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Leyendas de Mazatlán: La cueva del diablo

LA CUEVA DEL DIABLO

(Leyenda de Mazatlán, Sinaloa)

Allá en el malecón de Mazatlán hay un lugar muy famoso que es una cueva y le llaman “La cueva del diablo” –dice Georgina Gpe. Gómez Gámez, radicada en León, Gto–. Según la leyenda, se supone que esa cueva llegaba hasta el centro de la tierra, al mero punto donde vive el Diablo. Entonces cuando nosotras estábamos chiquitas y para que no nos portáramos mal siempre nos decían: “Te voy a llevar a la cueva del diablo.”

De hecho ahora esa parte de Mazatlán abarca el área donde hacen el carnaval. Es una vía bastante larga donde se hace como cantina, o sea hay carpas vendiendo cerveza y tienen música a cada 100 metros –siempre hay un grupo de música diferente–. Ahora a la entrada de la cueva ya le pusieron una puerta de herrería blanca con sus barrotes que, de hecho, tienen el trinche del diablito como decoración y durante el carnaval ahí es utilizado por la policía para meter a la gente y a los borrachos que andan echando pleito. O sea que ahí los dejan, digamos como encarcelados, por un rato hasta que se les baje la borrachera y luego ya puedan salir y se vayan a sus casas sin seguir portándose mal. Es como un castigo pero también parte del carnaval para que los revoltosos se aplaquen. (Leyenda en un blog de Homero Adame.)

Quién sabe si en verdad sea una cueva muy profunda, pero siempre se ha dicho que ahí se apareció el Diablo hace muchísimo tiempo y que por eso la cueva está encantada. Siempre se nos ha hecho creer que adentro de la cueva existen bifurcaciones o túneles que llegan hasta el centro la tierra. Yo no he sabido de algún explorador que se haya metido a esas profundidades, en caso de que su existencia sea cierta, para descubrir qué hay allá abajo.

Esa cueva está sobre el malecón, por el rumbo de Olas Altas que es la parte más vieja de Mazatlán, en la punta antes de llegar al cerro. Hay muchas lomas por ahí y hoy en día ya se han construido bastantes casas, pero antes estaba despoblado. Justo arriba de la entrada de la cueva del diablo hay como unas vías del tren que pasaban por ahí y llegaban hasta el muelle, con todas las provisiones, la materia prima y los cargamentos que venían de ese lado de Sinaloa para luego cargar los barcos que se iban a otras partes del mundo. (Leyendas recopiladas por Homero Adame.)

Notas:

  1. La foto de la cueva fue tomada del sitio de Internet Way marking. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a su autor.
  2. La fotografía del sector Olas Altas fue tomada del sitio de Internet Zona turística. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a su autor.

Leyendas morelenses: El nagual y el chamuco

EL NAGUAL Y EL CHAMUCO

(Leyenda escuchada en Chalcatzingo, municipio de Jantetelco, Morelos)

 

No, que yo sepa por aquí no hay nada de aparecidos, ni de ruidos ni cosas malas. Yo he andado mucho por todos estos rumbos y nunca me ha tocado nada. Me gusta a mí mucho tirar y luego salgo ya en la tarde al conejo; ando yo por el monte, subo los cerros, pero lo único malo que me ha tocado ver son las víboras porque ni los tejones son malos, ¿eh? Ah, pero eso sí, el chamuco y el nagual sí son cosa de cuidado; son espíritus malos, muy malos –afirma el Sr. Ricardo Rey, quien anda pastoreando en las cercanías de la zona arqueológica de Chalcatzingo. (Blog de Homero Adame.)

