Un blog de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones de México

El burro


Había un amigo de La Naranja, un pueblo chiquito en Guadalcázar (San Luis Potosí), que venía mucho por este rumbo y nos visitaba mucho. Cuentan que una noche venía de Mier y Noriega (Nuevo León) y que vio unos tecolotes por un arroyo que está ahí en el camino, donde hace bajada. Venía él en un burro al pasito y oía que los tecolotes estaban tecuruqeando y tecuruqueando y más cuando estaba en la parte más baja de esa bajada. Eran como las tres de la mañana y al amigo éste le entró mucho miedo y más cuando el condenado burro no quería subir. Entonces le picaba en la panza con los tacones de las botas y nada que quería subir el burro, pero se remolineaba bien feo, como si anduviera asustado. Eso asustó más al amigo. Imagínese, si un burro se asusta en la noche, pues un hombre más. En eso, entonces que se le sale un pedo al burro y que brinca y hasta tumbó a este amigo del brinco que dio y luego el burro se fue corre y corre y ahí lo dejó tirado al amigo.

Cuando nos platicó eso a todos nos dio risa y más a él porque dijo que no era que el burro tuviera miedo y por eso no quería subir, sino que traía un pedo atorado y por eso se remolineaba bien feo.

Anécdota contada por el señor Santos Torres, de San Francisco, municipio de Bustamante, Tamaulipas.

La imagen fue tomada del sitio misanimales.com. Que el enlace sirva de crédito a su creador.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Nube de etiquetas

A %d blogueros les gusta esto: