básicamente una costumbre oral que se recuerda al momento y sólo en el mes de enero, pues en realidad es poca la gente que se toma la molestia de hacer anotaciones metódicamente.

Nota 1: este texto fue publicado en mi libro Leyendas, relatos, costumbres y tradiciones de Nuevo León (páginas 180-183), Editorial Font, de Monterrey, N.L, en 2005. Sin embargo, el texto original, tal vez el primero sobre el tema que hubo en formato papel y posteriormente en Internet para las cabañuelas mexicanas, fue publicado por la revista México Desconocido en enero de 2002.

Nota 2: puedes leer una variante más completa de este artículo, así como ver a detalle sus aplicaciones para cada día de enero, siguiendo este enlace: Las cabañuelas

El Señor de Matehuala

El mero día 6 de enero se celebra al santo Cristo de Matehuala. Es una fiesta muy animada a la cual viene mucha gente de otras partes del estado, de la república y de los Estados Unidos, principalmente lugareños que han emigrado en busca de una vida mejor. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame).

Según algunas versiones, le hacen la fiesta en esa fecha porque es cuando dicen que el Cristo se apareció; eso fue cuando la catedral no existía como tal sino que era una iglesia más humilde y pequeña. La gente de antes contaba que un día 6 de enero se apareció la imagen del santo Cristo en la puerta de la iglesia, pero no exactamente en la puerta sino más bien en una pared junto pegada a la puerta.

Pero no se apareció así grande como está ahora en la cruz del altar. Más bien se dice que se apareció como una figura tipo silueta y al mirarla la gente le hallaba forma y a partir de entonces le empezaron a traer veladoras y flores. Según se cuenta, a más veladoras que le prendían ahí donde estaba la figura, ésta se fue haciendo más grande y agarró el tamaño que ahora tiene. Hay quienes suponen que ese fenómeno fue, quizá, por efecto del tizne. También cuentan que cuando la figura ya estaba grande, cuando iban a tumbar la iglesia vieja para construir la catedral, entonces sacaron la imagen de la pared y la pusieron en la cruz del altar.

Nota: esta leyenda fue publicada originalmente en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.

En la pequeña ciudad española de Benavente, en la provincia de Zamora que es parte de la comunidad autónoma de Castilla y León ubicada al noroeste de Madrid, existe un bajorrelieve labrado en cantera, dedicado a un personaje local que formó parte de las primeras expediciones de conquista de la Nueva España y considerado uno de los grandes cronistas e historiadores de la época. Su nombre: fray Toribio de Benavente, mejor conocido como fray Toribio de Motolinía. Él nació en 1482 e ingresó a la orden de los franciscanos en su misma ciudad natal. En 1523 se conformó una expedición evangelizadora con doce misioneros franciscanos, la cual sería conocida como los “doce apóstoles de México”, siendo fray Toribio uno de ellos. Zarparon de España el 25 de enero de 1524 y llegaron a San Juan de Ulúa, Veracruz el 13 de mayo. Se dice que el grupo venía tan desnutrido y en mal estado que al pasar por Tlaxcala los lugareños se referían a ellos como “motolinía”, término náhuatl que significa afligido o pobre. A partir de entonces, fray Toribio se hizo llamar Toribio de Motolinía. La expedición franciscana fue recibida por Hernán Cortés en la ciudad de México en junio de ese mismo año.

A lo largo de su trayectoria, fray Toribio de Motolinía participó en hechos históricos de gran relevancia, como la fundación de la ciudad de Puebla donde a la postre fundó un convento y más tarde también fundó algunos conventos más en otras regiones del centro y sur de México, así como en Guatemala. Aprendió náhuatl y otras lenguas nativas para así propagar la fe cristiana. Apoyó a los indígenas contra los abusos de los conquistadores, lo cual le trajo problemas con personajes como Nuño de Guzmán y fray Bartolomé de las Casas, éste de la orden dominica que tenía serias diferencias con la franciscana. También rechazó que los indígenas pagaran impuestos o “diezmo” a la Corona, lo cual le trajo más problemas y fue perseguido y tenía una orden de aprehensión dictada en España, pero supo librarla y continuó su labor misional hasta su muerte el 9 de agosto de 1569, sucedida al terminar de oficiar su última misa en el convento de San Francisco de México. Sus restos fueron sepultados en Cañada Morelos, Puebla. (Texto en blog de Homero Adame).

En el campo donde se mezcla la historia con la leyenda, por voz de un lugareño llamado Gabriel, quien nos mostró el bajorrelieve que se encuentra frente a un costado del templo de San Juan en Benavente, nos contó su versión de esta historia, diciendo que fray Toribio de M. acompañó a Cristóbal Colón en la travesía que devino en el descubrimiento de América. También explicó el contenido del monumento, con las velas de una carabela, diciendo que era la Pinta, capitaneada por el mismo Colón. En el monumento se ven unas alas y cuatro manos, dos del fraile y dos de un ángel que protege al fraile durante la travesía y el encuentro con el nuevo mundo.

A los pies del fraile aparece una tortuga que, según Gabriel, representa el sostén del mundo espiritual. Y encima de la cabeza de la tortuga sobresalen las fauces de una serpiente “azteca” que, explicó, representa el demonio con cuyo cuerpo trata de envolver el cuerpo del fraile y el árbol de la vida (¿o es un tallo de maíz?) del cual brota la cruz.

El bajorrelieve fue obra del pintor y escultor mexicano Carlos Terrés (Lagos de Moreno, Jalisco 1950) y colocado en febrero de 1988.

Hace algunos lustros, el periódico El Norte de Monterrey −y quizá también algunos otros del Grupo Reforma− publicó un artículo mío que recuerdo haber titulado “El futbol como espejo de la política», en el cual hacía un análisis desde un punto de vista muy personal acerca de los vaivenes políticos en México a la par del desempeño del seleccionado nacional en los mundiales de futbol. Ahora lo retomo para continuar con el tema, también desde un punto personal más actualizado, y empiezo parafraseando a alguien que no recuerdo quién era ni cuándo lo dijo: «Cuando el país está bien, a la selección le va bien».

El tiempo pasa, con él se dan cambios en el horizonte político del país, pero puntualmente cada cuatro años se realiza la gesta deportiva más importante a nivel mundial y sigo creyendo que cada cuatro años el futbol es un buen termómetro para medir el estado de salud político de México, en este caso nuestro, para equiparar si la política refleja el desempeño del representativo en futbol o viceversa.

Si partimos del mundial de Italia 90, desde dos años antes, o sea 1988, en México se vivía un ambiente de incertidumbre por el dudoso resultado electoral y la “caída del sistema” al parecer orquestada por un no olvidado aunque por la 4t “resucitado” Manuel Bartlett, el entonces secretario de Gobernación, caída amañada que negó el rotundo triunfo electoral al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas en favor del Lic. Carlos Salinas de Gortari. Al poco tiempo de aquel asunto sospechoso, México fue descalificado por la FIFA e impedido a participar en las eliminatorias mundialistas debido el sonado y vergonzoso caso de “los cachirules”, en el cual la Federación Mexicana de Futbol no hizo nada para impedir que se alteraran las actas de nacimiento de algunos jugadores de la selección sub-21 o sub lo que haya sido. México fue entonces visto y tachado como un país corrupto y tranza en el ámbito futbolístico, tal y como era visto y tachado en el ámbito político nacional e internacional.

En 1994, cuando se jugó el mundial de Estados Unidos, el presidente de México seguía siendo Salinas de Gortari, pero en esas fechas hubo elecciones que dio el triunfo al priísta Ernesto Zedillo, quien llegaría al poder entre incertidumbre por el asesinato del candidato anterior a él. No obstante, en el país se vivía un auge económico gracias a la estabilidad lograda en el sexenio salinista. En el ámbito futbolístico, en ese mundial México traía una selección boyante, muy competitiva y pasó a 8vos de final como líder de su grupo, pero quedó eliminado por Bulgaria en serie de penalties.

En el mundial de Francia 1998, todavía durante el relativamente insulso mandato de Ernesto Zedillo, México repitió avanzar a 8vos de final luego de quedar segundo en su grupo. Fue eliminado en 8vos de final en el partido contra Alemania. Tanto en la vida política como en el desempeño de la selección nacional fueron tiempos grises.

En 2000 se vivió una “revolución” política en México, pues después de muchísimos años de absolutismo de un partido político, el PRI, hubo un cambio en el poder ahora con el PAN teniendo a Vicente Fox como presidente. Vientos de cambio se avizoraban con grandes esperanzas, como también hubo grandes esperanzas para el mundial de 2002 organizado conjuntamente por Corea del Sur y Japón. La clasificación al mundial fue titubeante, pero ya en la fase de grupos México fue poderoso y pasó a 8vos como primero de su grupo. Allí quedó eliminado por Estados Unidos.

Para el mundial de 2006 en Alemania, México llegaba a su participación previo a las elecciones que darían continuidad al PAN ahora con Felipe Calderón como presidente, quien ganó tales elecciones ante acusaciones y un halo de sospecha porque hubo otro candidato que se autoproclamó como el presidente legítimo y hasta hizo una irreverente toma de protesta que dio más risa que seriedad a propios y extraños, demostrando que México no es un país donde se vive el surrealismo de cotidiano, sino que esa era más bien una estampa del realismo trágico vigente. El desempeño del seleccionado nacional en la primera ronda del mundial fue gris, pero logró pasar a 8vos de final como segundo de su grupo. Perdió ante Argentina, repitiéndose el escenario de no ganar el cuarto partido por cuarta vez consecutiva. A la selección no le fue bien y el escenario político no estaba bien tampoco.

El mundial de 2010 se llevó a cabo en Sudáfrica. El presidente mexicano seguía siendo Felipe Calderón a quien se le seguía acusando de usurpador y criticando por sus desaciertos como haber emprendido una incongruente guerra contra el narco que nadie puede ganar. En ese mundial, México mantuvo su estatus de equipo de media tabla, mantuvo su racha de pasar a la segunda ronda, pero volvió a ser eliminado, de nuevo por Argentina, en 8vos de final. Una vez más la selección se quedaba en la orilla y los aficionados gritaban su frustración contra el equipo, contra el entrenador, contra algunos jugadores, pero no reclamaban con esa misma intensidad la ola de violencia y secuestros que cada vez aumentaban en el país, en parte debido a esa guerra contra el narco y la reconfiguración geográfica de los cárteles en el país.

En 2012 hubo elecciones federales y los votantes castigaron al PAN y aplicaron el refrán de “más vale malo por conocido que bueno por conocer”, optando por el retorno del PRI con Enrique Peña Nieto al frente, aunque otro candidato que se consideraba siempre ninguneado gritaba a los cuatro vientos que le habían vuelto a robar el triunfo. Elecciones amañadas o no, lo cierto es que después de doce años en la banca, los priístas regresaron con hambre desmedida. La corrupción desde los mandos de poder creció a niveles jamás vistos. El PRI no se había renovado durante su ausencia, sino que se había **reformado** con gran voracidad: corrupción, tranzas, robo a manos llenas, impunidad. Ante ese escenario, el lado futbolístico no podía no verse afectado. Para el mundial de 2014 en Brasil, durante las clasificaciones en el hexagonal México tuvo un camino más mediocre que titubeante que provocó cambios de técnicos hasta que muy sufridamente logró la repesca contra Nueva Zelanda. Ya durante el mundial, por vez primera la FIFA abrió una investigación en contra de la afición mexicana por el polémico grito homofóbico de «Eeeee, puto» cuando el portero contrario hace un despeje. Eso sucedió en el partido contra el anfitrión Brasil, aunque el infame grito venía sonando desde el preolímpico para los juegos de Atenas 2004.  Eso dio de que hablar en el ámbito internacional, poniendo a México como un país vergonzosamente homofóbico, como vergonzoso era el desempeño del presidente Peña Nieto por sus desatinos, su torpeza política, sus frases que lo hicieron ser el hazmerreír. En ese mundial de 2014, México pasó a 8vos de final y perdió con Países Bajos con un dudoso penal. En los años siguientes se seguía gritando “no fue penal”, como si eso hubiera cambiado la historia de un país acostumbrado a quejarse por las derrotas en el futbol y tolerar los desatinos o la corrupción de sus gobernantes. En esos mismos años siguientes, aquel candidato que había sido «robado» por segunda vez en las urnas seguía gritando que él era el legítimo presidente. Futbol y política en un mismo tenor…

2018, otro año clave para la política de México. Se realizó el mundial en Rusia y la selección mexicana pasó a la siguiente ronda como 2do de grupo, pero perdió en 8vos de final con Brasil. Lo más destacado fue el primer partido, cuando México derrotó a Alemania, en lo que puede tomarse como el mejor resultado nacional en los mundiales por haberle ganado al campeón defensor, y se echaron las campanas al vuelo: “Esta selección tiene todo para ser campeona” … Al mes siguiente, en julio hubo elecciones y por fin ganó o por fin se le reconoció el triunfo a Andrés López, en esta ocasión contendiendo por un partido a su medida llamado Morena. Su gobierno comenzó con grandes promesas, como ser el gobierno que verdaderamente vendría a cambiar los usos y costumbres negativos más arraigados en la vida política nacional. En pocos meses se dio una serie de cambios estructurales como también fueron “resucitados” personajes del viejo priísimo catalogados por la historia reciente como dinosaurios o nefastos, por ejemplo, el citado Bartlett o el tal Napito, por mencionar sólo dos entre muchos otros, o la absolución de la Maestra por decisión no consensuada del presidente en turno. Ante un panorama así, con el transcurso del tiempo no se han visto grandes logros como tampoco se ha acabado la corrupción que fue una promesa del presidente durante su campaña y como lo ha cacareado día con día desde entonces con sus otros datos que son hazmerreír. Para muchos detractores, aquella ignominiosa guerra contra el narco emprendida por el iluso expresidente Felipe Calderón por fin ha “acabado” porque ya es el narco el que controla la política del país desde la cúpula del poder. En los cuatro años transcurridos, la Cuarta Transformación o 4t ha logrado muchos cambios benéficos para el país, pero los desaciertos suelen ser más notorios y es lo que aprovechan los detractores para criticar al gobierno y sus políticas, por ejemplo, se han retirado apoyos a programas de asistencia social, de salud o educación, se han desmoronado las instituciones, se ha ejercido el populismo, el caudillismo, el totalitarismo. Similar a gobiernos anteriores, la 4t mira la cultura con desdén, pero ahora con el añadido de desdeñar también la ciencia. En los muchos programas vigentes ya no se reparten estímulos entre “los mismos de siempre”, sino que ahora se apoya a los leales y partidarios de la 4t. Bajo este panorama, en muchos sectores se siente retroceso, los feminicidios van en aumento, así como los asesinatos a periodistas, pero eso es culpa de los gobiernos anteriores, dice quien dice siempre tener otros datos, quien no tiene un ápice de autocrítica. Los detractores del presidente y de sus pajes señalan un regreso al pasado, a los peores años de la época príísta de hace medio siglo. Y esto último nos lleva a Qatar 2022.

Noviembre de 2022, Qatar es un país inmensamente rico que por vez primera aparece en el panorama mundial, tanto por ser sede del Mundial de Futbol como por ser escenario de prácticas cotidianas que van en contra de los derechos humanos más elementales. Además, debido al inclemente clima es la primera vez que un mundial se realiza en noviembre-diciembre y es la primera vez que un país anfitrión no gana un solo partido, ni siquiera logra un empate y con un equipo tan amateur ni cómo ayudarle dirían los árbitros. Es un país que no tiene liga de futbol y nadie entiende cómo la FIFA le otorgó la sede, salvo porque hubo muchos millones de por medio y mucha corrupción. Corrupción… eso ya se eliminó de México, según alardea el presidente cada mañana, en un reiterado acto de megalomanía donde la gran transformación se debe a él, como señalan sus seguidores y se mofan sus detractores. Tan es así su devaneo que se dice ser el adalid de la 4ta transformación del país, siendo las anteriores la Independencia (1810/1821), la Reforma (1857) y la Revolución (1910), tres procesos que fueron catalogados como transformadores por la historia, años después de concluidos, y no cuando empezaron como la jactada 4t. En otras palabras: nadie es juez de su propia trayectoria, es la historia la que juzga y cataloga. Pero bueno, esto nada tiene que ver con el futbol, ¿o sí?

En este mundial de Qatar 2022, México es eliminado en primera ronda, algo que no sucedía en ocho mundiales consecutivos, o sea que ni pasó a 8vos de final como venía haciendo desde 1994. ¿Reflejo de los retrocesos de la 4t?

¿Qué hace entonces la hinchada para desfogar sus frustraciones futbolísticas que bien pueden reflejar sus frustraciones por el acontecer nacional en política, economía, sociedad, en la inseguridad que cada día va más en aumento? Gritar, opinar, compartir memes en redes sociales y ver de soslayo o de plano no ver situaciones en verdad graves como el hecho de que el presidente invierta parte de su tiempo diario en calumniar, difamar, fustigar a sus opositores o la iniciativa surgida en el seno presidencial de reestructurar el INE (Instituto Nacional Electoral) con el velado afán de quitarle su autonomía, regresando así al modelo de los años priístas cuando la democracia era sólo una palabra en el diccionario y, de tal modo, el partido en el poder poder perpetuarse. Si en política estamos mal, a la selección le va mal. Y mal le fue en Qatar…

En fin. Cada cuatro años se repite un mismo escenario: casi todo individuo se convierte en mejor entrenador de la selección porque sabe más que el técnico, pero no sabe nada de política; casi todo individuo reclama el desempeño de tal o cual jugador, pero no el desempeño del comisario ejidal, alcalde, gobernante, diputado, senador o presidente en turno. Cada individuo cree saber más de futbol, pero ignora que nada sabe de los tejemanejes políticos; grita con entusiasmo un gol, pero no grita por las injusticias diarias en el acontecer nacional; sufre y llora por otra derrota del Tri, pero es indiferente a los asesinatos o secuestros que a diario se suscitan a media cuadra de su casa. Cada cuatro años se repite un mismo escenario planteado por las empresas televisoras y mucha de la prensa: grandes esperanzas en el futbol plagado de efímeras estrellas, grandes decepciones, y lo mismo se repite cada seis años con el cambio de gobierno federal: muchas promesas; decepcionantes resultados.

Así, mientras el objetivo principal del gobierno actual no parece ser otro que perpetuarse en el poder con la máxima atribuida a Julio César, «Divide y vencerás», el objetivo en futbol sigue siendo el de algún día llegar al 5to partido. En el presente, para que la 4t se vea consolidada, desde un ángulo futbolístico requeriría que la selección mexicana llegara a 4tos de final en un mundial de futbol, algo que ciertamente no sucederá en el presente sexenio y quién sabe si en los siguientes. Entretanto, «Divide y vencerás» sigue vigente y cada vez más fuerte desde la cúpula de poder del gobierno en turno. «Divide y vencerás»… cada líder o cada sátrapa interpreta y ejecuta la máxima a su manera, con el objetivo de provocar una lucha de clases, un confrontamiento social, puesto que, con un pueblo dividido, es factible perpetuarse en el poder, no el líder o sátrapa porque tarde o temprano la vida se acaba, pero sí el partido Morena, en este caso, que tal vez aspira a superar en longevidad a su padre y maestro, el PRI…

Noviembre 30, 2022

Nota: la imagen del logotipo de México fue tomada de: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2872123

La imagen de los escudos de la selección mexicana fue tomada de: https://bolavip.com/mx/ligamx/Evolucion-escudos-seleccion-mexicana-nueva-imagen-Federacion-Mexicana-de-Futbol-Qatar-2022-20211128-0009.html

El tigrillo

Leyenda de Jazminal, municipio de Saltillo, Coahuila

Había unas pláticas de más antes en las que se decía que había un león –más bien, yo pienso que era un puma– que era así como un protector, como un espíritu amigo del hombre porque cuando iba a haber un peligro para algún campesino salía ese león y lo protegía.

Según platicaban, en aquellos años –más de cien–, por estos rumbos había mucho tigrillo y ese siempre ha sido un animal muy peligroso porque ataca al campesino nada más por atacarlo, sin avisar. O sea, el tigrillo antes se escondía arriba de un árbol o atrás de un mogote y cuando pasaba un hombre se le aventaba para atacarlo. Entonces, los viejitos decían que cuando había un peligro como ese, aparecía el león y atacaba al tigrillo.

Contada por Artemio Cerda


Jazminal es una comunidad ubicada al sur del municipio coahuilteco de Saltillo. Se desarrolló en las cercanías del casco de una pequeña hacienda agrícola, ixtlera y guayulera que, hacia mediados del siglo XIX, pertenecía a la hacienda Presa de Guadalupe hasta que se fragmentó por compra-venta.

Nota: esta leyenda fue publicada originalmente en el libro Creencias, mitos y leyendas de animales en el Altiplano, de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí en 2015. Dicho libro está agotado, pero la segunda edición pronto estará disponible en Amazon, tanto en formato papel como en formato digital.

Si has llegado aquí es porque te interesa el tema de las leyendas mexicanas o, particularmente, las leyendas de Nuevo León y porque sabes que las leyendas son una riqueza cultural inconmensurable que se cuentan de voz en voz, de generación en generación, entre familiares y entre amigos; riqueza cultural contenida en la tradición oral manifestada en mitos, cuentos y leyendas y plasmadas en libros como éste.

Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur… seguramente conoces algo de la trayectoria del autor: Homero Adame es un incansable investigador de mitología y folklore que ha publicado más de 30 libros, aparte de centenares de artículos en revistas, periódicos y blogs; ha escrito ficción, no-ficción, crónicas de viajes y, sobre todo, oralidad pues tiene especial interés en lo relacionado con la mitología y el folklore. Para este nuevo libro, Adame nos ofrece un recorrido mítico-legendario por las regiones Citrícola y Sur del estado de Nuevo León que conoce muy bien desde la óptica de un investigador, con ojo fotográfico, que siempre ha radicado en la ciudad. Pocos como él conocen el desierto neoleonés y sus colindancias, ese Altiplano tan visto de soslayo por autoridades e investigadores; ha recorrido muchos de sus recónditos parajes, aprendido algunos de sus secretos, escuchado sus vientos que también narran historias, otro tipo de historias…

Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León. Regiones Citrícola y Sur es un libro cuyos antecedentes son Mitos, cuentos y leyendas de Nuevo León, publicado por la Editorial Font, de Monterrey, N.L. en 2005, el cual fue, a su vez, una edición corregida, aumentada y mejorada de Mitos, cuentos y leyendas regionales – tradición oral de Nuevo León, originalmente publicada por Ediciones Castillo en 1998. Este nuevo libro contiene exclusivamente relatos de doce municipios neoleoneses, seis de ellos ubicados en la Región Citrícola y, otros seis, en la Región Sur. Está compuesto por tres capítulos: Mitos, Cuentos y Leyendas; este último subdivido por épocas y temas: Leyendas con contenido prehispánico, Leyendas coloniales de santos y vírgenes, Leyendas de aparecidos y fantasmas, Leyendas de brujas y curanderos, Leyendas de cementerios y Leyendas de tesoros. Más aún: en este tratado el autor presenta cada relato recreando el habla de zonas rurales y serranas de Nuevo León, donde se usa un lenguaje sencillo, pero con vocablos y locuciones poco comunes o desconocidas en otras regiones del país o en las urbes.

Cabe destacar que más allá del relato, Homero Adame analiza el contenido de cada leyenda y encuentra simbolismos, hierofanías, elementos teogónicos del pensamiento desde el tiempo mítico y, de tal modo, sitúa a estas regiones neoleonesas en el contexto de la mitología universal.

El libro está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072930409

Y en Kindle, para formato electrónico: https://www.amazon.com.mx/dp/B0CTT97HKC

También se puede conseguir en el Museo de Linares, en la librería Publi-Arte en San Pedro Garza García, y en San Luis Potosí en las librerías Española y Ochoa.

En el libro titulado Casa Europa México. Historia de la casa desde la memoria de los sanmiguelenses, se incluyó un capítulo, casi como tema aparte e independiente, por ser un hecho aislado y a la vez de relevancia histórica que involucra la mansión sede de la fundación CEM y centro cultural. Las menciones orales que aluden la visita de Maximiliano de Habsburgo como emperador de México el 13 y 14 de septiembre de 1864 son recuentos de lo que se sabe gracias a la historia escrita por Francisco de la Maza en uno de sus libros sobre esta ciudad guanajuatense Patrimonio de la Humanidad. Al final del libro se reproduce parte del texto donde de la Maza menciona la casa.

No sabemos con exactitud cuándo se construyó esta casa, pero sí sabemos que es muy anterior a 1864 porque en ese año aquí se hospedó Maximiliano. Eso fue el 13 de septiembre. Se hospedó la noche del 13 y del 14 y se fue el día 15 para dar el primer grito oficial de Independencia en Dolores. A partir de entonces se acostumbra que en alguno de sus seis años como presidente de la República, el presidente en turno vaya a Dolores a dar el grito.

Luis Felipe Rodríguez

El nombre correcto de mi tatarabuelo y dueño de esa casa era Jesús María Vázquez Palacio. Él fue el defensor de Maximiliano en el sitio de Querétaro; era el primer jurisconsulto y el director de la Escuela de Jurisprudencia. Estuvo en Querétaro con Riva Palacio y otro abogado; eran tres y dos se fueron a San Luis a pedir el indulto a Juárez y uno de ellos se quedó en Querétaro. Creo que fue Jesús María Vázquez porque él y Maximiliano llevaban muy buena relación.

Cuando Maximiliano estuvo aquí en San Miguel se quedó en la casa de Jesús María Vázquez y le hicieron una cena de gala, con baile, en la casa de los Lámbarri, enseguida. Maximiliano bailó con mi bisabuela Dolores Lámbarri Malo. Cuentan que estaban mi bisabuela y Maximiliano bailando un vals y que le cayó a mi bisabuela en la parte del hombro del vestido la cera del candil y Maximiliano muy caballerosamente le removió la cera del hombro.

Luis Miguel Villarreal

Maximiliano se queda en la casa Lámbarri, donde pernocta, y no en la otra. Lo recibe la familia Lámbarri y le hacen fiesta y banquete. En los archivos parroquiales yo vi una carta donde se menciona que pernocta en la casa de los Lámbarri. Ahora, yo no sé si la casa Lámbarri tenía continuación con la casa vecina, ahora Casa de Europa, y fueran una misma propiedad. Sería cuestión de ver planos de cómo eran las casas en aquel tiempo.

Graciela Cruz

Jesús María Vázquez Palacio (no José) es efectivamente el abogado que radicaba en Querétaro. Su esposa era Guadalupe López Sautto y Sautto, nacida en la hacienda Noria de San José (luego conocida como Noria de Alday), en San Diego de la Unión. Este señor Vázquez es en ese tiempo dueño de esa hacienda. Su casa en San Miguel es la que estás estudiando para tu libro, segunda calle de San Francisco número 4 (ahora San Francisco 23), y por su cercanía con Maximiliano, Jesús María Vázquez lo recibe allí cuando el emperador hizo su visita oficial en camino a Dolores para dar el primer grito de Independencia.

