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Tradiciones mexicanas: Ni yendo a bailar a Chalma…

«NI YENDO A BAILAR A CHALMA»

Tradición y leyenda del Estado de México

 

Para todo extranjero que llega a radicar en México e intenta poco a poco integrarse a la vida y ser partícipe de las costumbres de este maravilloso país, sin duda hay muchas cosas que le parecen singulares, raras o extravagantes por ser tan distintas a las de su país de origen. Algunas de esas costumbres son meramente verbales, pues consisten en los refranes populares. Uno de ellos es el que dice “Ni yendo a bailar a Chalma”, cuya interpretación es que algo no tiene solución o que por muchas maneras que uno intente lograr su propósito, ya sea mediante rituales, promesas o mandas, no podrá lograrlo.

Chalma es un pueblo del Estado de México famoso por su Cristo milagroso y por el citado refrán. Hay que ir para verificar si es cierto, aunque yo más bien adaptaría el refrán para decir: “Ni quien vaya a bailar a Chalma” o “Ni yendo a bailar a Chalma se puede bailar ahí”. ¿Por qué? Porque de hecho casi nadie baila y la tradición es otra muy distinta a la verbal.

Al llegar a Chalma no falta alguien que te ponga una corona de flores en la cabeza. Es que la tradición exige que los que vienen por primera vez a visitar al Cristo de Chalma adquieran una corona de flores y entren al templo con ella debidamente puesta en la cabeza. Después de estar en el interior un rato, ya sea por curiosidad o por devoción, si desean llevársela a su casa, pues se la llevan, pero si la quieren dejar, entonces hay que hacerse una especie de limpia o barrida con ella antes de dejarla. Para esto uno se quita la corona y se la pasa por todo el cuerpo, o nada más por el pecho o en su caso por alguna parte que uno tenga enferma, como por ejemplo una pierna rota, o un brazo afectado o un riñón malo (también sirve para quitarse la mala suerte). Entonces uno se hace la limpia solo y luego deposita la corona en un lugar especial ubicado junto a la puerta lateral derecha, en un palo donde todos dejan sus coronas. (Leyenda en un blog de Homero Adame.)

Al platicar con algunos comerciantes y preguntarles sobre el famoso refrán “Ni yendo a bailar a Chalma”, éstos nos dicen que se trata simplemente de un dicho popular, pues casi nunca se ve a la gente bailar a su libre albedrío ya sea por manda o por devoción. Nos explican que de hecho las únicas danzas se ejecutan durante las fiestas del 1° de julio, y por cuenta de grupos organizados. Y añaden: “Lo importante es venir a Chalma, venir con fe y participar de las fiestas a nuestro Cristo milagroso”.

Así aprendimos que ni quién vaya a bailar a Chalma, pero los que vienen sí se ponen su corona de flores para darse una barrida y dejarla como ofrenda para estar a tono con la tradición.

 

Nota: las imágenes fueron tomadas de Internet. La del santuario del Bable, de Benjamín Arredondo, y la de Cristo con su corona de polos viajeros en wordpress. Que los enlaces sirvan como crédito a sus autores.

 

Mitos y leyendas de San Luis Potosí: El primer milagro de San Francisco de Asís

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Esta leyenda, recopilada por Homero Adame, fue publicada en la plaquette Leyendas del Festival del Desierto, en la colección “Cantera la Voz”, como parte del Programa de Fomento a la Lectura durante la Feria del Libro de Matehuala, 2005.

Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado. San Luis Potosí. 2005.

Edición: Mtra. Déborah Chenillo Alazraki.

Diseño: Beatriz Gaytán Reyes.

Tradiciones del Fuego Nuevo, del Pesach, de la Pascua

TRADICIONES ANCESTRALES Y MODERNAS ALREDEDOR DE

LA SEMANA SANTA

Aunque en el mundo occidental la celebración de Pascua comúnmente se asocia con un festival cristiano, es cierto que todas las culturas han celebrado diferentes fiestas de primavera a lo largo de la historia de la civilización. Para los cristianos, la Pascua representa el período de recordar la Pasión y Resurrección de Jesucristo y por eso estas fechas simbolizan el amor de Dios y la promesa divina de que el espíritu de los seres humanos es inmortal.