Mire, aquí nos ha tocado que el nagual anda convertido en perro. Hace poquito, era un martes, como a eso de las doce de la noche que oigo un ladrido muy feo y que salgo a ver qué era. No’mbre, era un perrote pero feo de a tiro; no era un perro de acá porque uno los conoce a todos. No, ese era un nagual. Le digo, salí yo a ver qué era y se vinieron mis perros también –cuatro perros tengo–, la luna estaba brillante y se veía así como de día. No’mbre, que veo yo a ese perrote y que le tiro una pedrada y que los perros míos como que quisieron aventársele, pero, mire usted, no va a creer que nomás se le acercaron y que corren los cuatro bien asustados y se vinieron acá detrás de mí. Era un perrote blanco y alcancé a mirar que sus ojos eran como de tizón prendido, rojos rojos. Pero los vi yo de reojo porque el nagual nunca te da los ojos, nunca te mira de frente, pero como esa noche estaba la luna brillante y cuando mis perros se le aventaron entonces miré yo como que sus ojos de él eran como tizón y por eso supe que era el nagual.

La otra cosa es el chamuco. Aquí sabemos que sale allá por aquellos cerros y se ve como una lamparota. Es así como un bulto de luz y dice cosas, pero no se le entiende lo que dice. Quién sabe, pienso yo que ahí donde sale ha de tener la entrada al infierno, en una cueva que nadie conoce nomás que él y ni uno ni de loco se atreve a ir a buscarla, ¿eh?

Mitos y leyendas veracruzanas: El Parque de los Tecajetes – los dominios del Diablo

LOS DOMINIOS DEL DIABLO: EL PARQUE DE LOS TECAJETES

Leyenda de Xalapa, Veracruz

 

Mire, aquí abajo está el parque de Los Tecajetes –muy bonito parque; vaya para que lo conozca, pero vaya antes de las seis porque a esa hora cierran–. Antes ahí fue primero la hortaliza, luego el zoológico, pero después se llevaron los animales a otro lado y se quedó muy solito, muy abandonado, hasta que hace poco lo arregló el gobierno y desde entonces es un parque muy bonito –explica doña Romana Rodríguez Landa, en su librería de viejo.

Ese parque tiene su historia, sus leyendas, porque dicen que ahí se aparecía el Diablo. Aunque el lugar está ahora muy bonito, ya cuando oscurece si usted pasa por ahí siente un ambiente pesado, muy pesado, y es que esas cosas del mal siguen vigentes. parque-tecajetes-xalapa-veracruzCuentan que antiguamente ahí lavaba una mujer muy humilde que, me imagino, era la compañera del cuidador. El señor se iba a las cosas de su trabajo y ella se ponía a lavar ropa ajena; entonces llegaba el Diablo y la perturbaba, según dicen. Pobre mujer, sufría mucho, porque eso del Diablo no es cosa de juego y dicen que hay personas que hasta se enferman o se mueren cuando tienen un encuentro con él.

Según dicen ahora, ya no se aparece el Diablo ahí, pero yo la verdad no estoy muy segura de eso porque, como le digo, el ambiente está pesadito ya nomás cayendo la tarde. ¡Uy, ni qué le cuento de lo que pasa en la noche! Cosas muy feas. Resulta que enfrente del parque hay unas discotecas y llegan muchos jóvenes a bailar y a divertirse. Entonces, los sábados y los domingos, cuando uno pasa por ahí tempranito, uno ve las jeringas tiradas; las jeringas que usan los drogadictos para inyectarse. Y eso no es todo: también hay preservativos tirados y cosas así.

Entonces, de acuerdo con mis conclusiones, ese lugar sigue siendo un punto de atracción del mal y de perdición; cosas que son del dominio del Diablo, pues.

Nota: la imagen fue tomada de una página de Internet de la revista México desconocido. Que el enlace sirva de crédito a su creador.