Jesús Garza Herrera

Hay una novela histórica, Quién en San Miguel, donde se menciona que el emperador Maximiliano se hospedó en esa casa y también habla de mucha gente de época. La autora se llama Eladia González.

Gloria Tovar

Al abuelo de mi papá no le tocó, porque fue antes, pero según contaba que las gentes de más atrás contaban que don Maximiliano llegó en un carruaje muy elegante con mucha gente y caballos de lo más fino. El emperador entró caminando a la casa sobre un tapete rojo, largo, pero el caballerango dio vuelta y metió los caballos y el carruaje por atrás, por lo que es la calle de atrás, la de Correo. Luego todos los trabajadores tuvieron permiso de salir a la calle a saludar y echar “vivas” cuando más tarde el emperador salió con su gente a los asuntos oficiales en el Palacio de Gobierno.

José Guadalupe Sánchez

En aquel tiempo, cuando Maximiliano fue a dar el grito a Dolores –que fue el primer grito de Independencia que un gobernante dio de manera oficial–, una comisión recibió a Maximiliano aquí en San Miguel y él se quedó en esta casa, estuvo dos noches. Lo llevaron una tarde a pasear al parque Guadiana, que en aquel tiempo eran huertas y un lugar recreativo al que la gente de San Miguel iba a pasear. El parque Juárez no existía.

Samuel Rangel

Dicen que Su Majestad se quedó en la casa de los Vázquez y eso lo menciona de la Maza en su libro. Lo que yo sé por historias de familia es que la fiesta que le organizaron a Maximiliano fue en la casa de mis tatarabuelos los Lámbarri, en la esquina de San Francisco y Corregidora, prácticamente enseguida de los Vázquez. Todas las señoras que estaban invitadas se pulieron haciendo sus mejores platillos y una de mi familia hizo un postre de pera y por eso yo escribí ese texto que anda en Internet, “Las peritas del Emperador”.

Maruja González

Cuando fusilaron a don Maximiliano en Querétaro, mucha gente de San Miguel estuvo en apuros porque eran amigos del Imperio. Esos Vázquez parece que se fueron un tiempo, pero no vendieron la casa.

Demetrio López

El libro se puede adquirir en Casa Europa México, en el número 23 de la calle San Francisco, en San Miguel de Allende

Según las crónicas históricas de San Miguel de Allende, el jueves 29 de julio de 1943, a las 4:25 de la tarde con cielo despejado, un rayo impactó en el campanario del templo de San Francisco. A continuación tenemos algunos relatos orales al respecto_

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Creo que fue en 1943 cuando pegó la centella en San Francisco. Esa centella –a mí me robaron la fotografía que yo tenía, una fotografía histórica que tenía la hora de las 4:25 de la tarde cuando vino la centella– tumbó parte del campanario de la torre de San Francisco. Abajo estaban varios albañiles haciendo una cepa y las canteras que cayeron mataron a dos de esos albañiles. Mi tío Agustín Sautto estaba parado allí enfrente, recargado en un poste de luz, que eran como rieles de ferrocarril, y ahí hizo tierra la centella y aventó a mi tío a media calle. Mi abuelo estaba en el escritorio de la casa y lo vio, lo vio que salió volando y que cayó a media calle. Corrió mi abuelo y le dijo: “¿Qué te pasó, Agustín, qué te pasó?” Y mi tío le dijo: “Nada, papá, nomás el susto”. Cuál no le pasó nada si a los nueve meses se murió. Se desprogramó, le dio el síndrome de Stokes-Adams que desprograma el ritmo sinodal del corazón. Fue varias veces a México a las especialidades de cardiología, pero como no había tratamiento a los pocos meses murió aquí en San Miguel.

Luis Miguel Villarreal

Agustín Sautto murió a los pocos días de que fue golpeado por el rayo que cayó en San Francisco. Quedó muy afectado y falleció a los pocos días.

Graciela Cruz

Agustín Sautto fue el hombre más rico que había en San Miguel, según creo yo. Él era hijo de una señora Vázquez que fue dueña de esta casa que estamos hablando (la del númbero 23 de la calle San Francisco).

José Ignacio Reyes Retana

Yo soy del 42, entonces estaba muy chiquita cuando sucedió eso de la centella que tumbó parte del campanario de San Francisco. Mi mamá tenía su puesto afuera del templo y yo estaba con ella. A un lado estaba una comadre de mi mamá con su puesto. Aunque era una tarde sin nubes, de pronto escuchamos el trueno y se dejó venir la centella que pegó en la torre y tumbó unos pedazos de cantera. Mi mamá sin saber, al escuchar el estruendo del trueno se hizo a la pared, se recargó y yo le corrí, yo aspiraba a meterme al templo, pero estaba cerrado a esa hora. Los pedazos de cantera nos pudieron haber matado porque cayeron casi encima del puestecito de mi mamá. En el puesto de la comadre, que estaba como a cinco metros, no cayó más que puro polvo. Supimos que el rayo mató solamente a una persona casi inmediatamente. Estaba en aquel tiempo la ambulancia en la calle de Núñez, pero no había carros de ambulancia; entonces llegaron corriendo los camilleros y vinieron a recoger a esa persona que estaba tirada a mitad de la calle. No me acuerdo muy bien cómo fue esto porque yo era muy niña cuando sucedió, pero parece que el rayo alcanzó a ese señor que estaba parado afuera de la casa donde estaba la primaria y el impacto lo aventó muy lejos y cayó a mitad de calle, algo así. No sé quién haya sido ese señor que murió y ojalá esté descansando en paz.