Hay que notar que en muchas lenguas la palabra Pascua proviene del hebreo pesach. De hecho, la fiesta cristiana puede rastrearse hasta uno de los festivales hebreos más importantes, el cual siempre se lleva a cabo a principios de primavera, en el mes de Nisan, de acuerdo con el antiguo calendario judío. Según las escrituras, en esta fecha la gente recuerda que los israelitas fueron rescatados del cautiverio en Egipto por Moisés, su gran líder.

Encontramos que en el cristianismo las primeras celebraciones de Pascua se hacían en fechas indistintas hasta que finalmente, en el año 325 d.C., el Consejo de Nicaea fijó la fecha para que siempre ocurriera en el primer domingo seguido de la luna llena después de marzo 21 –esto significa que el festival cristiano siempre se lleva a cabo entre el 22 de marzo y el 25 de abril–. Aunque muchos historiadores suponen que dicho consejo seleccionó esta fecha de la luna llena intencionalmente para que de tal modo los peregrinos pudieran avanzar durante la noche, también podemos pensar en otros aspectos mucho más ancestrales, pues bien sabemos que la mayoría de los rituales en casi todas las culturas es de índole lunar; en otras palabras, se celebran alrededor de las fases de la luna, como en este caso la luna llena y la Pascua.

Si retrocedemos un poco más en la historia encontramos que las religiones paganas celebraban el renacimiento de la Tierra durante la primavera, exactamente al mismo tiempo del Pesach y de la Pascua. Por ejemplo, en el México precolombino el ritual del Fuego Nuevo tradicionalmente marcaba el principio de la primavera y el de un nuevo año solar. Aunque mucha gente ha olvidado el origen de esta fiesta, sigue encendiendo velas o fogatas, incluso dentro las iglesias porque, como bien sabemos, el cristianismo adoptó y adaptó del judaísmo y de muchas otras religiones antiguas (paganas) una infinidad de los símbolos y tradiciones.

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Viernes de Dolores

LOS ALTARES DE DOLORES

Los altares de Dolores son una tradición que nada tiene de sincretismo, pues fue traída a la Nueva España por los conquistadores e implantada por el catolicismo y arraigada por el gusto muy mexicano (y latino, en general) de festejar bajo cualquier Altar de Dolores en el Centro de las Artes de San Luis Potosípretexto.

Como bien sabemos, la Cuaresma inicia con el miércoles de Ceniza, y el Viernes de Dolores es el que da inicio a la Semana Santa. Para este día se colocan altares dedicados a la Virgen y su dolor por el presentimiento de que su hijo será crucificado; se colocan en iglesias, atrios, plazas y negocios.

Hay lugares que tienen a la Virgen de los Dolores como su patrona, por lo que en este día se celebra la fiesta patronal, con todo el colorido y algarabía que las caracteriza, además de misas, entradas de cera y quema de pólvora para concluir con un baile popular. Texto y fotos de Homero Adame.

Existen otros lugares que tienen muy arraigada la costumbre de levantar altares de Dolores e incluso hacer concursos. En San Luis Potosí tenemos la calle Altamirano (también conocida como la «calle del Buche»), en el barrio de Tlaxcala, donde todo el Viernes de Dolores es día de fiesta. Casi todas las casas exhiben sus altares, ya sea en el exterior o en el interior (si éste es el caso, las puertas permanecen abiertas para que cualquier transeúnte o curioso entre a disfrutar la decoración del altar lograda con mucho esmero).

Hoy es Viernes de Dolores, día de una tradición cristiana muy arraigada en el corazón de muchos mexicanos, día para salir a caminar y disfrutar de los altares que pueden encontrarse por doquier.

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