Leyendas guanajuatenses: El alma de Juárez entró al infierno

LA ENTRADA DE UN ALMA AL INFIERNO

Una horrible visión de un Obispo

Déjame contarte una leyenda familiar y tómala así y sólo eso –anticipa Jorge Borjas Benavente, radicado en San Luis Potosí–. san-jose-de-cupertino-levitandoContaba mi tía que el abuelito de ella estaba de monaguillo en una misa en San Felipe, Guanajuato, una vez que fue un obispo de León a dar la misa. A ese obispo lo tenían por santo por muchas razones, que por su bondad y cosas así, pero sobre todo porque levitaba. Al momento de la consagración, el obispo empezó a levitar y la gente se quedó asombrada. Levitó y levitó hasta que se cayó como bulto. Se armó tanto el alboroto que uno de los sacerdotes le dijo al monaguillo, o sea al abuelito de mi tía, que fuera a la sacristía a traer sales o alcohol o lo que fuera para reanimar al obispo. Obviamente el niño se asustó mucho e hizo lo que el sacerdote le pidió.

 Años después, aquel monaguillo contaba que el obispo dijo cuando ya estuvo reanimado, pero todavía alterado por una visión: “Acabo de ver la escena más horrible que he visto en mi vida. Acaba de entrar el alma de dante__s_inferno_by_roinoirJuárez al infierno”.

Ésa es la leyenda familiar, que el bisabuelo estuvo traumado mucho tiempo por haber presenciado ese momento de la levitación del obispo, del alboroto y, sobre todo, por sus palabras. Y contaba que, efectivamente, el momento más dramático sucedió justamente cuando llegó la noticia oficial de la muerte de Benito Juárez, cuando aquel obispo estaba levitando y cayó como bulto por haber visto la peor escena de su vida, o sea que alma de Juárez había entrado al infierno, según la visión del obispo.

Nota: las fotos fueron tomadas de sitios de Internet, que los enlaces sirvan de crédito a sus creadores: monje levitando e infierno.

Mitos y leyendas potosinos: Abrieron una de las puertas del infierno

ABRIERON UNA DE LAS PUERTAS DEL INFIERNO

Leyenda de Villa Juárez, SLP

 

Bien sabemos que muchas anécdotas pueden convertirse en leyendas con el paso del tiempo, y más, si hay un acontecimiento trágico implícito. Cuando existen testimonios del suceso, se registra por lo menos una versión oficial, pero la voz popular, tarde o temprano, enriquece la historia a su manera para hacerla más dramática.

Un mal día de noviembre de 1972, en el municipio de Villa Juárez ocurrió una de las peores catástrofes jamás registradas en la historia del estado. Cuando el mineral de azufre, Guaxcamán, Villa Juárez, SLP - Homero Adame (10)Guaxcamá, estaba en pleno apogeo de producción, una tarde explotó. Cuentan que era sábado y había una boda muy concurrida en el poblado. Muchos mineros disfrutaban del convite, pero al parecer los del turno vespertino se encontraban laborando dentro de la mina. Al momento del terrible accidente, toda la gente en el exterior alcanzó a huir, pero de los trabajadores que se hallaban en el interior nada se supo; nadie se atrevió a meterse a los socavones, ya que cualquier labor de rescate hubiera resultado prácticamente imposible.

El pueblo de Guaxcamá no era pintoresco, pues fue construido en la década de los años 50’s del siglo pasado, con arquitectura moderna para la época; existían casas, oficinas, almacenes, una plaza, una iglesia, una escuela y una cancha deportiva. Algo muy extraño es que el fuego abrasó el suelo al grado de derretirlo, sin embargo, las construcciones sufrieron pocos daños y quedaron marcadas en grado mínimo por las llamas, aunque en la actualidad se encuentran en ruinas por el abandono.

Son muchas las versiones del motivo de la explosión de la mina. El veredicto oficial señaló que fue debido a un corto circuito, mientras que otras fuentes echaron la culpa a unos mineros desprevenidos que al parecer prendieron una antorcha donde había gases acumulados. Lo cierto es que durante varios meses, según testimonios de vecinos de la ex hacienda de Guascamán, de Villa Juárez e incluso de Cerritos, el fuego que salía de la boca de la mina podía verse a varios kilómetros de distancia.

Sin embargo, Guaxcamá - Villa Juárez, SLP - Homero Adame (6)una de las versiones con mayores matices de leyenda dice que los mineros habían estado excavando en profundidades insospechadas y tuvieron miedo de seguir, pues las rocas sonaban huecas, no eran sólidas y, además, se percibía un olor mucho más fétido que el azufre. Era viernes y al terminar su turno, los trabajadores explicaron a los ingenieros que tenían un mal presentimiento y que sería mejor continuar por otro socavón.

Pero los jefes no aceptaron excusas; argumentaron que requerían mayores cantidades de azufre porque la compañía había ordenado incrementar la producción. Entonces, obligaron a los trabajadores del turno vespertino de aquel sábado aciago a que avanzaran con las labores de extracción. Sólo algunos mineros se negaron a bajar a ese punto e incluso amenazaron con ponerse en huelga –ellos fueron los que vivieron para contar la tragedia y dar su versión de los hechos. Según esto, al momento en que los compañeros que andaban en las profundidades de la tierra y le pegaron con el pico a una roca muy blanda, se abrió una de las puertas del infierno y en ese mismo instante la catástrofe empezó.

 Book by Homero Adame

Esta leyenda fue publicada en el libro Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí, por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado y Secretaría de Cultura. San Luis Potosí. 2007.

Algo más sobre Guaxcamá y Villa Juárez

Este territorio estuvo habitado por la tribu guascamas o guascanes –consanguíneos de los huachichiles–, aunque algunas versiones afirman que eran tének quienes vivieron ahí. Los primeros españoles llegaron en 1643 y fundaron la congregación de Santa Gertrudis de Carbonera. En el año de 1829 recibió la categoría de villa y mucho tiempo después, el título de cabecera municipal, con el nombre de Carbonera. En 1928 se cambió su nombre oficial por el de Villa Juárez.

Sus nombres históricos se originan de lo siguiente: Santa Gertrudis, por ser la patrona de la localidad, cuya fiesta se celebra el 16 de noviembre, además de ser la protectora de los carboneros; Carbonera, porque en los alrededores se explotaba el Guaxcamá - Villa Juárez, SLP - Homero Adame (11)carbón vegetal a gran escala, y Villa Juárez, en honor al Benemérito de las Américas.

Guaxcama se localiza a 3 km de la ex hacienda Guascamán y ésta a 14 km de Villa Juárez, por un camino pavimentado.

Mitos y leyendas tlaxcaltecas: Un milagro de San Miguel Arcángel

SAN MIGUEL ARCÁNGEL DERROTÓ AL DIABLO

Leyenda de San Miguel del Milagro, Tlaxcala

 

Por lo que nos han contado, el pueblo de San Miguel del MilagroSan Miguel del Milagro, Tlaxcala - foto de Homero Adame se llama así porque el santo hizo milagros. Allá dicen que derrotó al Diablo en una barranca.

En ese pueblo tienen una parroquia muy bonita y ahí es donde se apareció San Miguel. Frente a la puerta principal de la iglesia hay un pozo de agua santa y ahí fue donde se vio la aparición del arcángel. En la tienda de la parroquia le venden un librito donde viene muy bien explicada toda la historia de cómo se apareció San Miguel –creo que fueron tres apariciones–. Explican en el librito quién lo vio, cuántas veces fueron y todo eso.

Ahí donde está el pueblo de San Miguel del Milagro dicen que antes era pura barranca. Ahí dicen que existieron antes mucho las brujas y que chupaban mucho a los niños. El demonio también ahí estaba; él era el que les daba el poder a las brujas. Entonces una vez San Miguel se peleó con él y lo derrotó, lo corrió de este rumbo y el Diablo ya nunca regresó, y las brujas se acabaron. Ése fue otro de los milagros de San Miguel.

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Esta leyenda me la contó la Sra. Dominga Riva, una vendedora ambulante, originaria de San Miguel Tenacatitla, que tenía su puesto en la zona arqueológica de Xochitécatl.

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