Soledad González

Mi tía Lupe la cristera contaba que cuando pegó el rayo en el campanario de San Francisco ella estaba en el jardín con otras personas y que el badajo de la campana le cayó en la falda; usaban de esas faldas largas y ahí le cayó el badajo. Si le hubiera pegado a ella o a alguien, la mata.

Maruja González

Mi hermano Juan platicaba eso de la centella porque él trabajaba en la Oficina de Rentas como empleado y una tía trabajaba haciendo el aseo en la misma casona. Decía que fue en la tarde, que él estaba en el balcón de ese lugar con otras personas y que la tía estaba barriendo afuera en la calle. Tronó muy feo y vieron que enfrente se cayó parte de la torre de la iglesia. No me acuerdo si platicara de alguien que haya muerto, pero decía que la tía corrió a mitad de calle a ayudar porque el rayo había alcanzado a un hombre que estaba tirado casi enfrente de la Oficina de Rentas. Luego mi hermano Juan y sus compañeros bajaron corriendo para ayudar también.

Salvador Ochoa

Las sirenas en Miramar

(Leyenda de Ciudad Madero, Tamaulipas)

Aquí en toda la playa hay delfines que se acercan y un poco más lejos también hay toninas, que son más grandes que los delfines. Le cuento esto porque son peces muy nobles que ayudan a la gente en peligro. Por ponerle un ejemplo: si alguien se anda ahogando, esos pescados lo empujan a la orilla para salvarlo. Me consta, lo he visto. Otro ejemplo: si alguien anda nadando y por ahí vine un tiburón, las toninas o los delfines espantan al tiburón. Por cosas así aquí en la costera de Miramar, en la rotonda, hay un monumento de un delfín con una sirena. ¿Por qué? Déjeme le cuento…

Según los asegunes, hace muchísimos años cuando aquí no había más que chozas y enramadas de pescadores, una vez andaban los niños nadando y se vino una oleada fuerte y el mar se los empezó a llevar. Las mamás se dieron cuenta y no podían hacer nada porque los papás andaban en la pesca en sus lanchas. Se habrán puesto a rezar o lo que sea, pero se dio el milagro de que los niños llegaron a la orilla sanos y salvos. No se ahogó ninguno. ¿Qué sucedió? Uno podría pensar y lo más seguro es que los delfines o las toninas los salvaron, pero estos asegunes cuentan que fueron las sirenas las que salvaron a los niños trayéndolos a la orilla. Eso es lo que las mamás dijeron porque en su desesperación vieron a los pescados que parecían mujeres y que entre el oleaje ayudaron a los niños. Y por eso está el monumento de la sirena y el delfín porque es en recuerdo a esa vez que los niños se salvaron de morir ahogados aquí en la mera playa de Miramar.

Leyenda contada por Juan Calos Núñez, vendedor de artesanías en la playa de Miramar

La imagen, tomada del artículo Sirena en Wikipedia, es obra de John Collier. Que los enlaces sirvan de crédito a sus creadores.

Mis padres son los dos de Hermosillo y cuando mis abuelos todavía vivían, íbamos allá de vacaciones. Cuando estábamos chicos nos juntábamos con los primos y los amigos del barrio y me acuerdo de que contaban historias de miedo. Una de ellas en lo particular a mí me daba mucho miedo porque era en el centro que yo conocía. Contaban que cuando ya cerraban las tiendas, o sea que ya estaba oscuro, que se oían gemidos, gritos, balazos y llantos y que hasta se veían figuras como que flotaban, así como se dice que flotan los fantasmas. Eso contaban mis primos y muchas historias más. En dos o tres ocasiones que yo fui con mis papás al centro y que se nos hizo tarde me daba un chorro de miedo de que fuéramos a ver eso o escuchar eso que nos contaban -recuerda Armando Salvatierra.

El asunto tiene un trasfondo histórico, aunque de que se vean fantasmas o que se oigan ruidos fantasmales tal vez no sea cierto, pero lo que sí fue cierto es que allá por los años 20 o 30 del siglo pasado, por alguna razón que desconozco hubo una matazón de chinos y estuvieron involucradas las autoridades y mucha gente, o sea que se pusieron de acuerdo y masacraron a los de la comunidad de chinos, y había no solamente chinos en Hermosillo sino también en Sonora, y en Sinaloa y creo que también en Baja California pero no estoy muy seguro. Algo hubo de envidias contra los chinos porque llegaron muchísimos que se establecieron y pusieron sus negocios y les iba bien; eran negocios establecidos no como ahora los puesteros donde venden puras fregaderas traídas de China que no sirven para nada y son puestos callejeros. No, en aquel tiempo allá en Hermosillo los chinos estaban bien organizados y bien establecidos y por alguna razón, yo creo que, por envidia económica, los comerciantes locales se pusieron en contra de ellos y cuando los masacraron pues obviamente se quedaron con los buenos locales independientemente de la mercancía. Y como esos chinos no tenían patria realmente y muchos eran ilegales, pues ni cómo avisarles a los familiares que vivían quién sabe dónde en China. Entonces a todos esos muertos los enterraron en una fosa común y así fue más o menos esa historia, muy horrible la verdad, como son las masacres raciales como las que sucedieron en Europa contra los judíos o más reciente en Siria, pero poco se habla de las que sucedieron aquí en México principalmente contra los chinos, en este caso, y también contra los yaquis y contra otros grupos étnicos.

