“TODO O NADA”
Leyenda recreada por Trístan Arvayo Adame
Dice mi abuelito que algunas leyendas son de espíritus que guardan un tesoro y no dejan que te lleves cosas, sólo que en este caso es un espíritu que te deja llevarte todo y si no puedes con todo, entonces no deja que te lleves nada. Así de simple, ¿no? Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.
Me contó mi abuelito que esto pasó cuando un grupo de amigos pobres andaban buscando un gran tesoro que supuestamente está enterrado en una cueva de Linares. Día tras día buscaban y buscaban en las lomas y junto a los ríos hasta que un buen día dieron con una cueva en la sierra donde había todo tipo de plantas: comestibles, carnívoras, venenosas, etc. Aunque los amigos eran muy pobres y no tenían sus propias herramientas, sí llevaban esa vez porque habían pedido cosas prestadas: machetes, mochilas, palas, lámparas, cuerdas, etc. Así que entrar a la cueva no fue problema.
Cuando ya estaban adentro, oyeron una voz de ultratumba que dijo “todo o nada” varias veces. Aunque sintieron un poco de miedo porque era una voz de ultratumba, en ese momento uno de los amigos pobres dijo “todo” y así de la nada aparecieron montones de monedas de oro, diamantes, rubíes, esmeraldas, etc. Se emocionaron bastante y empezaron a contar las cosas hasta que se quedaron dormidos.
Al día siguiente los amigos agarraron todo lo que pudieron y cuando se iban a salir de la cueva bien contentos se cerró la puerta y la voz volvió a decir “todo o nada”. Trataron de abrir la puerta de la cueva con los picos, con las palas, con lo que fuera, y hasta le pegaron con la barra para ver si podían romperla, pero nada, era una puerta de pura piedra. Se asustaron bastante y no sabían qué hacer y como estaba muy oscuro prendieron las lámparas. Y la voz seguía diciéndoles “todo o nada”. Leyenda escrita por Trístan Arvayo.
Los muchachos para poder seguir agarrando más tesoro, o sea todo lo que pudieran agarrar, aventaron las herramientas y cargaron con lo que les cupo en las bolsas, en las mochilas y en las manos. Hasta se quitaron las camisas, los calcetines, los pantalones y los zapatos para llenarlos. Aun así todavía no se acababa ni la tercera parte del tesoro mientras la voz seguía diciendo “todo o nada”, “todo o nada”, “todo o nada”. Como se dieron cuenta de que no podían llevarse todo, entonces dijeron “nada” y la puerta de la cueva se abrió y el tesoro desapareció junto con sus cosas.
Se fueron bien tristes, sin nada al pueblo, nada más descalzos y en calzoncillos. Pero aparte de que no pudieron llevarse el tesoro iban a tener que pagar las herramientas que habían pedido prestadas. O sea que salieron más pobres de cómo habían entrado.
.
Notas:
1. Con esta leyenda, Trístan Arvayo Adame ganó el Concurso «Relatos de mi abuelo», convocado por el Museo de Historia del Noreste, en 2008.
2. El dibujo es obra de Jennifer Hennen.
Deja una respuesta