Y total, esa es una de las historias que recuerdo que contaban mis primos y que me daba miedo y más cuando fui las pocas veces al centro en la tarde-noche y cuando oscurecía me agarraba de la mano de mi mamá porque no quería escuchar esos ruidos, esos llantos, esos fantasmas de los pobres chinos asesinados.

Notas:

1. Los hechos iniciaron en Torreón, Coah. en mayo de 1911 y se extendieron a otras partes del norte de México, incluyendo el estado de Sonora. Aquí un artículo al respecto. Campaña antichina

2. Las imágenes fueron tomada de La «olvidada» matanza de chinos en México

I lived at that house and as children we used to have fun getting up to mischief there. I remember that the toilets were made of long planks with several holes over deep pits and we used to throw lighted matches or burning paper down to see the arches. There are arches down there, I don’t know if they might be part of some tunnel or some cellar. If they didn’t fill up the pits with rubble when they did the renovations, because throwing rubble down the pits is what they usually do in the houses in the town centre, the arches must still be there.

And opposite, in the Chapel of the Third Order, I remember that there used to be a very big, wooden door and it had a ring to pull it open and that was where you could go down into a tunnel or most probably it was a cellar; I don’t remember very well because I was very little, I was an altar boy and we used to go down there just to be naughty. But now that you mention it, and relating it to the arches that we could see under the toilets, it could be, why not, that there is a tunnel which goes from the Chapel of the Third Order to this house, now the Casa Europa, with one branching off to the chapel above, the Calvary, another more important one going down to the parish church and that’s how the tunnels might be interconnected. But I think that the one at the Chapel of the Third order was blocked many years ago.

Samuel Jurado

About the tunnels… No one has ever told me that they have seen them, but they have shown me photographs. They have found a lot of arches and because of these arches, a lot of people believe that there is one tunnel which crosses San Miguel from north to south and another from east to west and that they cross at some point. I am very sceptical about the tunnels myself, and I think there may well be some in San Miguel, but not everywhere people say they are. For example, here in what is now the Casa Europa, if there are perhaps some arches underneath, I think it is more likely to do with the underground streams of water that flow down from El Chorro and in the earliest plans of the city, no doubt these arches were built to provide some reinforcement, while at the same time respecting the natural path of the now underground streams and the old houses that have this kind of support must have arches because these are a very good architectural element for providing support.

During some renovations that were carried out in this house, they must have taken advantage of the shafts between the supporting arches to build latrines. You can see the same thing further down the street in Licenciado Enrique Fernandez Martinez’s house, where there are also arches underneath the house, which I believe are not tunnels, but they give support because of the underwater streams. Even further down, opposite the Aldama Cinema, where the Chamber of Commerce used to be for many years, there’s another one, just the same. So if we see it as an almost straight line, these three houses are situated over the bed of a single underground stream.

Luis Felipe Rodriguez

I remember that they used to say that many years ago, when they were remodelling this house to house the government offices, at the back they knocked down some old walls and built some new ones because they made some kind of little offices with toilets and they did this on a second floor, which didn’t use to exist. So when they were doing this work, they found some foundations that they had to remove and when they were removing them, some pieces fell a very long way downwards. The workmen wanted to look down but it seems that they couldn’t see the bottom. Then they said that one Sunday, one of these men brought some very long cables or ropes and he and a friend of his went down with lamps because they were looking for a treasure. Then they said that they found some skeletons down there because it was like a dungeon and there were skeletons there. And they walked as far as they could along the tunnel, till they could not go any further, It must be true because not many years ago, outside the house in the road where Correo Street meets Corregidora Street, the rains made a kind of gully there because part of this tunnel, which comes from the parish church and goes under the back part of the house, must have fallen down although it seems that the dungeon is more towards the front, at the San Francisco Street entrance.

I don’t know if they got any treasure out or what they did with the skeletons or whose they might have been or if it’s even true at all, what I am telling you that they used to say, but this is what they used to tell us about when they were doing this remodelling work which was back in about 1975, more or less.

Ignacio Abundis

Notes:

1. These stories were published in the book Casa Europa Mexico. The history of the house as recalled by residentes of San Miguel de Allende.

2. Photographs by Homero Adame.

Hay muchas leyendas de sirenas que cuentan en los pueblos costeros, historias de pescadores que vienen de mucho tiempo atrás. Los científicos refutan las leyendas de sirenas y explican que pueden tener su origen en los navegantes del pasado que iban a nuevos lugares y veían fauna marina desconocida, como los manatíes de acá de la costa de Baja California y luego contaban que eran mitad pez, mitad mujer.

Yo me acuerdo que hace unos veinte años dijeron que en La Misión, un centro de investigaciones entre Ensenada y Tijuana, andaban unos estudiantes y descubrieron en el fondo del mar lo que pensaron que eran los restos de una sirena porque tiene mucho de pez y la cabeza es más humana. Creo que los llevaron al instituto de la Facultad de Ciencias Marinas, en Ensenada y allí todavía tienen los restos reconstruidos de ese pez que es una especie nueva que descubrieron esos estudiantes. Yo no lo he viso, pero una vez en el Museo de las Californias en Tijuana vi la réplica y, bueno, con algo de imaginación puede uno pensar que es como un esqueleto de sirena.

Historia contada por Rosalinda Álvarez

La imagen fue tomada del sitio de Internet seresmitologicos.net. Que el enlace sirva de crédito a sus creadores.